El vuelco en el consejo de Indra, con el controvertido cese de cuatro consejeros independientes, ha activado todas las alarmas. Al hundimiento del 14,7% de las acciones de la tecnológica en bolsa el pasado viernes se suma la "preocupación" de la CNMV, que tiene bajo escrutinio el golpe de mano propiciado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) en alianza con la empresa vasca de defensa Sapa y el fondo estadounidense Amber Capital, primer accionista de Prisa.