
Mapfre se enfrentará previsiblemente a la misma situación que BBVA por sus negocios en Turquía y deberá aplicar la contabilidad por hiperinflación después de que el IPC del mercado otomano se haya desbocado más de un 70% en el año y la lira sufra una fuerte depreciación.
Su presidente, Antonio Huertas, admitió ayer que están pendientes de las decisiones que adopten al respecto los supervisores (CNMV y Banco de España), pero defendió que no compromete su apuesta.
"No nos vamos a ir de Turquía", aseguró durante unas jornadas organizadas por la Apie en la UIMP en colaboración con BBVA, donde recordó que el grupo invirtió hace 12 años allí, convencido de que el potencial económico y regional es "importantísimo, y "sigue siendo un gran país". "Tendrá oportunidades de mejora económica cuando pasen las turbulencias", añadió.
La adopción de la contabilidad hiperinflacionaria, que Mapfre ya ha aplicado con anterioridad en Argentina y Venezuela, perjudica la línea de resultados pero refuerza solvencia por el mayor valor del euro frente a la lira. En todo caso la posición de Turquía en las cuentas del grupo es limitada.
Argelia
Donde sí está de retirada es de Argelia, por su decisión de clausurar las filiales de asistencia donde no tiene negocio directo de seguro. Y al ser cuestionado sobre los riesgos en el país arremetió contra el "lamentable" problema ocasionado. "A las empresas y al mundo económico se nos ha puesto entre la espada y pared", criticó, esperanzado en que "el mundo diplomático, de manera discreta, pueda aplacar estas diferencias".
En clave económica pidió "un esfuerzo de todos" para negociar un pacto salarial que permita gestionar adecuadamente el desafío que presenta la imparable inflación, ya que merma la capacidad adquisitiva de los trabajadores pero no debe penalizarse con todo a la empresa.
Su llamada de atención era para patronal y sindicatos, ya que desligó al Gobierno de estas conversaciones. "Acciones unilaterales por parte del Gobierno no son bien recibidas, yo creo que por parte de nadie", indicó, apostando por el diálogo.
La inflación mete especial tensión precisamente en el negocio del seguro, cuando además en algunos ramos hay fuerte competencia. Aquí reconoció que, "en tanto en cuando crezcan -los costes-, de alguna manera, habrá que repercutirlos", ya que las reparaciones se están encareciendo por el mayor coste que comprometen los proveedores, aunque matizó que los procesos se han eficientado y eso permitirá limitar el impacto.
"La inflación no es deseable porque si vamos todos incrementando capta tras capa va a ser muy difícil salir de esta", advirtió. En caso específico de Mapfre aseguró que su apuesta es por "las tarifas personalizadas" en función del riesgo individual de cada cliente.
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