La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha decidido este lunes suspender la negociación de las acciones de Grifols de forma cautelar. Lo ha hecho con efectos inmediatos solo 10 minutos antes de que abriera el mercado bursátil europeo y casi inmediatamente después de que la propia biotecnológica emitiera un comunicado a través del organismo supervisor, en el que anuncia que la familia fundadora (los Grifols) y el fondo de capital riesgo Brookfield valoran aliarse para comprar todo el capital de la compañía y excluirla de bolsa (tanto en España como en Estados Unidos). La cotización ha estado finalmente paralizada solo tres horas, hasta las 12:00 (hora de Madrid). Una vez reactivada ha subido con fuerza, hasta un 20%, aunque al cierre de la bolsa el salto se ha quedado en el 9,7%. Desde el inicio del año hasta el cierre del viernes pasado el precio de los títulos cotizados en el Ibex se había desplomado más de un 40% por las crisis de deuda y, sobre todo, credibilidad que se desataron a principios de enero.
El consejo de administración de la empresa catalana se reunió ayer, domingo 7 de julio, de manera extraordinaria. La razón era de peso: la familia fundadora ("los accionistas familiares de Grifols", reza la notificación a la CNMV) y Brookfield Capital Partners Limited hicieron una petición para que les permitan consultar "determinada información" del fabricante de hemoderivados.
El propósito de los Grifols y la gestora de capital riesgo es hacer una diligencia debida (due diligence), esto es, investigar a fondo el estado real del grupo. Y es que están planteándose hacer una oferta pública de adquisición (opa) conjunta por todo el capital social de Grifols.
"El propósito de la transacción sería la exclusión de cotización de la sociedad, en caso de finalmente llevarse a cabo", reza el comunicado remitido a la CNMV a primera hora de esta mañana. Las participaciones de Grifols se negocian tanto en el mercado bursátil español como en el Nasdaq de Wall Street (el mercado estadounidense).
Grifols realmente ha confirmado hoy la noticia que habían avanzado distintos medios este fin de semana. Cinco Días informó ayer incluso de que la potencial oferta podría ser por 5.500 millones de euros.
"No existe ninguna garantía de que Brookfield o los accionistas de referencia formulen una opa sobre Grifols"
Pasadas las 11:30 (en la España peninsular), Brookfield se ha pronunciado indicando en una nota a la CNMV que negocia la posible opa de manera exclusiva con "determinados accionistas de referencia". Cita a Scranton Enterprises, Deria, Ponder Trade y Ralledor Holding Spain.
"En este momento no existe ningún acuerdo o decisión en relación con la potencial operación o sobre sus eventuales términos o condiciones", añade la firma. Y subraya: "No existe ninguna garantía de que Brookfield o los accionistas de referencia formulen una oferta".
Previamente, el consejo de administración de la compañía había asegurado en su documento al supervisor bursátil que "desconoce si se llevará a cabo o no" la opa y que ignora "por completo los términos en los que, en su caso, podría realizarse".
"Los mayores accionistas quieran tratar de excluirla de cotización para no estar expuesta a la volatilidad que sufre", interpreta Joaquín Robles, analista de XTB. Pero considera en su comentario que "será difícil" que la opa (de haberla finalmente) "pueda cumplir con las expectativas del resto de accionistas". El consenso de analistas de Bloomberg otorga una valoración de 15,89 euros a los títulos de Grifols, que cotizan a precios mucho más bajos aun contando con el subidón de esta jornada, que ha sido del 9,7% a cierre, hasta los 9,86 euros la acción.
Cómo está repartido el capital de Grifols
Según los registros de la CNMV, Santiago Grifols Ras posee más del 7,3% del capital; Enrique y Nuria Grifols Roura tienen cerca del 9,3%; y Scranton, la sociedad para inversiones de los Grifols, y clave en las polémicas que envuelven a la biotecnológica desde inicio de 2024 (y que se detallan más adelante), cuenta con más del 8,6%. En conjunto, el 25,3% del accionariado.
Además, conforme a la web de Grifols, los accionistas vinculados y el consejo de administración atesoran el 30,4% del capital social. Capital Research and Management Company y BlackRock son los otros dos mayores accionistas (con el 4,58% y 4,3%, acorde a la CNMV).
Los Grifols han perdido poder ejecutivo dentro de la compañía que lleva el nombre familiar a lo largo de los últimos meses. Entre otros, Raimon Grifols Rousa y Víctor Grifols Deu dejaron a principios de febrero sus cargos como director corporativo y como responsable de operaciones, respectivamente.
Más importante fue que Nacho Abia sucedió a Thomas Glanzmann al frente de la biotecnológica, como consejero delegado (CEO), el pasado 1 de abril. Fue un nombramiento inesperado que se anunció a finales de febrero pasado, el mismo día en que la compañía publicó sus cuentas de 2023 sin auditar (y en el que la cotización se hundió un 35% en la que es, hasta ahora, la peor de su historia).
El último movimiento significativo entre los altos cargos se produjo hace apenas cuatro días, cuando se supo que Rahul Srinivasan se convertirá en el director financiero (CFO) a mediados de septiembre. Sustituirá en el puesto a Alfredo Arroyo, que se jubilará próximamente.
¿Fin a un annus horribilis?
Martes 9 de enero de 2024 a las 7:30 (hora de Madrid): ese fue el momento que marcó el inicio de la caída en desgracia de Grifols, una de las 35 firmas que cotiza en el Ibex, es decir, el principal índice de la bolsa española.
Fue entonces cuando la firma de análisis Gotham City Research, capitaneada por el misterioso inversor Daniel Yu y conocida en España por haber tumbado a Gowex, publicó su primer informe contra la compañía. En él la acusó de haber defraudado con sus cuentas de los últimos ejercicios. Es más, el análisis recogía que los títulos de Grifols deberían valer 0 euros.
Aquel día las acciones de Grifols se depreciaron un 26% al cierre de la bolsa (e incluso llegaron a perder un 43% a lo largo de la jornada). Algo que benefició enormemente a GIP, un fondo bajista ligado a Gotham City y que había tomado una posición corta en el accionariado de Grifols solo un día antes de emitirse el polémico informe, lo cual alimentó aún más el escándalo.
El del 9 de enero no fue el único documento incendiario de Gotham City contra Grifols, ni mucho menos. El segundo ataque se produjo el 20 de febrero, con Gotham insistiendo en lo polémico que es el entramado societario de Grifols (mirar gráfico de abajo), especialmente la cuestionable relación entre la firma y Scranton, uno de sus mayores accionistas y brazo inversor de los Grifols.

La ofensiva continuó el 6 de marzo, cuando Gotham dio más argumentos para aseverar que la biotecnológica está "tomando el pelo a los accionistas" con sus resultados. Entonces había salido a la luz el balance no auditado de 2023.
Y el, por ahora, último golpe fue asestado el 14 de mayo pasado. Ese día la firma de análisis 'justiciera' (su nombre hace referencia a la ciudad en la que vive en el superhéroe ficticio Batman) denunció que, a su parecer, BPC Plasma (filial de Grifols) había prestado 266 millones de euros de forma incorrecta a Scranton.
El profundo análisis de la CNMV concluyó que no hay "evidencias" para deducir que Grifols cometió fraude contable, aunque sí detectó "deficiencias relevantes" en sus resultados de los últimos años y dejó la puerta abierta a sancionar a la compañía.
Con todo, la confianza en la empresa española ha caído a plomo desde que comenzó este año. Las tres grandes agencias de calificación (S&P, Fitch y Moody's) han empeorado su nota crediticia (o rating).
Repunte (insuficiente) en bolsa
Lo mismo le había sucedido al valor en bolsa. Las acciones de Grifols en el Ibex 35 comenzaron 2024 costando 15,455 euros y el viernes acabaron la sesión en 8,99 euros, lo que supone un derrumbamiento próximo al 42%.
El mínimo intradía en bolsa del ejercicio se registró en 6,632 euros el 7 de marzo pasado, por lo que el hundimiento anual ha llegado a ser de sesenta y siete puntos porcentuales.
Ni la venta de parte de su negocio en China, clave para poder reducir su abultada deuda, ni el beneficio neto (de 21,4 millones de euros) del primer trimestre de 2024 lograron resucitar a Grifols en bolsa.
Así las cosas, parece que los herederos de los fundadores ven claro que es hora de sacarla del parqué. Y los inversores recogen con euforia la idea: las acciones se han encarecido más de un 20% incluso, llegando a superar los 10,80 euros de precio, algo que no ocurría desde finales de febrero.
Con el marcado rebote de este lunes, Grifols reduce sus pérdidas en bolsa acumuladas en lo que va de 2024 a alrededor del 36%. Dicho de otra manera: no es suficiente para recuperarse totalmente de los golpes de Gotham. Para ello la cotización todavía debe ascender más de otros treinta puntos porcentuales.
"Es una compañía que sigue muy penalizada por su situación financiera, tiene un elevado endeudamiento [casi 10.950 millones a cierre de marzo] y dificultades para obtener flujos de caja positivos", explica Robles. "Además", agrega este analista de XTB, "durante las últimas semanas ha quedado de manifiesto la pérdida de credibilidad por parte de los inversores, ya que las emisiones de deuda para cubrir los vencimientos del próximo año han sido a unos tipos de interés muy por encima del mercado".