
Grifols ha anunciado este martes que ha obtenido 1.000 millones de euros a través de una colocación privada (a grandes inversores) de bonos garantizados, esto es, respaldados por activos suyos. Vencerán en 2030 y con un interés elevado del 7,5% (muy superior al 4,5% del tipo de interés principal del Banco Central Europeo). De esta forma, la compañía obtiene una significativa cantidad de dinero para poder afrontar su dura crisis de deuda.
"Esta transacción supone un importante hito financiero", asegura la biotecnológica catalana en su notificación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de hoy, en la que agrega que la colocación privada "refuerza el diseño de su estructura financiera a largo plazo".
La clave de esta operación está en que Grifols deberá afrontar pagos de deuda (por vencimientos de diversos bonos) por unos 1.800 millones solo en la primera mitad de 2025, es decir, en apenas un año.
En este sentido, el fabricante de hemoderivados indica en su comunicado a la CNMV que utilizará los 1.000 millones obtenidos en la colocación privada de los bonos garantizados (o senior secured notes) para amortizar los bonos no garantizados (senior unsecured notes) que vencen el próximo año.
La empresa cotizada en el Ibex 35, el principal selectivo de la bolsa española, anunció hace casi dos semanas que estaba "trabajando activamente" para emitir deuda sénior garantizada y que, "en caso de éxito", destinaría los fondos logrados a refinanciar deuda no garantizada que vencerá en 2025. Y la semana pasada Cinco Días informó de que Grifols estaba negociando una colocación privada por 1.000 millones que finalmente se ha materializado.
Javier Cabrera, analista de XTB, recuerda en un comentario de esta jornada que "una cosa es el tipo de interés que pagarás sobre el nominal, en este caso un 7,5% sobre los 1.000 millones de euros [7.500 millones], y otra lo que has conseguido en la emisión". Y continúa: "En este caso, no sabemos si el descuento (cuánto menos de esos 1.000 millones de euros ha conseguido en la emisión) es muy amplio".
Sin novedades de Shanghai Raas
En la notificación al organismo supervisor (la CNMV) del pasado 10 de abril, Grifols también indicó que "sigue avanzando" en la venta de parte (el 20%) de su negocio en China al Grupo Haier "por un monto de 1.800 millones de dólares estadounidenses". Por ahora no ha habido novedades al respecto. La operación fue anunciada a mediados de junio del año pasado.
Grifols prevé cerrar dicha desinversión en Shanghai Raas antes de julio y usar los ingresos que logre con ella para reducir su deuda garantizada (secured debt).
Javier Cabrera (XTB): "Lo más probable es que Grifols tenga que seguir emitiendo deuda en los próximos años"
"Teniendo en cuenta que Grifols tiene problemas para generar flujos de caja positivos, lo más probable es que tengan que seguir emitiendo deuda en los próximos años", opinó Cabrera en otro comentario de hace cerca de dos semanas.
"Pese a que se pretende utilizar los 1.800 millones de dólares [por la venta del 20% de Shanghai Raas] para reducir endeudamiento, según nuestros cálculos el ratio deuda neta/ebitda seguiría por encima de 6 veces", añadió este experto.
El analista de XTB resaltó asimismo que la deuda recién emitida por Grifols es la de "mejor calidad crediticia", por lo que "marcará el tipo de interés mínimo que pagará a sus bonistas". Una tasa que, como se ha señalado previamente, es mucho más alta que el precio del dinero que estipula el BCE.
Javier Cabrera comenta del interés del 7,5% que "es bastante alto, teniendo en cuenta que es una emisión garantizada". Esto puede verse como una evidencia más del recelo de los inversores respecto el grupo de hemoderivados, independientemente de su reacción hoy en bolsa.
A modo de ejemplo, el analista menciona que los bonos de la compañía que vencen el año que viene son no garantizados (en definitiva, de peor calidad crediticia) y se emitieron en 2017 por ocho años con un coste final del 3,25%.
"La situación en la que se encuentran los tipos es diferente [por las fuertes subidas acometidas por el BCE entre julio de 2022 y el octubre pasado], pero también lo es la de Grifols, por lo que veremos un aumento importante de sus costes financieros en los próximos años, perjudicando aún más sus flujos de caja", advierte Cabrera.
Sanciones en el aire
La 'telenovela' de Grifols empezó el pasado 9 de enero, cuando la polémica firma de análisis Gotham City Research (conocida en España por tumbar a Gowex) publicó un informe en el que defendió que sus acciones deberían valer nada ("cero") pues, a su parecer, la compañía tenía una deuda neta aún más alta de lo que decía.
Ese fue el primer golpe de Gotham, pero hasta el momento ha habido otros dos (el 20 de febrero y el 6 de marzo). En el último informe la casa de análisis 'justiciera' aseveró incluso que la catalana está "tomando el pelo a los accionistas".
No fue hasta hace un mes cuando la CNMV se pronunció al respecto, admitiendo que hay "deficiencias relevantes" en las cuentas de Grifols pero concluyendo que no comete fraude contable.
A principios de este abril, la firma biotecnológica admitió que su endeudamiento neto al final de 2023 era mayor a 10.500 millones de euros, cuando en el balance de dicho ejercicio que había público en marzo la cifra era de 9.420 millones. Se trata de una diferencia superior a 1.100 millones, por lo que en el mercado se entendió que se trataba de una revisión al alza.
Grifols envió otro comunicado a la CNMV para desmentirlo, tildando de "errónea" dicha interpretación: "Los 1.100 millones de euros no constituyen una deuda financiera, ya que están relacionados con los alquileres futuros de los inmuebles de más de 390 centros de donación de plasma en todo el mundo y, por lo tanto, no representa ninguna deuda nueva", manifestó la secretaria del consejo de administración, Nuria Martín (quien firmó la escueta nota).
Con todo, el supervisor bursátil dejó la puerta abierta a sancionar a la empresa en el corto plazo. Argumentó en su análisis sobre los informes de Gotham City que debe hacer "un análisis de legalidad completo, que en su caso podría dar lugar, o no, a la incoación de uno o varios expedientes sancionadores". Y subrayó: "Esto no puede determinarse actualmente y es un proceso que puede requerir varios meses".