Industria

Grifols emitirá bonos para refinanciar la deuda que vence el año que viene

  • La compañía destinará los 1.800 millones de dólares de la venta de Shanghai Raas para amortizar deuda garantizada
  • El nuevo programa podría rondar los 1.000 millones, si debe hacer frente a la deuda no garantizada
Barcelona/Madridicon-related

Grifols inicia la refinanciación de su deuda con la preparación de una nueva emisión de bonos que sirva para amortizar el pasivo que le vence el próximo 2025. La compañía tiene en el horizonte la venta de Shanghai Raas para recortar la mochila financiera, pero los 1.800 millones de dólares -unos 1.650 millones de euros, al cambio actual- que percibirá no le evitarán tener que tomar otras decisiones cono el nuevo programa de obligaciones en el que trabaja.

Según informó la cotizada catalana en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), "está trabajando activamente para emitir deuda senior garantizada, cuyos fondos, en caso de éxito, se destinarán a refinanciar deuda no garantizada con vencimiento en 2025".

La compañía, que no precisa el importe de la nueva emisión, afronta vencimientos por un valor de 2.900 millones de euros el año que viene: 1.900 millones en bonos, 100 millones de un préstamo con el Banco Europeo de Inversiones y 937 millones de dólares -873 millones de euros, al cambio actual- con entidades bancarias. Es el primer gran ejercicio en un exigente calendario financiero, que en 2027 espera con otra emisión de bonos por 770 millones de euros y deuda bancaria por más de 3.000 millones de euros. De todo este abanico, la deuda no garantizada es otra emisión de bonos de 1.000 millones, por lo que este podría ser el montante aproximado de la nueva operación.

La organización dirigida por Nacho Abia afronta un 2024 tranquilo en cuanto a vencimientos, lo que le servirá para poner orden al pasivo. La firma asegura desde hace años que la reducción de la deuda es uno de sus objetivos principales. En sus últimas comparecencias públicas ya dijo que estaba abierta a acometer alguna refinanciación, aunque la mayoría del dinero a devolver saldría de la venta de Shanghai Raas al Grupo Haier por 1.800 millones.

Los bonos reaccionan al plan de Grifols

Tras conocerse el plan de la compañía para refinanciar su deuda a más corto plazo los bonos cotizados de la compañía experimentaron un repunte de precio, una señal de que la aversión al riesgo de los inversores disminuye de cara al 2025, donde la compañía tenía que hacer frente al pago de casi 2.000 millones de euros en títulos de deuda emitidos desde 2017. Del mismo modo, los vencimientos más largos previstos para 2028 también reflejaron una caída de la rentabilidad exigida por el mercado.

No obstante, la deuda corporativa de Grifols aún despierta recelos entre las principales calificadoras de deuda que establecen un rating corporativo de B+ en el caso de Fitch, B en el caso de S&P y de B2 en el caso de Moody's. Es decir, no podría denominarse deuda con grado de inversión, la categoría más segura para estas calificadoras que tienen incluso en revisión sus notas en la actualidad.

Con el primer asalto de Gotham el pasado nueve de enero, el inversor no se vio atrapado solo en el precio de la acción de Grifols, que se precipitó más de un 25% solo en la primera sesión. Aquellos que tenían en su poder bonos de la compañía también vieron cómo los precios de los títulos de deuda de Grifols anotaban caídas que dejaban pérdidas, tanto en los bonos a más corto vencimiento como los que deben pagarse en 2028. Si un inversor compró un bono que debería cobrar el año que viene (como los que ahora se refinancian) se habría enfrentado a pérdidas superiores al 5% solo en la primera semana del ataque bajista de Gotham. Y casi del 6,5% si se hubiera desprendido de estos títulos al inicio de abril.

No obstante, los precios volvieron a repuntar a medida que llegaba el rumor al mercado de las intenciones de la compañía por renegociar con sus acreedores. Los títulos de deuda que vencían en 2025 registraron un repunte de los precios hasta los 96,2 puntos que limitaría las pérdidas para un inversor en este periodo a menos del 2,5%. Por contra, los bonos a más largo plazo dejaron mayores pérdidas al inversor que no estuviera dispuesto a llegar a la fecha de cobro final. El bono de Grifols con vencimiento en octubre de 2028 (con un monto emitido de 1.400 millones de euros y un cupón del 3,85%, según los últimos datos de Bloomberg) marca un precio cercano a los 81,5 puntos. Es decir, se perdería casi un 10% desde el pasado 9 de enero.

Además, los CDS –una suerte de seguro contra impagos- de Grifols siguen cerca de máximos históricos.

El dinero de la venta de Shanghai Raas

Además, Grifols dio a conocer más detalles sobre el uso del dinero percibido por el 20% de Shanghai Raas que venderá a Haier por 1.800 millones de dólares. Si bien siempre había dicho que se destinaría a reducir la deuda, ahora añade que "ingresos derivados de esta desinversión se utilizarán para la reducción de deuda garantizada". Es decir, los 1.900 millones aproximados que no cubre la emisión.

La compañía confirmó que espera tener cerrada la desinversión en la filial china en el primer semestre de 2024, tal y como había explicado al mercado.

Con el movimiento, Grifols aspira a recortar su deuda financiera neta hasta los aproximadamente 7.700 millones de euros. La deuda neta, en cambio, rondará los 8.7000 millones de euros, pues se suman los contratos de alquiler de los edificios que no había comunicado.

Por exigencia de la CNMV, la cotizada hizo pública la deuda neta en sus balances la pasada semana, que era de 10.527 millones de euros, con una ratio deuda/ebitda de 8,4 veces, el 33% más de la deuda financiera neta, la única cifra que se había hecho pública en 2023.

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