Toda situación adversa, por difícil que parezca, tiene su lado bueno. Incluso la coyuntura macroeconómica que azota a todo el panorama mundial, con Estados Unidos en una recesión técnica y Europa a la espera de su llegada, entraña una parte positiva: las altas rentabilidades por dividendo que están dejando las abultadas caídas que se producen en la práctica totalidad de los sectores europeos.