Corresponsal en Bruselas

Durante la última semana, no solo el Gobierno español ha anunciado nuevas medidas fiscales para abaratar la factura de la luz a los consumidores con la rebaja del IVA del gas. El Gobierno alemán anunció un poderoso paquete de 65.000 millones de euros el pasado fin de semana y también Bélgica está trabajando para aplicar el impuesto a los beneficios extraordinarios del sector energético. En realidad, son mayoría los gobiernos que están activando escudos fiscales para ayudar a hogares y empresas a hacer frente a la imparable subida del precio de la luz, en algunos casos con un elevado coste para las arcas públicas. Según un informe del think tank Bruegel, España es el sexto país que más porcentaje de su PIB está dedicando a ello, por detrás de Grecia o Alemania, pero por delante de Francia.

La Comisión Europea pone distancia después de la negativa rotunda del presidente francés, Emmanuel Macron, a la construcción del gasoducto MidCat. A pesar de la insistencia de España y Alemania, Francia rechaza el proyecto y el ejecutivo comunitario ha cambiado el tono. Si al principio recordaba que cualquier nueva interconexión entre la península y Europa era bienvenida a ojos de la Comisión, ahora su portavoz en el ámbito energético, Tim McPhie, asegura que "no hay ninguna posición" al respecto.

La actualización de las normas fiscales no puede demorarse más. El Fondo Monetario Internacional (FMI) urge este lunes a la Unión Europea a actualizar y recuperar las normas de deuda y déficit suspendidas desde la pandemia de coronavirus para prepararse para futuras crisis. Según el organismo, es necesario actuar antes de que sea demasiado tarde e impedir una acumulación "indeseable" de deuda pública. Pero no solo hace falta empezar a poner las cuentas en orden, sino que sugiere también convertir el fondo europeo de recuperación en un nuevo instrumento fiscal, que sirva para apoyar a los países que deban hacer frente a shocks económicos y financiar la descarbonización.

Después de meses de reticencias, la Comisión Europea admitió recientemente que era necesario intervenir el mercado eléctrico europeo para parar la escalada de precios de la luz en todo el continente y los técnicos del ejecutivo comunitario trabajan ya en una hoja de ruta. Según el documento de trabajo al cual ha tenido acceso El Economista, Bruselas prefiere actuar sobre los precios de las fuentes de energías renovables que no apostar por limitar el precio del gas siguiendo el modelo de la llamada excepción ibérica, pues creen que supondría incentivar el consumo de este combustible, en contra de los esfuerzos que se están tomando para reducir su uso.

Acuerdo político para que los ciudadanos rusos dejen de tener facilidades para obtener visados de entrada a la Unión Europea. Los ministros de Exteriores europeos reunidos este miércoles en Praga han sellado este acuerdo que, sin embargo, no implica el veto total al turista ruso como intentaban conseguir varios países, sobre todo los fronterizos. En este caso, el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, ha asegurado que estos socios podrán tomar medidas nacionales para ir más allá en las restricciones, una opción que en realidad ya podían escoger porque la concesión de visados es competencia nacional.

Europa quiere seguir apretando a Rusia por su invasión de Ucrania, pero las medidas a tomar cada vez generan más fricciones internas. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió a principios de agosto que la Unión Europea vetara la entrada en sus fronteras de los ciudadanos rusos, fieles turistas en los principales destinos comunitarios. Países como Estonia, Lituania, Polonia o Finlandia recogieron el guante y se incrementaron las demandas en el seno de la UE para tomar esta vía. Sin embargo, no todos están de acuerdo y por eso los ministros de Exteriores prevén hoy llegar a un pacto político a medio camino que endurezca la concesión de permisos de entrada a los turistas rusos sin vetar la entrada absoluta a todos los ciudadanos del país que lidera Putin.

energía

Europa no puede continuar soportando la presión de los precios desorbitados de la energía. Lo ha admitido la misma presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien desde Eslovenia ha anunciado "una intervención de emergencia" en el mercado de la electricidad europeo y una "reforma estructural" del mismo. Así pues, las demandas que España pronunció por primera vez en Bruselas hace un año entre escepticismo de una gran mayoría cogen fuerza.

El curso político en Bruselas todavía no ha empezado oficialmente, que a la Comisión Europea ya se le amontonan los problemas. Este domingo, las principales asociaciones de jueces de la Unión Europea presentaron una denuncia ante el Tribunal de General de la Unión Europea para anular la aprobación de su plan de recuperación: 35.400 millones de euros entre ayudas directas y créditos que Bruselas aceptó entregar a Varsovia a principios de Verano después de meses de negociaciones por los incumplimientos del país que lidera el partido ultraconservador de Ley y Justicia.

Bruselas entra de pleno esta semana en el nuevo curso político, con la crisis energética monopolizando la agenda desde el minuto uno. La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, empieza la semana en Berlín, para reunirse con el ministro de Economía, Robert Habeck, y deja claro así cuál será una de las grandes preocupaciones: la economía alemana, locomotora de Europa y altamente dependiente del gas ruso. Después, se desplazará a a Eslovenia y asistirá a una cumbre con los estados bálticos además de Dinamarca, Finlandia, Suecia y Polonia, zonas especialmente vulnerables a las tensiones con Rusia. Será, pues, un otoño monopolizado por la guerra y todas sus consecuencias, sobre todo económicas, en que las instituciones buscarán garantizar la solidaridad entre países y luchar contra fatiga de guerra