Corresponsal en Bruselas

Una gran bandera de Ucrania se extendió este miércoles en la Grand Place de Bruselas, la capital de Bélgica y de las instituciones europeas, como muestra de apoyo a Ucrania en una fecha simbólica por dos motivos. Por un lado, se cumplen seis meses desde el inicio de la invasión rusa del país y por el otro, se conmemora el día de su independencia. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, acompañada de varios comisarios, acudieron al acto para reiterar una vez más que Europa apoya al país que lidera Volodimir Zelenski, no solo ahora, sino "a largo plazo".

Hoy Ucrania ya ha resistido seis meses después de la invasión, pero a medida que nos vayamos adentrando en otoño e invierno la cuestión será más bien ver si Europa y Occidente siguen resistiendo. Medio año después, el conflicto no ha conseguido tumbar el país que lidera Volodimir Zelensky pero sí que ha conseguido llevar Europa al borde de una recesión económica, con una espiral inflacionaria más potente y duradera de lo esperado que ya están desgastando no solo las economías europeas sino las sociedades y, en consecuencia, los liderazgos políticos.

Las cifras de dos dígitos en los índices de inflación son ya una mayoría en Europa. De hecho, en buena parte del este del continente se supera ya el 20%, según los datos de julio de Eurostat. Sin embargo, la sombra de esta inflación desbocada, vinculada estrechamente a la evolución de los precios de la energía, se está extendiendo por el resto del continente, hasta llegar a economías tan importantes como la británica o la alemana, poniendo en jaque la estabilidad política en Europa.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, aseguraba a principios de verano en el Parlamento Europeo que Grecia "ha recuperado el control de su economía". El líder heleno se congratulaba de poder inaugurar una "nueva era" después de la dura travesía entre la austeridad y las reformas a causa de la crisis y el rescate que el país sufrió la década pasada. La Comisión Europea ha puesto definitivamente punto y final al proceso de vigilancia reforzada de las finanzas griegas este sábado 20 de agosto, devolviendo así el país a la supervisión 'normal' desde Bruselas, la misma a la que se someten periódicamente el resto de países.

La interconexión gasista con Italia gana fuerza tras el rechazo por parte del Gobierno francés al proyecto del gasoducto en los Pirineos que proponen Alemania y España, también conocido como Midcat. Aunque el Gobierno español seguía ayer insistiendo en la necesidad de abrir el debate y en una "reflexión profunda" sobre el proyecto pirenaico, desde Bruselas se recordaba que la interconexión con Francia no es la única posibilidad y que sigue abierta la construcción de un gasoducto entre Barcelona y Livorno como alternativa.

La economía de los países que usan el euro todavía creció en el segundo trimestre del 2022, pero los últimos indicadores hacen inevitable vislumbrar el estancamiento económico ya entre julio y septiembre. La agencia europea de estadística actualizó ayer su primera estimación para el PIB europeo entre abril y mayo de este año y calcula que creció un 0,6%, tanto en la eurozona como en el conjunto de los Veintisiete. Esto supone una ligera rebaja de una décima para el crecimiento de la zona euro, pues Eurostat calculó hace un mes que el avance sería del 0,7%. La agencia europea confirmará definitivamente estos cálculos en septiembre.

Finalmente, los ministros de Energía de la Unión Europea han llegado rápidamente a un acuerdo este martes sobre el plan de emergencia para empezar a reducir el consumo de gas ante el chantaje de Putin. Después de varias jornadas de negociación, los gobiernos han conseguido suavizar la propuesta inicial de Bruselas, cosa que ha permitido el acuerdo.

La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, ha llegado optimista este martes a la reunión de los ministros de Energía de la Unión Europea y ha salido satisfecha. Los Veintisiete han llegado a un acuerdo para ahorrar hasta un 15% de gas en toda la UE de manera voluntaria, pero en el caso de España, este objetivo se reduce a la mitad, en torno al 7 o 8% por su falta de interconexiones y su capacidad para distribuir gas natural licuado al resto de la UE. Una victoria para la titular de Transición Ecológica, que se opuso al plan de Bruselas desde el minuto uno. 

Desde el minuto uno de juego el plan de la Comisión Europea para ahorrar gas causó polémica en gran parte de las capitales europeas, sobre todo de la periferia, pues se interpretó como una estrategia hecha a medida para salvar Alemania. Bruselas propuso una cuota voluntaria de ahorro general del 15% del consumo de gas en todos los países de la UE que podría convertirse en obligatoria en caso de emergencia. Sin embargo, estos últimos días, los gobiernos han suavizado el texto con varias excepciones que a la práctica adaptan el objetivo de recorte a cada situación nacional y, además, buscan quedarse con el control para activar la alerta que convertiría los umbrales en obligatorios.

Otra crisis está más cerca que nunca pero esta vez los papeles se han invertido. Esta vez es Alemania quién pide ayuda a Grecia o España. El plan que la Comisión Europea presentó esta semana para reducir el consumo de gas ruso ante un más que posible corte del suministro no gustó nada a buena parte de los socios europeos de la periferia, sobre todo los del sur, que como España, han criticado que Bruselas no les había consultado y se manifestaron abiertamente en contra. El plan, que implica la posibilidad de obligar a los Veintisiete a recortar un 15% el consumo de gas, puede llegar casi sin opción alguna a la reunión de ministros de Energía del próximo martes.