
Pese al reciente acuerdo de Grecia y la troika y pese a las alabanzas de Berlín y Bruselas a las reformas efectuadas, cada vez parece más claro que el rescate del país ha sido un fracaso y que jamás devolverá el dinero que se le prestó.
Al menos eso es lo que defiende el diario The Wall Street Journal, que asegura en un análisis que hablar de la sostenibilidad de la deuda griega (actualmente en el 159% del PIB, peor que en 2010 cuando se le rescató) es una "broma".
Además, entiende que el debate actual sobre si Grecia ha hecho los deberes (reformas, impuestos, recortes) para merecer más ayuda "no viene al caso", ya que en cualquier caso los acreedores, el resto de países de la Eurozona, perderán su dinero.
Y en este punto, hace una crítica irónica a Alemania. "Merkel dijo que uno de sus objetivos era hacer el rescate tan oneroso que nadie quisiera uno. Misión cumplida: nadie quiere el destino de Grecia". El problema es que, según la teoría del núcleo de la Eurozona, sin esta presión, los países volverían a los viejos hábitos que les metieron en los problemas... pero la realidad es que Atenas apenas ha planteado reformas de calado.
Es más, la continua incertidumbre que genera el rescate y las sucesivas revisiones lo único que provoca es más daño a la economía griega. De hecho, "tampoco la gestión de la economía griega de Berlín, Bruselas y Fráncfort ha producido un renacimiento económica. Lo que ha hecho, sin embargo, es exacerbar la disfuncionalidad y la xenofobia de la política griega".
"Para Grecia, el fin de este rescate no puede llegar suficientemente pronto. Al final tendría que empezar por reconocer que prestar a Grecia el equivalente al 100% de su PIB para afrontar un problema de deuda excesiva no iba a funcionar nunca tal y como estaba previsto", continúa el diario de referencia de Wall Street.
Asumir quitas en los préstamos a Grecia será difícil políticamente, y es eso precisamente una de las razones de que Merkel lo esté retrasando hasta después de las elecciones alemanas de septiembre. Además, probablemente surgirán dudas con Irlanda y Portugal.
"Grecia y sus socios de la Eurozona comparten la responsabilidad del desastroso resultado del rescate. Grecia no debe asumir sola el coste de lo que se ha convertido en un error conjunto. Es hora de pensar en una quita importante de la deuda en manos del sector de público, tal y como se reestructuró la deuda de los acreedores privados el año pasado", concluye.