La filtración del interés de BBVA en Sabadell a través de la cadena Sky News el pasado martes dinamitó los planes del grupo vasco de tratar de forma negociada la fusión con la entidad. Así lo desveló hoy el presidente de BBVA, Carlos Torres, durante un encuentro informativo para explicar la decisión de trasladar su oferta al accionariado de Sabadell después de que su consejo de administración lo rechazase por juzgarla insuficiente y que infravalora su proyecto.

Los accionistas clave de BBVA tienen un 21% del capital de Sabadell. Esta es la idea que se desprende del análisis del accionariado -altamente segmentado- que tiene la entidad catalana y que será clave para que salga o no adelante la opa hostil anunciada esta misma mañana por parte del banco que encabezan Carlos Torres y Onur Genç a través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). BBVA ha cambiado su estrategia: ya no busca convencer al consejo de la entidad catalana, pasa directamente a ir a por el visto bueno de los accionistas.

BBVA justifica la fusión con Sabadell en la necesidad de ganar escala, defiende la oferta vía canje accionarial como la mejor alternativa porque el proceso tardará meses en resolverse y confía en que el Gobierno la respalde, pese al rechazo emitido esta misma mañana. Son algunos de los principales mensajes compartidos hoy por el presidente del grupo, Carlos Torres, y el consejero delegado, Onur Genç, con analistas en una reunión convocada a contrarreloj para explicar la formulación de la oferta sobre el banco catalán después de haber sido rechazada por su consejo de administración.

En la banca española no hay muchos precedentes de una opa hostil, salvo la que vivió Banco Bilbao en 1987 con Banesto. La inmensa mayoría de operaciones se han resuelto con una negociación pactada entre las cúpulas de las entidades involucradas o por intervención del Banco de España cuando la integración era la solución para una entidad inviable como ocurrió durante la crisis financiera.

Los analistas comenzaron a corregir las previsiones de beneficio de Banco Sabadell tras presentar los resultados del primer trimestre de este año y antes de que BBVA lanzase la oferta de fusión el martes pasado. En este sentido, y para el momento en que la carta-oferta de Carlos Torres llegó al consejo de administración que encabeza Josep Oliu las previsiones de los profesionales que siguen habitualmente a la entidad ya habían comenzado a subir, marcando de media una mejora del beneficio para los próximos ejercicios de alrededor del 12%, tal y como se puede ver en el gráfico adjunto.

El rechazo del Sabadell a BBVA deja la pelota en su tejado y hay convicción en el mercado de que jugará la carta porque difícilmente se entendería el segundo fracaso en la misma fusión sin un buen plan B. Los analistas ven margen para mejorar la oferta tirando de la hucha excedentaria que la cúpula del grupo vasco siempre ha reivindicado tener para acometer operaciones corporativas y que en este momento alcanza los 5.000 millones de euros.

El revés en Sabadell, por segunda vez en cuatro años, mete presión sobre la cúpula de BBVA, cuya estrategia en términos de operaciones corporativas no siempre se ha visibilizado con claridad. El presidente del grupo, Carlos Torres, y el consejero delegado, Onur Genç, que el próximo año tendrán que recabar el apoyo de los accionistas para renovar mandato por otros tres años, arrancaron como tándem con el inicio de 2019, cuando Francisco González se vio obligado a anticipar su salida del grupo por el 'Caso Villarejo'.

BBVA pierde 4.500 millones de euros de valor en bolsa desde el cierre de la sesión del pasado lunes, el día antes de que lanzase la oferta de fusión sobre Banco Sabadell.

Banco Sabadell seguirá mejorando sus beneficios este año. Esta idea es compartida entre la propia entidad y los analistas –tanto en el conjunto del consenso como de forma individual–. En cambio, en lo que pasará con las cuentas de la entidad que encabezan Josep Oliu y César González-Bueno a partir de 2025 es donde empiezan las diferencias. Los analistas, tal y como se puede ver en el gráfico, estiman que este año se alcanzará el pico tanto de beneficios como de margen de intereses, y a partir de entonces estas cifras comenzarán a caer. En cambio, desde el propio banco han empezado a guiar la idea de que 2025 también será un buen año para la entidad, en parte, por el resurgimiento definitivo de las cifras de su filial británica, TSB, gracias al proyecto Caterpillar –oruga, por su nombre en inglés–.

El rechazo del Sabadell a la oferta de BBVA deja en su tejado el siguiente movimiento. Pero que el consejo de administración del banco catalán haya optado ya por mantener el rumbo independiente tras juzgar que su propuesta "infravalora significativamente el proyecto del Sabadell", limita las posibilidades de que cualquier nueva oferta pueda ser considerada amistosa.