Redactora de elEconomista

Las gigantes tecnológicas estadounidenses, también conocidas como Faang, no han empezado con buen pie el presente ejercicio y han protagonizado algunas de las caídas en bolsa más acentuadas de este primer mes del año, las cuales han estado derivadas, en parte, por las altas expectativas de un aumento en las tasas de interés por parte de la Fed (Reserva Federal estadounidense).

Aunque el inicio de 2022 no ha estado protagonizado, precisamente, por los números verdes de las bolsas globales, debido al entorno incierto en el que se encuentran los mercados tras la acechante subida de tipos y retirada de estímulos de la Fed (Reserva Federal estadounidense) y a la escalada de la tensión en la frontera de Ucrania con Rusia, el selectivo español es uno de los índices que más cerca está de cerrar enero en positivo.

Bolsa y Mercados

La incertidumbre está marcando los pasos –o traspiés– de los mercados globales en el primer mes del año. Especialmente, en el americano. Así puede observarse en el S&P 500, que está sufriendo de manera pronunciada las correcciones en bolsa y, a falta de pocas jornadas para acabar enero, ya vive el peor mes frente a Europa desde diciembre de 2018, al quedarse a una distancia de 3,3 puntos porcentuales del Stoxx 600.

Aunque Siemens Gamesa fue la única, junto a Telefónica, que logró salvarse de las caídas de bolsa del selectivo español el lunes, con un repunte del 1,78% a cierre del mercado, la compañía lleva con el viento en contra desde que comenzó el año.

La tensión en Ucrania hace temer que Europa esté más cerca de una guerra de lo que ha estado en décadas y las bolsas empiezan a poner el foco en este asunto con Rusia como la principal damnificada. El MOEX (el principal indicador bursátil del país denominado en rublos)y el RTS (que aglutina a los 50 valores más grandes y líquidos en un índice calculado en dólares) retroceden en la semana un 5% y un 4%, respectivamente, y las pérdidas anuales ya alcanzan el 9% en el caso del primero y del 12% en el segundo.

La incertidumbre y la volatilidad fueron hasta la fecha la tónica habitual en los principales parqués mundiales. La expectación ante una respuesta más agresiva de la esperada para combatir la inflación por parte de la Fed -que podría suponer más subidas de tipos de las proyectadas por el mercado- ha provocado que muchos valores hayan recortado el precio de su acción en lo que va de año a pesar del buen ritmo que reflejaron en los últimos pasos de 2021.

Desde el pasado 21 de octubre, Meta, que es la antigua Facebook, no ha vuelto a alcanzar el entorno del billón de dólares. La compañía de Zuckerberg, que al igual que el resto de tecnológicas recibió la incertidumbre de ómicron con fuertes caídas, debe recuperar un 11% para volver a alcanzar ese nivel, a datos a media sesión de ayer.

Con las uvas y el champán de fin de año vino también un cambio importante en la estrategia a seguir por parte de los inversores. Después de un ciclo largo en el que la tecnología había sido el sector más rentable casi por defecto en Wall Street, este año, de momento, está siendo el patito feo de la bolsa.

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El MSCI Emerging Markets, el índice que representa la evolución de los mercados emergentes, a partir del progreso de más de 1.400 compañías cotizadas de mediana y gran capitalización, ha empezado el año intentando borrar las pérdidas del 2021, donde se dejó un 4,6% en el parqué en dólares –en euros sumó un 2,11%–, y registra una subida del 2% en lo que llevamos de ejercicio.

El año 2021 finalmente resultó, pese a la pandemia y una inflación desbocada, un excelente ejercicio para la renta variable. Desde Europa hasta Estados Unidos, los principales índices bursátiles dieron un importante empujón en las últimas semanas de diciembre y consiguieron cerrar un buen ejercicio para el mercado. Así lo demuestran las cifras del S&P 500, que se anotó una subida del 36% en el cómputo anual; el Stoxx 600, con un alza del 22%% o el Ibex 35, que finalizó 2021 con un rebote de casi el 8%.