Lo que en el siglo XIX revolucionó la manera de viajar y de consumir el lujo, puede volver a revivirse aquí, entre nuestras fronteras. El mítico Orient Express que unía París con Estambul (entonces conocida como Constantinopla) no sólo era un tren de alta gama que ofrecía la posibilidad de llevar a los viajeros desde el corazón de Europa hasta la exótica puerta de Asia, sino que supuso un hito en cuanto al nivel de confort y servicio, algo inédito en la época. Este tren de lujo sobre raíles alcanzó una fama legendaria que le convirtió en un icono del misterio y del glamour, ya que no muchas personas podían permitirse esa combinación de elengacia, confort y rutas exóticas.