
Con las uvas y el champán de fin de año vino también un cambio importante en la estrategia a seguir por parte de los inversores. Después de un ciclo largo en el que la tecnología había sido el sector más rentable casi por defecto en Wall Street, este año, de momento, está siendo el patito feo de la bolsa.
El principal motivo es que las subidas de tipos en Estados Unidos ya son prácticamente una realidad y lo único que queda por saber es si veremos tres o más incrementos del precio del dinero por parte de la Reserva Federal antes de que acabe el curso. Por su naturaleza, estas compañías son muy intensivas en inversiones para mantenerse en la vanguardia de la innovación y un encarecimiento de la financiación elevará sus costes futuros.
Esta rotación de carteras ha llevado al Nasdaq 100 a ceder ya casi un 8% desde los máximos históricos de diciembre, mientras que el Nasdaq Composite llegó a perder incluso un 10%, entrando en terreno técnico de corrección ante las fuertes órdenes de venta vistas en las últimas jornadas. Este jueves, la tecnología cayó con fuerza otra vez más tras rebotar al principio de la sesión, en una señal de la incertidumbre que sacude a los mercados. Netflix, al cierre del mercado estadounidense, se desplomó más de un 10% al publicar sus cuentas anuales, con una decepción en las expectativas de suscriptores.
Todo esto deja un contexto estratégico delicado para el inversor, que ha visto cómo recientemente "los índices estadounidenses volvían a poner a prueba la zona de mínimos de la semana pasada, como son los 15.165 puntos del Nasdaq 100, que es la línea divisoria que separa un contexto alcista de uno en el que cabría esperar caídas adicionales de al menos un 6% hasta la zona de los 14.400 puntos, que son los mínimos de julio y octubre del año pasado y cuyo alcance sería una de esas oportunidades de compra que se ven cada ciertos meses", explica Joan Cabrero, asesor de Ecotrader. El índice perforó esta cifra el jueves, cayendo a los 14.846,46 enteros. Por su parte, "el objetivo de caída y zona de compra análoga en el S&P 500 se encuentra en la zona de los 4.400 puntos y hasta ahí hay un riesgo de caída del 4%", concluye.
Las más bajistas
En cuanto a las empresas con mejor comportamiento del Nasdaq en lo que va de ejercicio, y a datos a media sesión del jueves, la compañía de videojuegos Activision Blizzar –que se anotó una gran subida en bolsa tras salir a la luz que Microsoft va a comprar la empresa por 68.700 millones de dólares (60.400 millones de euros)– lidera esta clasificación con una subida de más del 23%, seguida de Pinduoduo, la plataforma tecnológica centrada en la agricultura, con un 10%, y la fabricante de vehículos Paccar, con más de 6%. Por contra, la compañía que peores números registra en el parqué en lo va de 2022 es la biotecnológica Moderna, con más de un 31%, a la que le sigue Datadog, la empresa que provee un servicio de monitorización para aplicaciones en la nube, con un descenso del 26%, y el fabricante de escáneres digitales Align Technology, con un 24% abajo.
Respecto a las gigantes tecnológicas, que cerraron 2021 con importantes subidas en bolsa, no han arrancado este año siguiendo la misma inercia. Microsoft, que subió un 50,8% en el parqué en 2021, se deja un 7% en lo que va de año, a datos de media sesión del jueves. Apple, por su parte, que también subió un 44,6% el año pasado y llegó a superar los tres millones de capitalización a principio de año, cae más de un 4% este 2022. Amazon, que es una de las tecnológicas que menos se anotó en bolsa en el anterior ejercicio, con un 9,9%, pierde un 5,19% en las primeras semanas del año. Así, cuenta con un potencial alcista de 31,4%.
Google es la tecnológica que más subió en 2021, con 77,5%. Sin embargo, no comienza con el mismo buen pie y se deja más de un 4% en 2022. Según el consenso de mercado de Bloomberg, la compañía dirigida por Sundar Pichai ofrece un potencial de 22,9%.
Meta, anteriormente conocida como Facebook, repuntó un 71,9% el año pasado y se deja un 2,5% en lo que va de año, por lo que sigue lejos de recuperar el billón de dólares.