El multimillonario británico Richard Branson tiene un repertorio de compañías muy variado, desde cruceros a hoteles o una operadora de telecomunicaciones. Y hasta hace muy poco, también presumía de un servicio de lanzamiento de satélites. Tras echar a casi toda su plantilla y suspender las operaciones con carácter indefinido, Virgin Orbit se declaró en quiebra. Ahora ha vendido sus 'restos' por cerca de 36 millones, menos de un 1% de lo que llegó a valer en su debut en bolsa. La firma se estrenó en el mercado mediante una SPAC (una compañía con propósito especial de compra).

La transformación del espacio aéreo, que se inició con la pandemia, se está resolviendo con una consecuencia directa para los viajeros: billetes más caros. Desde entonces, el modelo low cost parece cada vez menos viable. Hay escasez de aviones ahora que la demanda se ha recuperado con fuerza y en un momento en que los costes de las aerolíneas se han disparado. Una realidad que dificulta que se puedan encontrar trayectos ultrabaratos y que deja en vías de extinción los desplazamientos por menos de 10 diez euros.

El Nasdaq 100 lleva buena parte de mayo renovado máximos anuales. Su último empujón le ha colocado sobre los 13.830 puntos, un nivel no visto desde abril del año pasado. El índice tecnológico ha llegado a la primavera con un ascenso acumulado del 25%, pese a la amenaza de recesión y a que los tipos de interés en Estados Unidos están a la altura de los de 2007. Es su mejor rendimiento en dos décadas, exceptuando el periodo de estímulos de la pandemia. La pregunta que surge ahora, y que intenta responder Wall Street, es hasta dónde tiene recorrido el rally.

Mientras el inmobiliario europeo se tambalea, España está fuera del foco. Quitas para los bonistas, recortes de dividendo, activos mal vendidos, bajadas de rating y el temor a un desplome en las valoraciones de activos. Así están siendo los últimos meses de las promotoras e inmobiliarias del centro y del norte de Europa. Da igual que sean compañías especializadas en activos residenciales, oficinas o superficies comerciales. El mercado está dudando del ladrillo de manera indiscriminada.

El fin del dinero barato, tras la pandemia, por parte de los bancos centrales está detrás de la delicada situación de los promotores inmobiliarios en cualquier rincón del mundo. Los problemas empezaron en China, han comenzado a dar la cara en el negocio de oficinas en EEUU y las primeras grietas ya han aparecido en el inmobiliario europeo. De manera sorprendente en la vieja Europa está ocurriendo en los países más inesperados, en los más ricos y, en principio, en los más solventes. Un buen puñado de inmobiliarias de Alemania y Suecia están ocasionando grandes quebraderos de cabeza a los inversores. Los canarios en la mina que pueden desencadenar un caos inmobiliario en Europa tienen nombre y apellido. Y también está señalado un banco por su elevada exposición al sector.

Tras las liquidaciones de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés, el organismo que garantiza los depósitos de los ahorradores cuando un banco quiebra) garantizaba que los depositantes recuperarían todo su dinero, estuviera o no asegurado, y que los costes de ese rescate no iban a recaer en los contribuyentes. Dos meses más tarde y con las heridas todavía abiertas, la FDIC ha propuesto una norma para que sean los grandes bancos los que se hagan cargo de ese 'roto'. En Estados Unidos, las cuentas están aseguradas hasta los 250.000 dólares, pero no en adelante.

El mayor ciclo de restricción monetaria en décadas sigue pasando factura al capital riesgo. Incluso, cuando el sector se beneficia de una recuperación de las acciones tecnológicas, este rebote no es suficiente para compensar el casi inexistente apoyo de capital que tienen las empresas emergentes, cuyas valoraciones a la baja siguen lastrando las carteras de grandes firmas. Las cuentas del gigante SoftBank, el mayor inversor del mundo en este ámbito, reflejan precisamente eso. Ni un respiro en la tecnología le ha servido para registrar pérdidas récord en su portfolio.

Las tensiones inmobiliarias en Suecia son cada vez más evidentes. Esta semana el foco de preocupación está en la mayor propietaria de activos comerciales del país, SBB Norden, que ha arrastrado en bolsa a sus competidoras tras advertir de sus problemas de liquidez, presionando a una buena parte del sector. El del país nórdico debería ser un aviso para toda Europa y su ladrillo. Es el canario en la mina, que ya ha dejado de piar.

Tras un largo proceso y una muerte anunciada, las autoridades de Estados Unidos han decidido cerrar First Republic. Tras las quiebras de Silicon Valley Bank (SVB), Silvergate y Signature, las tensiones se trasladaron a su competidora, que también ha sido incapaz de contener la crisis. Las fugas de depósitos, la presión por las frenéticas caídas en bolsa y el deterioro de sus activos, han provocado que la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) haya decidido cerrar la entidad y adjudicar sus restos a JP Morgan, como ha anunciado este lunes el organismo.

El regulador británico ha bloqueado la compra de Microsoft a Activision Blizzard. Se trataba de la mayor adquisición en el sector de los videojuegos, anunciada en enero del año pasado por 68.700 millones de dólares. Tras más de un año revisando si la operación terminaría perjudicando la competencia, la Competition and Markets Authority (CMA, por sus siglas en inglés) ha decidido no dar su visto bueno.