La economía de Japón resiste en un entorno complicado pero se encuentra en un terreno peligroso. El país del sol naciente se encuentra atrapado en un complicado equilibrio entre una recuperación modesta y una recesión para 2024, mientras el yen se hunde por los movimientos de la Fed y el BCE. En ese delicado contexto, el factor diferencial y su tabla de salvación es China, su principal socio comercial, cuyas compras pueden elevar a su moneda y encender su economía para garantizar el crecimiento. Sin embargo, las exportaciones no paran de caer mes a mes, atrapadas en un despertar decepcionante tras sus políticas 'covid-cero' y una guerra soterrada entre las dos potencias asiáticas que está congelando las inversiones.