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Así ha 'salvado' Powell al euro: la embestida de la Fed contra el dólar

  • La divisa europea remonta a máximos de septiembre
  • La posibilidad de una subida de tipos más se diluye
  • Y un Oriente Medio más calmado quita fuerza al 'billete verde'
Europa (Dreamstime)

El auge del dólar se ha visto completamente sacudido por la Reserva Federal. Al margen de una pausa en los tipos en noviembre, que ya se daba por descontada, fue clave la rueda de prensa de Jerome Powell, donde mostró un tono más moderado y dio alas a la teoría de que la Fed podría haber llegado ya a su techo con los tipos de interés máximos, evitando una subida más. Esto ha empujado al euro con una subida de cuatro sesiones consecutivas y un alza total de un 1,5% frente a su par norteamericano. Se trata del quinto avance semanal más potente del año y le ha llevado a retomar sus niveles más altos desde septiembre.

El euro ha vivido un largo invierno, con el BCE habiendo tocado su techo con los tipos y una economía más frágil que invita al mercado a descontar recortes en el precio del dinero, más temprano que tarde. La moneda europea ha llegado a caer un 6,8% desde su punto álgido y el conjunto de los analistas daban por hecho que estos descensos habían llegado para quedarse durante una larga temporada. De hecho, algunos se atrevían a sugerir la paridad entre ambas divisas, tal y como sucedió en 2022. Sin embargo, este enfoque ha sido sacudido por la Fed y algunos expertos plantean que puede haber terminado por completo el ciclo de subidas del dólar.

'Algo ha cambiado'

Los analistas de la ING liderados por Francesco Pesole, creen que estamos ante un momento de máxima incertidumbre y que la 'niebla de guerra' es demasiado densa. "El reconocimiento por parte de la Reserva Federal de que los tipos más altos están teniendo un impacto en la economía puede haber puesto un límite a hasta qué punto pueden volver a subir los rendimientos, y nuestro equipo económico está observando una clara pérdida de impulso en la esfera del empleo". Estos factores estarían debilitando a una divisa que se mantenía 'in crescendo' durante semanas e incluso meses.

Sin embargo, Pesole explica que "pese a todo, es demasiado pronto para hablar de que la fortaleza del dólar ha terminado". Además, el experto insiste en que "el dólar está menos sobrecomprado que hace un año, pero el posicionamiento de los bonos a largo plazo es significativamente más bajista que hace un mes". De hecho, desde ING remarcan que una caída en los rendimientos de los bonos como la que hemos visto en los últimos días "inevitablemente afectó a las divisas".

Uno de los elementos clave para la fortaleza del dólar fueron los potentes rendimientos del 'T-Note' (bono a diez años). Estos habían repuntado de forma imparable hasta superar unos retornos del 5%. En cualquier caso, a pesar de que estaba asentado con solidez en el entorno del 4,9% las últimas semanas ha vivido una importante caída para situarse ahora a las puertas del 4,6%, un descenso en escasos seis días que se ha visto acentuado por la Fed. Sin embargo, hay otro elemento que ha sido clave para esta 'caída' y es Oriente Medio. Pues, ante una mayor relajación del conflicto, la demanda de un activo seguro ante los riesgos geopolíticos se ha calmado.

Joaquín Robles, analista de XTB, explica que claramente "el dólar ha perdido fuerza durante las últimas sesiones ante la postura de la Reserva Federal y el conflicto en Oriente Medio". El experto tiene claro que "en su última reunión, la Fed sugirió que los tipos podrían haber alcanzado su nivel más alto y la solidez de la economía norteamericana y el temor a nuevas presiones de inflación impulsadas por la fortaleza del mercado laboral". La posibilidad de una nueva subida de tipos se reduce, debilitando al dólar y, además, "la relajación de los conflictos geopolíticos, que han vuelto a pasar a un segundo plano, también ha reducido la demanda de dólares como valor refugio".

En ese sentido, Robles deja claro que el euro "ha reflotado más por la debilidad del dólar que por la propia fortaleza del euro", con la divisa norteamericana "encaminándose a la mayor pérdida en dos meses a medida que se desvanecen las posibilidades de un nuevo aumento de tipos en EEUU y los rendimientos de los bonos se alejan de máximos anuales". Según el experto esto daría aire a la moneda europea para subir hasta un entorno de 1,085 a 1,1 dólares, descartando así la posibilidad de nuevas caídas que le lleven a coquetear con la paridad, una opción viva hace escasas semanas. A pesar de ello, también abre la puerta a una caída, eso sí, mucho más limitada (1,065 euros como suelo), en caso de que revivan las tensiones geopolíticas o haya señales de un sobrecalentamiento de la economía.

Ben Laidler, analista de eToro confirma que algo ha cambiado en la relación entre el euro y el dólar. "La divisa europea se ha estabilizado" con las "corrientes cruzadas de una pausa cada vez más moderada por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos", con su economía "mostrando signos de desaceleración y el crecimiento del PIB del 4,9% del tercer trimestre en su punto máximo".

En ese sentido tienen claro que "los riesgos están más equilibrados con un mayor potencial negativo para el crecimiento de EEUU, mientras en Europa, el débil desempeño y la amenaza de recortes de tipos ya se dan por hecho por el mercado". Los expertos de la firma señalan de este modo que "estos son los ingredientes que darán una estabilidad al euro ahora" y que brotarán en "una recuperación en 2024, debido a que Europa será la primera en volver a una recuperación del crecimiento".

En ese sentido, señalan que es clave para la economía de Europa y el BCE volver a tener un euro fuerte frente al dólar, aunque con matices. "Por un lado, una divisa fuerte es un elemento clave frente a la inflación". El problema, según eToro, es que el IPC ya se ha desplomado gracias a la bajada en el precio de la energía, con los precios del gas cayendo un 87% desde máximos. Sin embargo, un euro más barato "impulsa la competitividad de las economías y empresas europeas más expuestas a la exportación". Esto se ve claramente con alemania, la locomotora de Europa, un país dedicado a la exportación y al que la baja demanda (especialmente de China) está lastrando de forma determinante. En 2022 las exportaciones de bienes y servicios supusieron un 50,34% del PIB del país germánico. Por lo que un euro más competitivo aliviaría de forma clara a un país que espera un retroceso del 0,6% de su economía para este 2023.

Por contram los expertos de Generali creen que hay que tener encuenta "que el contexto mundial no podría ser más favorable para el dólar". Por su parte, Víctor Alvargonzalez director de estrategia de Nextep Finance, explica que "más que un cambio de ciclo hay un realineamiento". "Los últimos datos de empleo le han recordado al mercado que en EEUU podrían estar empezando a notarse las subidas de tipos y enfriándose un poco la economía" pero "de momento solo hablaríamos de un ajuste técnico mediante el cual el mercado es consciente de que en EEUU también puede enfriarse la economía".

En el conjunto de la UE también pesan las ventas al exterior. Según datos de Bloomberg, la Unión Europea tuvo un superávit entre importaciones y exportaciones con el país norteamericano de 177.257 millones de dólares en 2022, siendo este su principal socio con diferencia. Pero es que este 2023 la cifra puede ser incluso mayor, pues en el primer semestre del año el superávit ha escalado hasta los 98.500 millones de dólares.

Sin embargo, pesa mucho la lucha contra la inflación, un elemento clave que mantiene el foco de todos los países de la zona euro. El BCE está comprometido a devolver al 2%, el objetivo de IPC, y, para ello, intenta enfriar las economías de la región con una subida de tipos histórica en la que ha pasado del 0% al 4,5% (en el caso de la tasa principal) en tiempo récord. Según los últimos datos relativos a octubre, el IPC logró situarse en el 2,9%, una cifra mejor de lo esperado y que deja al continente en un buen punto para someter definitivamente la inflación en 2024. De hecho, de seguir bajando de forma controlada, ya hay miembros del BCE que hablan de un recorte de tipos en la segunda mitad de 2024. Y, para lograrlo, es mucho más fácil con un euro fuerte.

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