Bolsa, mercados y cotizaciones

Crece la euforia en Wall Street de una victoria total sobre la inflación "en pocos meses"

  • Goldman Sachs y Morgan Stanley anticipan una batería de recortes de tipos
  • ING: "En unos pocos meses veremos el IPC por debajo del 2%"
  • La Fed y otros expertos se muestran más cautos
Casa Blanca (iStock)

La mirada del mundo está puesta sobre la inflación de Estados Unidos. La Reserva Federal está inmersa en una batalla encarnizada por devolver el IPC al objetivo del 2%. A pesar de que no se descarta una subida de tipos más, el mercado ya da por hecho que el 'precio del dinero' ya ha tocado techo y solo queda mantenerlo lo suficiente. La gran pregunta que recorre Wall Street de cabo a rabo es, cuánto será suficiente. A pesar de que su presidente, Jerome Powell, ha advertido de que esta última milla es la más complicada y aún queda mucho para doblegar la inflación, los mercados, analistas y expertos están comenzando a llenarse de euforia y creen que la victoria está cerca.

"En unos pocos meses veremos probablemente una inflación por debajo del 2%", comenta James Knightley, analista de ING en su último informe. Según el banco neerlandés el objetivo se logrará en el segundo trimestre de 2024, unas estimaciones que contrastan fuertemente con las de la propia Reserva Federal, tanto en su hoja de ruta como en sus últimas publicaciones.

En el comunicado de septiembre en el que publicó 'dot plot' (previsiones económicas de la institución), el conjunto de la Fed otorgaba a 2024 una inflación media del 2,5%. Los datos de la Fed de Nueva York son menos halagüeños y hablan de un IPC situado en el 3% para 2024. Desde la OCDE también dan por hecho que no se logrará el objetivo y creen que para el cuarto trimestre del año que viene la inflación todavía se encontrará en el 2,4%.

De momento los últimos datos de la inflación muestran algo claro, las espadas están en todo lo alto. Después de una caída sostenida desde los máximos del 9,1% en 2022 hasta el 3% en junio de este año, esta ha vuelto a rugir con una alza hasta el 3,7%. Tras dos meses situado en ese nivel sin movimientos, la tensión se mantiene viva a la espera de los datos de octubre que se publicarán este martes. Según el consenso de Bloomberg habrá un retroceso claro hasta el 3,3% debido a una relajación de los precios de la energía y una menor demanda interna. Pero, de momento, todo está en el aire.

Pero, a pesar de los actuales datos y las previsiones oficiales aún rígidas, el optimismo está presente por una serie de factores que han hecho creer que la situación será mejor de lo esperado. "Lo más seguro es que la Fed ya haya terminado su trabajo, el poder de fijación de precios de las empresas está disminuyendo" explican desde ING. Además, los expertos creen que hay una sucesión de factores clave que justificarán una caída de precios generalizada que permita que la Fed logre su objetivo en escasos meses.

Entre los destacados por el banco neerlandés está la desaceleración del alquiler que será "la gran fuerza desinflacionaria de 2024". Los expertos de Caixabank explican que los costes de vivienda ('shelter') es elemento estrella del IPC pues "supone el 34% de la cesta del consumo". En ese sentido, la demanda de alquiler se relajará los próximos meses, después de que los precios bajaran en septiembre por primera vez en seis meses. En ese sentido, dan por hecho que estas caídas seguirán, liderando a una inflación en retirada. François Rimeu, estratega jefe de La Française AM incide en este elemento y explica que "los problemas en el sector servicios que han mantenido alta la inflación el año pasado se debieron al alquiler equivalente al propietario".

"No creemos que este último tramo de desinflación vaya a ser particularmente dificil, el impacto en los bienes básicos ya se está manifestando y continuará durante la mayor parte del año"

El segundo elemento es la caída de los precios de la energía. Tras el conflicto de Oriente Medio y los recortes de la OPEP (y sus aliados), liderados por Arabia Saudí y Rusia, parecía que el precio del petróleo volvería a la carga. Sin embargo, los precios se están suavizando y el precio del barril norteamericano (WTI) ya cotiza en los 77,34 dólares después de caer un 17% desde sus máximos de septiembre. Según ING el precio del galón de gasolina ya están en mínimos de marzo y "nuestros estrategas, a pesar de que siguen siendo cautelosos con un movimiento de Irán que agudice el conflicto, ven los precios de la energía a la baja, detrimento la inflación".

Otros analistas que no son tan optimistas también ven una fuerte relajación de las subidas de precios en 2024. Jan Hatzius, analista de Goldman Sachs, explica que "no creemos que este último tramo de desinflación vaya a ser particularmente dificil, el impacto en los bienes básicos ya se está manifestando y continuará durante la mayor parte del año". En ese sentido Hatzius también afirma que la vivienda será el gran protagonista de la 'desinflación', pero cree que el IPC se quedará a las puertas, en el 2,3%. Esto provocará, según el analista, que no haya un recorte de tipos hasta junio de 2024, seguido de otro recorte y septiembre para, posteriormente, realizar una bajada por reunión a partir del cuarto trimestre. En particular esto se debe a la fortaleza que desde el banco ven en la economía de EEUU, pues ven solo un 15% de probabilidades de recesión.

Los analistas de Morgan Stanley son más optimistas, pues dan por hecho que la inflación se quedará en el 2,1%. En ese sentido, mientras que las previsiones de Goldman apuntan a un recorte de solo 175 puntos básicos en 2024, las suyas son mucho más agresivas, con bajadas de 300 puntos. Según Ellen Zentner, economista de la firma norteamericana, una economía en apuros obligará a la Fed a tomar cartas en el asunto. "Los tipos altos durante un tiempo causan un lastre persistente, que compensa con creces el impulso fiscal y lleva el crecimiento de manera sostenible por debajo del potencial", dijo el grupo de Zentner en su informe. "Mantenemos nuestra opinión de que la Reserva Federal logrará un aterrizaje suave, pero el debilitamiento del crecimiento mantendrá vivos los temores de recesión".

"A pesar del progreso, todavía estamos muy lejos, unos pocos meses de buenos datos son sólo el comienzo"

Respecto a ese 'aterrizaje suave' de momento, las cifras se mantienen positivas para la potencia norteamericana. La última estimación publicada por la Oficina de Análisis Económica muestra cómo su PIB creció un 4,9% anualizado (1,2% trimestral). Se trata de la mayor subida desde la salida de la pandemia. Esto se produce después de cuatro trimestres en positivo pero de desaceleración. Por su parte, el mercado laboral sí parece estar mostrando más signos de fatiga. La tasa de paro, que parecía inalterable, ha avanzado hasta el 3,9% mientras la creación de empleo neta fue de apenas 150.000 puestos de trabajo, muy lejos de los 297.000 logrados en septiembre.

Sin embargo, no todos están de acuerdo en la buena marcha de la inflación. Eric Freedman, director de inversiones de US Bank Wealth Management, explica que "A pesar del progreso, todavía estamos muy lejos" y, por lo tanto, "unos pocos meses de buenos datos son sólo el comienzo". De hecho, Freedman remarca que "hay un crecimiento económico persistentemente por encima del potencial y un mercado laboral en el que hay señales que su rigidez no se está debilitando" y, por ello, "podría haber un riesgo para el IPC y, seguidamente, un mayor endurecimiento de los tipos de interés".

Al margen del discurso oficial, la imaginación de los mercados ya está volando

El analista añade que "Los estadounidenses ganarán salarios consistentemente más altos, lo que atenúa las expectativas en torno a los recortes de tipos de interés para 2024". Esto se debe a que la fortaleza de los salarios ayudaría a un consumo y apoyaría todo su PIB, permitiendo al banco central asumir más riesgos con unas políticas restrictivas sin temor a que pueda provocar un retroceso de su economía. Desde Edmond Rothschild también mostraron dudas respecto a futuros movimientos de la inflación. "Cualquier bajada importante de los tipos de interés conduciría a una relajación de las condiciones financieras, y eso a la Fed no le entusiasma".

En cualquier caso, el presidente de la Reserva Federal mantiene un discurso duro, sin triunfalismos y dejando claro que aún queda un importante camino por recorrer. "Si resulta apropiado subir tipos, no dudaremos", defendía Jerome Powell en un reciente evento del Fondo Monetario Internacional. Siguiendo esa línea defendía que existe un riesgo de "ser engañados por unos buenos datos". Al margen del discurso oficial, la imaginación de los mercados ya está volando y dan por hecho que, o la inflación será vencida en meses o se quedará a las puertas.

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