La marcha de Pablo Iglesias del Gobierno para concurrir con sus siglas a la Comunidad de Madrid el 4 de mayo ha dejado un alivio, según fuentes de Moncloa; especialmente en las áreas económicas en las que el vicepresidente del Gobierno ejercía más presión como son los ministerios de Economía, Fomento y Seguridad Social, y en temas como los impuestos a la banca, el precio del alquiler, la derogación total de la reforma laboral o las pensiones y los años de cotización.
Aunque Pedro Sánchez afirmó que la hoja de ruta con Unidas Podemos en el Gobierno se queda intacta, lo cierto es que Economía, Seguridad Social, Fomento y Hacienda, entre otros ministerios, ya no tendrán que soportar cómo acuerdos que se tomaban en el Consejo de Ministros se cambiaban un día más tarde, o cómo se filtraban temas que no eran de su conformidad, o cómo se destripaban documentos internos que se estaban negociando en la UE, como ha sido la sostenibilidad de las pensiones.
La ministra de Trabajo podría ser la candidata de los 'morados' en unas generales
Con el objetivo puesto en los fondos europeos -recalcó este lunes Sánchez desde Montauban (Francia)- esta marcha también significa el allanamiento del camino de negociación de estas ayudas (140.000 millones) que vienen sujetas a reformas, entre ellas, la laboral, que las pensiones en España busquen una fórmula de sostenibilidad, y que se propicie de una vez por todas las reglas para un mercado único en España.
Está previsto que Pedro Sánchez acometa esta semana una crisis ministerial donde la plaza segura es la de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, y postulada por el líder podemita como vicepresidenta segunda. Sin embargo, la posición de Ione Belarra, secretaria de Estado, como ministra de Asuntos Sociales queda todavía en el aire. Entre tanto, estos son las políticas económicas que quedan liberadas de la presión del hasta ahora líder podemita.
Una relajación para Escrivá
La salida de Iglesias servirá para rebajar una tensión que ya era elevada, pública y manifiesta con el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Al margen de la reforma de las pensiones, las mayores fricciones vienen a cuenta de la introducción del ingreso mínimo vital. Tanto en el momento de su aprobación, el pasado mayo, cuando el líder de Unidas Podemos presionó al gabinete de Escrivá para lanzar la ayuda a la mayor brevedad -aun a falta de cerrar detalles-, como actualmente, con la introducción de 12 enmiendas por parte de la formación morada al proyecto de ley del ingreso mínimo que se debate en el Congreso. Aunque la llegada de Díaz no implica una capitulación de las batallas de la formación morada dentro del Gobierno, sí que presupone un mejor clima de trabajo en estos ámbitos y menos tensión en el plano mediático.
La marcha de Iglesias llega en un momento clave en el entorno de la negociación de la nueva Ley de Vivienda, que se ha convertido en uno de los mayores puntos de fricción en el Gobierno. Esta normativa era una de las medidas más relevantes para la formación morada, que así lo ha demostrado al defender a capa y espada sus propuestas enfocadas en proteger a los inquilinos en detrimento de los grandes propietarios de vivienda.
Iglesias ha estado durante los últimos 14 meses al frente de esta guerra política en torno a la vivienda y su marcha puede suponer un alivio en las negociaciones de los últimos flecos de la nueva Ley, si bien el nuevo candidato de Unidas Podemos para Madrid tratará de sacar adelante in extremis la normativa, ya que ha avanzado que hasta que comience la campaña electoral seguirá enfocado en esta materia.
Sin embargo, fuentes del ministerio que dirige José Luis Ábalos, aseguran que la ley que finalmente se apruebe será una ley que guste a todos, y que no ponga el acento en los puntos conflictivos que exige Iglesias.
Ahorro de impuestos a la banca
También podría verse afectado el pacto de UP y el PSOE en materia fiscal que incidía directamente sobre el sector financiero. El encontronazo en este punto ha sido evidente con la ministra de Economía, Nadia Calviño, partidaria de proteger a la banca para mantener la estabilidad financiera.
El acuerdo para conformar Gobierno incluía, por parte del grupo morado, una brusca subida impositiva a la banca con el objetivo de recuperar el 80% de los 60.000 millones de euros que costó el rescate a las antiguas cajas.
La formación de Iglesias exigía elevar el tipo mínimo del Impuesto de Sociedades hasta el 15% en el caso de las empresas, pero hasta un 18% en el de la banca para recaudar esta inyección pública al sector. Además, a esta subida se añadiría la creación de un nuevo tributo para la banca, de modo que con las dos alzas de gravámenes se consiguiera recaudar hasta 48.000 millones de euros en diez años.
El partido morado también proponía una imposición a los dividendos que las compañías repatriaran de sus filiales extranjeras
Desde el sector han tildado estas propuestas como discriminatorias, no solo de cara al resto de empresas españolas, también de cara al resto de bancos europeos. Además recuerdan que fueron las antiguas cajas las que absorbieron estas ayudas y no las grandes entidades. De momento, el Gobierno decidió en agosto posponer la reforma fiscal pactada con Podemos hasta que se recupere el nivel de crecimiento económico previo a la pandemia. Especialmente, en un escenario en el que la banca está siendo clave para la recuperación de la economía con la concesión moratorias crediticias, la distribución de los avales ICO y ahora, la reestructuración de los mismos y la canalización de los fondos europeos.
Por otro lado, el partido morado también proponía una imposición a los dividendos que las compañías repatriaran de sus filiales extranjeras, lo que supone una doble imposición, medida que también afectaría a los mayores bancos del país. El Banco Santander ya avisó en su día que si esta medida llega a aprobarse las empresas podrían plantearse cambiar su estructura legal o ser menos multinacionales.
Finalmente, otra de las grandes propuestas de Iglesias era convertir Bankia, participada en su mayoría por el Estado, en un banco público. La idea cayó en saco roto cuando CaixaBank y Bankia anunciaron su fusión el pasado septiembre. Sin embargo, para Podemos la alternativa es hacer de ICO este banco público. Una parte del Ejecutivo lo rechaza puesto que tanto a la hora de conceder los avales ICO a empresas, pymes y autónomos, como a la hora de reestructurar estos préstamos, se ha dejado en manos de la banca la decisión al ser los mayores conocedores del riesgo del cliente y, por lo tanto, incurrir en las menos pérdidas posibles.
Modernizar el Estatuto
Uno de las tareas más espinosas es la reforma laboral que recae, además, en la nueva vicepresidenta segunda. Lo cierto es que Díaz ha confesado que su intención no era derogar totalmente la reforma laboral, una de las consignas de Pablo Iglesias. Hasta ahora, la titular de Trabajo se ha empeñado en sacar las reformas de su ministerio mediante el consenso con empresarios y sindicatos; sin embargo, en esta ocasión las cosas están en contra.
Su intención pasa por dividir la negociación en dos partes: la primera se centraría en los elementos que se quieren derogar de la reforma de 2012 y sobre los que se lleva negociando dos años. Pero aquí, la CEOE no está, a priori, dispuesta a firmar. La segunda es una reforma a más largo plazo que pretender "modernizar" el Estatuto de los Trabajadores. Eso sí, la marcha de Pablo Iglesias del Gobierno restará ruido a una negociación espinosa, pues han sido frecuentes las opiniones vertidas por líder de Unidas Podemos en materia laboral.
La peor injerencia se produjo cuando se forzó la firma con Bildu y el PSOE de un acuerdo que exigía la derogación total de la reforma de Rajoy casi de forma inmediata. El propio Pedro Sánchez tuvo que rectificar unas horas más tarde ante el revuelo generado entre los agentes sociales.
No es el único conflicto. En la subida del SMI, Unidas Podemos hizo bandera y quiso forzar al ala socialista a subirlo. Sin embargo, en este caso fue la propia Yolanda Díaz la más beligerante del partido morado, pues siempre defendió una subida del 1,9% cuando Pablo Iglesias se conformaba con el 0,9% para poder salvar la posición política.
Con todo, probablemente el mayor dolor de cabeza que Iglesias ha causado a Díaz vino de la jornada de cuatro días. Si bien es cierto que existe un compromiso del Gobierno de modificar la jornada laboral para hacerla más compatible con la vida privada, no está entre las prioridades de Trabajo. Pero Iglesias, en respuesta a una propuesta de Más País, escindido de Podemos, lanzó el mensaje de que Díaz ya estaba trabajando en esa línea.