
Son tiempos difíciles para Alemania. La mayor economía de la Eurozona ha entrado en recesión técnica, según anticipan los últimos datos macro que se han ido conociendo, a falta de que se publique el producto interior bruto (PIB) del tercer trimestre. Por ello cada vez más expertos señalan la urgencia de que el Gobierno germano active estímulos fiscales, tal y como viene reclamando el Banco Central Europeo (BCE) desde hace un tiempo. Sin embargo, no parece que Berlín vaya a hacer caso pronto. Pero las cosas pueden cambiar: la próxima presidenta del eurobanco será más coactiva que Mario Draghi, y su mandato empezará en nueve días.
La economía alemana se contrajo un 0,1% en el segundo trimestre de este año. Si suma otro trimestre de retracción, Alemania habrá entrado oficialmente en una recesión técnica. Y todo apunta a que así será. "El PIB podría haberse reducido nuevamente en el tercer trimestre de 2019", admite incluso el Bundesbank, el banco central del país, en su informe mensual.
El esperado dato del PIB alemán se conocerá el próximo 14 de noviembre a las 8 horas (en la España peninsular). La recesión técnica ya está descontada, pero un descenso de la economía mayor del previsto puede disparar los temores a una crisis en toda la zona euro.
Cuando se conoció la primera contracción el pasado agosto, el pánico se hizo patente en los mercados. Los inversores se lanzaron a por la renta fija, considerada un activo refugio, a pesar de que la alemana (vista como la más solvente) ya ofrecía entonces una rentabilidad negativa desde hacía meses. El bono germano a diez años (bund) tocó mínimos históricos bajo el -0,71% con las primeras alertas de recesión. Actualmente se mueve en torno al -0,4%, pero la histeria podría repetirse (o no).
La urgencia de unos estímulos...
El Bundesbank descarta que la recesión técnica que ya se espera acabe derivando en "una disminución significativa del PIB" que "sea duradera". Pero si algo está claro es que la economía alemana está sufriendo, como afirma Nicola Mai, analista de la gestora PIMCO en un comentario reciente.
De hecho, este experto contradice al banco central alemán. Mai opina que "una caída más profunda" seguirá a la experimentada en el tercer trimestre. "Y aumentan las posibilidades de que la recesión sea más prolongada, dado el profundo descenso de las manufacturas a nivel global" y el consiguiente perjuicio "en los datos de la industria alemana", añade.
"La economía en crisis de Alemania bien podría funcionar con algún estímulo fiscal"
Ante estas malas previsiones, cada vez más voces insisten en la premura de que el Gobierno de Angela Merkel apruebe estímulos fiscales para impulsar la economía del país, y evitar así una desaceleración más temprana de lo esperado en todo el Viejo Continente. "Los necesitan", afirmó tajante Esty Dwek, responsable de estrategia global de mercado de Dynamic Solutions (Natixis IM), este lunes en un encuentro con periodistas en Madrid.
"La economía en crisis de Alemania bien podría funcionar con algún estímulo fiscal, especialmente porque puede permitírselo (con un superávit presupuestario de alrededor del 1,5% del PIB)", defiende asimismo el analista de PIMCO.
...que no se darán pronto
En cambio, ni el Ejecutivo alemán ni el Bundesbank se muestran a favor de esta idea. Y eso que el ministro de finanzas, Olaf Scholz, aseguró el mes pasado que Alemania tiene capacidad para inyectar miles de millones de euros a la economía. Pero todo indica que los estímulos se harán de rogar. Su activación "no será pronto", lamenta Dwek. "No habrá nada hasta 2020", vaticina.
En este sentido, la analista anticipa que el Gobierno germano no dará su brazo a torcer fácilmente. Pese a que el país entrará en recesión, dependerá mucho de cómo de grande sea la caída. Una contracción del 0,1% del PIB en el tercer trimestre no le parecerá suficiente como para 'soltar' ya 'la pasta', según la experta de Dynamic Solutions. Y seguramente hará falta que la economía decaiga también en el cuarto trimestre.
Asimismo, Esty Dwek señala dos grandes frentes a los que Alemania presta atención, y que previsiblemente usará de excusa: la guerra comercial entre Estados Unidos y China y el Brexit. Respecto al primer asunto, la analista pronostica que "no habrá más escalada" de aranceles, lo que beneficiaría a las exportaciones germanas. El viceministro de Asuntos Exteriores del gigante asiático, Le Yucheng, declaró ayer que ambas potencias están avanzando en las negociaciones sobre la 'primera fase' de su acuerdo comercial.
En cuanto a la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), la experta de Dynamic Solutions ve una alta incertidumbre por la fuerte oposición que el primer ministro británico, Boris Johnson, encuentra en el Parlamento británico. Sin embargo, cree que "sus opciones (para sacar adelante su acuerdo con Bruselas) son mejores que las de Theresa May". Su antecesora vio rechazado hasta en tres ocasiones su pacto con la UE mientras Johnson logró este martes el 'visto bueno' para el suyo, aunque no consiguió que se tramite de forma urgente.
Con todo, Alemania podría justificar su inacción fiscal en el corto plazo con una guerra comercial suavizada y con un 'divorcio' acordado entre Londres y Bruselas, que golpearía con menos fuerza a la economía de la Eurozona (y también a la suya).
Sin embargo, el BCE no está de acuerdo. Y su aún presidente, el italiano Mario Draghi, menos. El banquero central ha hecho "prácticamente todo lo que podía" para sostener la economía de la zona euro, según Esty Dwek. De hecho, el BCE reactivará en noviembre su programa de compra de bonos gubernamentales (conocido como QE por sus siglas en inglés, quantitative easing).
La decisión no ha estado exenta de polémica y críticas, especialmente desde Alemania. Es más, ha agrandado la brecha dentro del propio organismo entre las 'palomas' o perfiles dovish, como el presidente del BCE (a favor de políticas monetarias expansivas), y los 'halcones' (o hawkish, favorables a medidas más duras).
Por ello, el mes pasado Draghi no dudó al decir que "es hora de que la política fiscal se haga cargo (de la economía)". "Hay países que tienen espacio fiscal y no lo usan", declaró en una entrevista con Financial Times publicada días después de la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE.
Draghi se va... y llega Lagarde
Eso sí, el presidente del eurobanco no señala directamente a ningún país. "En el BCE somos extremadamente humildes haciendo recomendaciones a los gobiernos", aseguró en septiembre. Pero Mario Draghi tiene los días contados al frente del banco central, y su sustituta no será tan laxa.
Christine Lagarde cogerá el timón el mismo día en que se reactivará el QE, el 1 de noviembre. Muchos opinan que las nuevas compras de bonos son una forma de allanar el camino a la ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Como las interpretó Dwek, son una medida para de que "los intereses (de las deudas soberanas) se mantengan bajos para darle más espacio fiscal a los gobiernos (de la Eurozona)".
"Lagarde va a presionar más a los gobiernos que Draghi para asegurarse su ayuda desde el lado fiscal"
En consecuencia, la también exministra francesa "va a presionar incluso más que Draghi" a los países "para asegurarse su ayuda desde el lado fiscal". Es más, esta analista piensa que Lagarde "será más clara (al respecto) debido a todo el respaldo monetario" que su predecesor ya ha llevado a cabo.
Pero, ¿cuál es la baza de Christine Lagarde? Las relaciones con los distintos gobiernos que cultivó al frente del FMI, es decir, su faceta política. "Lagarde hablará entre bastidores con los gobiernos, y también pedirá su apoyo fiscal de forma más oficial", pronostica Esty Dwek.
"El BCE no puede impulsar por sí solo la economía de la zona euro", insiste. Pese a ello, la gestora Dynamic Solutions (Natixis IM) hace un llamamiento a la calma: descarta que se vaya a vivir "una recesión inminente" a nivel global. Pero si hay algo claro, es que a Alemania se le avecinan curvas.