Por primera vez desde 2005, la curva de tipos de interés en EEUU queda invertida entre los bonos a dos y a diez años. Pero no es el único país donde ha saltado esta señal que anticipa una próxima recesión en los siguientes meses. Con la deuda de Reino Unido también hoy ha pasado lo mismo y desde hace tiempo también ocurre en Alemania con todos los plazos en terreno negativo. Los bonos a corto plazo ofrecen mayor rentabilidad que a largo plazo. La última vez que coincidió que la curva quedó invertida en Reino Unido y EEUU fue en pleno 2008.
La curva tipos de EEUU lleva meses invertida, ofreciendo los plazos de la deuda a más corto plazo mayores intereses que a largo plazo. Pero hoy se ha atravesado el Rubicón con el bono americano a dos años ofreciendo una rentabilidad del 1,634% frente a la de 1,623% del treasury a diez años. Este tramo de la curva es el más seguido por el mercado para anticipar la caída en recesión entre 9 y 25 meses siguientes. Y siempre ha sucedido así en EEUU en los últimos sesenta años. Es más, este acontecimiento a predicho siete de las nueve recesiones sufridas por el país desde la II Guerra Mundial. Para no ir más lejos la última inversión de esta parte de la curva fue en diciembre de 2005, dos años antes de una recesión provocada por la crisis financiera.
Curva de tipos de interés en EEUU en bonos a 2 y 10 años

Es una auténtica anomalía en el mercado, ya que los inversores reciben mayor rentabilidad en los bonos con el vencimiento más lejos en el tiempo al asumir mayor riesgo en condiciones normales. Pero cuando sucede lo contrario, los intereses a corto plazo son más elevados, saltan las alarmas de que tarde o temprano la economía entrará en recesión. Y se produce porque los inversores buscan refugio en la deuda a corto plazo por el riesgo que plantea la renta variable, expuesta al deterioro de la economía.
La guerra comercial entre EEUU y China está arrastrando a la economía global al frenarse el comercio internacional. Este cruce tiene un enorme impacto psicológico para los inversores a los que se les van acumulando las malas noticias. La encuesta de gestores de Bank of America Merrill Lynch reflejaba que la probabilidad de una recesión se disparaba a máximos de ocho años. Hace poco también los de Goldman Sachs redujeron su pronóstico de crecimiento del cuarto trimestre al 1,8% y advirtieron que el riesgo de una contracción alargada de la economía está creciendo mientras se recrudece la guerra comercial.
Una curva invertida no provoca la recesión, pero influye en el sentimiento de inversores
Una curva invertida no provoca la recesión, pero influye en el sentimiento de inversores, en la rentabilidad de los bancos y en la actividad económica, explican Boyd Nash-Stacey y Nathaniel Karp del equipo de economistas de BBVA Research. Además, la incertidumbre y el pesimismo por el futuro de la economía pueden tensar los mercados monetarios y con ello los tipos a corto plazo. Los inversores tienden a buscar mayor seguridad cuando se muestran pesimistas respecto al futuro y esto lo pueden encontrar en los activos seguros a mayor plazo (que se pueden mantener en cartera hasta su vencimiento con un cupón considerable), lo que mantiene relativamente estables o la baja los rendimientos de estos bonos.
EEUU no es el único país que está experimentado en su deuda la curva invertida. También ha sucedido por primera vez desde la crisis financiera en Reino Unido, cayendo el diferencial entre el rendimiento del bono británico a 10 años y el de 2 años por debajo de 0 puntos básicos. En el caso británico, que la recesión se convierta en una realidad está mucho más cerca que en EEUU, teniendo en cuenta que la economía del Reino Unido ya se contrajo en el segundo trimestre y en septiembre se puede producir un Brexit caótico, si no hay una nueva prórroga, con el impacto que supondría para la economía.
Curva de tipos de interés en Reino Unido

La curva invertida ha coincidido justo hoy con Alemania entrando en contracción y sufriendo por la caída de las exportaciones. La deuda alemana también sufre la curva invertida, pero con el agravante de tener todos los tramos en terreno negativo. Las obligaciones a treinta años se mantenía en terreno positivo hasta que el yuan comenzó a devaluarse con fuerza la semana pasada. La nueva ronda de aranceles anunciada por Trump y la respuesta de China ha enviado a la deuda europea a mínimos históricos por el pánico de los inversores.
La situación de la deuda se agrava con la expectativa de próximos recortes en los tipos de interés por parte de los bancos centrales. El mercado descuenta una nueva rebaja de tipos de interés por parte de la Fed y que el BCE, con los tipos ya en negativo, ahonde más en un terreno ignoto. La rentabilidad del bund a diez años cae por debajo del -0,6%, dejando atrás el -0,4% en el que actualmente se encuentra la tasa de depósito, aplicada por el BCE a la liquidez de los bancos. Lo que implica que el mercado está anticipando que el banco central lleve los tipos a este nivel.