Los datos de exportaciones e importaciones de agosto en Alemania revelan que la demanda interna, que ha mantenido a flote a la economía de la guerra comercial, está comenzando a resentirse confirmando que el PIB germano ha entrado en recesión en el tercer trimestre y aumentando los temores de que sea más grave de lo previsto. Las importaciones descendieron un 3,1% en términos anuales, cayendo por tercer mes consecutivo, algo que no sucedía desde finales de 2013, cuando Alemania salió de su última recesión tras la crisis del euro.
La recesión en Alemania no preocupa tanto como la profundidad de la misma. Y los datos que se van acumulando comienzan a dibujar un escenario que va más allá de la recesión técnica. Se está cumpliendo el peor presagio para la economía alemana. No solo está gripada la industria por la guerra comercial, también se está contagiando la demanda interna. Las importaciones en agosto cayeron por tercer mes consecutivo en términos anuales al descender un 3,1%, en una clara señal de que el consumo y la inversión se están contrayendo. Ante la actual perspectiva lo habitual es que las empresas respondan paralizando los pedidos externos, como consecuencia de la caída de la demanda a fábricas.
Importaciones alemanas en millones de euros
En términos ajustados por calendario, las importaciones en agosto se situaron en 85.000 millones frente a los 87.700 millones registrados en 2018. La balanza comercial registró un superávit de 16.200 millones y de 18.100 millones en términos desestacionalizados, gracias a las mayores exportaciones. Y también refleja el impacto que está teniendo la guerra comercial. El superávit se reduce un 8% respecto al año pasado y un 5,8% en el acumulado desde enero a agosto.
Principalmente, el debilitamiento de la balanza comercial se debe a la caída de las exportaciones alemana que disminuyeron un 3,9% hasta los 101.200 millones y un 1,8% hasta los 109.200 millones. El menor nivel del superávit de los últimos meses se registró entre diciembre del año pasado y enero de este año cuando el superávit se redujo sobre los 14.000 millones por el desplome de las exportaciones cuando el choque entre EEUU y China provocando una escalada de aranceles. En esas fechas las importaciones todavía mantenían el tipo y la economía alemana esquivaba la recesión por los pelos .
La diferencia con el actual periodo es que el sector servicios, que depende más del consumo interno, también está empeorando a una velocidad de vértigo. A estas alturas quedan pocas dudas que la principal economía de la zona euro ha entrado en recesión durante el tercer trimestre. Y dato a dato se van confirmando este extremo que ya adelantó el propio Bundesbank.
