Economía

La industria española comienza a sufrir el parón que asola a Alemania

  • El menor peso del sector sobre el PIB, del 12%, camufla el impacto
  • Hasta ahora, España mostraba una fuerte resistencia a la desaceleración europea
Industria de fabricación de automóviles

El frenazo de la economía española ya ha llegado. Y lo ha hecho en pleno verano, golpeando al eslabón más débil de la cadena: la industria, el único sector que todavía se mantenía más lejos de los niveles precrisis. El primer organismo en dar el aviso de alarma ha sido, esta semana, el Banco de España, que ha adelantado que el PIB durante el tercer trimestre creció un 0,4 por ciento, una décima menos que en el último periodo y ha revisado a la baja en cuatro décimas el crecimiento previsto para este ejercicio hasta el 2 por ciento. El departamento económico de la institución puso el acento en la debilidad que está experimentando el sector industrial por culpa de la guerra comercial.

Las hostilidades desatadas por Donald Trump contra sus socios comerciales desde el año pasado está golpeando al corazón económico de la UE, Alemania, al paralizarse el comercio mundial. Este 2019 está siendo un vía crucis para la industria alemana, que ha caído en una profunda crisis que está arrastrando al país a una recesión. Para una economía en la que su PIB depende más del 80% del comercio exterior, la congelación de las exportaciones supone una amenaza mortal para el modelo germano y europeo. Alemania es el exportador final de la manufactura europea y el principal importador de bienes intermedios del resto de países europeos, con lo que el contagio de la crisis ha sido rápido al resto de economías de la región.

La economía española ha mostrado cierta resistencia al contexto internacional. Ha ayudado que el peso de la industria es más pequeño que en el resto del entorno económico, apenas supone el 12%, frente a casi el 20 que suponía antes de la crisis de 2008. Pero los datos negativos de la industria manufacturera se han ido acumulando en los últimos meses. La actividad industrial en el segundo trimestre del año creció un 0,1%, mientras el conjunto de la economía se expandió al 2,3%, con una caída trimestral del sector de manufacturas del 0,6%. El empleo comienza a resentirse. La creación de puestos de trabajo crece en términos anuales un exiguo 1,5% hasta mayo, según el INE, mientras el mercado laboral crece a ritmos anuales del 8,6%. Y en agosto la Seguridad Social registró un descenso de ocupados en el sector de 22.700 personas.

El verano se salda con una reducción de los pedidos y caídas en los puestos de trabajo

Los datos conocidos del tercer trimestre ya reflejan una contracción para el sector. La producción industrial registra descensos en junio y julio. Y la cifra de negocio cayó un 0,5% en junio. La información más reciente disponible es la del PMI manufacturero, un índice que mide la actividad de un sector a través de encuestas a empresas. Desde junio, está señalando una contracción de la industria española y los últimos datos de junio apuntan a que la producción se contrajo por tercer mes consecutivo y al ritmo más fuerte en casi seis años y medio.

Los fabricantes se enfrentaron de nuevo a otra caída de los nuevos pedidos. La encuesta de agosto mostró la cuarta reducción mensual consecutiva de los nuevos pedidos recibidos. Los fabricantes se enfrentaron de nuevo a otra caída de los nuevos pedidos, principalmente por el descenso de la demanda exterior. Así, la encuesta de agosto mostró la cuarta reducción mensual consecutiva de los nuevos pedidos recibidos. La cara más preocupante es la del empleo, los empresarios, los fabricantes, optaron "por reducir los niveles de personal en sus plantas, reduciéndose por cuarto mes consecutivo", subraya la consultora IHS Markit.

El sector del automóvil, cercado

Si hay una industria que preocupa es la del automóvil. Es el subsector más grande dando empleo directa e indirectamente a más de dos millones de trabajadores y aportando un 10% al PIB nacional. La automoción española acumula de enero a julio de 2019 una cifra de 15.718 afectados por regulaciones de empleo, en su mayoría suspensiones temporales de empleo (ERTE).

Actualmente lo mantienen de la planta de Ford de Almussafes, e Iveco de Madrid y Valladolid. A ello se suman los despidos en la planta de Nissan de Barcelona. La producción de vehículos se ha resentido por la caída de sus principales mercados de exportación, indican desde Anfac. La fabricación se redujo un 6% en junio y la exportación cayó un 10%.

Una de las industrias dependientes del automóvil es la química, afectando al 15% de las ventas. Sin embargo, Juan Antonio Labat, Director General de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), comenta: "Mantenemos las exportaciones en 38.000 millones gracias a la apertura de de nuevos mercados". "Estamos viendo un deterioro a nivel global, pero España está mejor que Europa y el sector crece en línea con el PIB", señala. El directivo tampoco prevé un deterioro del empleo.

El subsector, junto a la Alimentación, es uno de los pocos que superan los niveles precrisis.  Otra de las industrias transversales es la siderúrgica. Todos los sectores necesitan acero y desde el principio de la guerra comercial está en el principio de las tensiones globales en las que también influye el Brexit. Las exportaciones registran descensos del 2,2% en los cuatro primeros meses del año. Más allá del comercio exterior, al presidente de Unesid, Bernardo Velázquez, le preocupa la parálisis política en España por "la necesidad de medidas comprometidas para tener un precio competitivo de la energía eléctrica y una nueva regulación del gas que favorezcan toda la actividad industrial en España". Una demanda por la que suspira todo el sector para tener un Estatuto de industria electrointensiva, cuya aprobación se ha visto paralizada por el proceso electoral.

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