La industria de private equity afronta un nuevo año incierto, probablemente el más exigente de la última década en España. Pese al gran recorrido del mercado a largo plazo, el sector muestra indicios de desaceleración. Tras años de inversión y actividad récord, todo apunta a que 2023 será un ejercicio con menos operaciones, caracterizado por una mayor prudencia y disciplina inversora.
El shock macroeconómico se ha traducido en una elevadísima incertidumbre en las valoraciones y en la ralentización de los procesos en marcha, con niveles de deuda inferiores y mayores discrepancias en precios. Las expectativas de los vendedores siguen ancladas a valoraciones recientes y los compradores se muestran mucho más cautos.
A la incertidumbre macroeconómica se suma un escenario de menor liquidez y de mayores dificultades para captar capital y desinvertir. El coste del dinero a 12 meses en torno al 3% en la zona euro y al 5,5% en EEUU ha impactado de lleno en muchas facetas de un negocio creciente.
elEconomista ha convocado a los principales directivos del sector en nuestro país para avanzar sus perspectivas y definir sus desafíos. En la imagen, arriba, de izda. a dcha., Jason Thomas (Carlyle), Miguel Zurita (AltamarCAM), David Martín (Tikehau Capital), Leopoldo Reaño (DeA Capital), Oriol Pinya (Abac Capital), Maite Ballester (Nexxus Iberia), Borja Oyarzábal (Tresmares Capital), Enrique Centelles (GED Capital), Ignacio Olascoaga (GPF Capital), Daniel Herrero (Oquendo), Javier Loizaga (Moira Capital Partners), Luis Peñarrocha (Portobello Capital), Alberto Bermejo (Magnum), Luis Seguí (Miura Partners), Fernando Trueba (Corpfin Capital), Gonzalo Rivera (Alantra Private Equity), Iván Plaza (Aurica Capital) y Sony Ganwani (Indo Capital).
Muchos reconocen haber puesto el foco en una gestión más activa de los portfolios y aventuran una previsible reducción de las valoraciones de entrada. Apelan también a la necesidad de encontrar fuentes creíbles y sostenibles de rentabilidad más allá del apalancamiento financiero.
Bajo estas premisas, el sector tendrá que seguir mostrando su capacidad de adaptación y echar mano de su experiencia en crisis anteriores. En momentos bajos del ciclo surgen oportunidades para desarrollar estrategias diferenciales. Ha llegado la hora del "capital paciente". Toca, probablemente, volver a los orígenes y tomarse el tiempo necesario para poner en marcha planes estratégicos que aceleren el crecimiento de las participadas para generar los retornos esperados.
Jason Thomas, Managing Director y Head of Global Research de Carlyle, el fondo estadounidense que este año ha comprado Altadia a Lone Star por 1.900 millones; y Garnica a ICG, además de vender la pizarrera Cupa a Brookfield, considera que la probabilidad de un aterrizaje suave en 2023 parece ahora más factible. "A finales de año, debería volver un periodo de crecimiento sostenido a medida que los equipos directivos y los políticos impulsen el ritmo necesario de inversión para acelerar la transición energética, construir cadenas de suministro y redes de producción más sólidas y resistentes", explica.
Por su parte, Miguel Zurita, Managing Partner de AltamarCAM, apunta a que la menor liquidez está complicando la captación de capital para nuevos fondos. "Hasta ahora, las compañías en cartera han mantenido una positiva evolución operativa y defendido su valoración. Si bien un continuo deterioro macro podría revertir esta tendencia, también generaría oportunidades muy atractivas de inversión. La captación de capital se ha complicado ya por la menor liquidez de los inversores pero el consenso generalizado sobre las mejores expectativas de rentabilidad del capital privado seguirá atrayendo a nuevos inversores y aumentando el peso de estos activos en las carteras de los ya presentes, por lo que confío en que podamos volver a cifras récord de fundraising en cuanto estos desequilibrios transitorios se corrijan", matiza.
La hora del 'capital paciente'
Fernando Trueba, Socio de Corpfin Capital, prevé un 2023 incierto, probablemente el más exigente de los últimos años. "La inversión seguirá centrada en sectores defensivos y, en la actividad desinversora, esperamos una ralentización de operaciones, en espera de un mejor entorno, si bien podrían acelerarse las transacciones con elementos de restructuración operativa o financiera", concluye.
"Las oportunidades seguirán surgiendo y probablemente serán mejores puesto que habrá menor competencia"
David Martín, Director ejecutivo de Private Equity de Tikehau Capital, apuesta porque megatendencias como la digitalización, ciberseguridad, reindustrialización de sectores estratégicos o la transición energética saldrán reforzadas en el convulso contexto actual. "La disponibilidad y condiciones actuales de la deuda afectarán a las valoraciones y, por lo tanto, a la inversión y desinversión, que a su vez impactarán implícitamente a los retornos y el fundraising. Sin embargo, en Tikehau hemos apostado por el capital de crecimiento paciente con nuestras participadas y por valores muy arraigados y vinculados a la temática ESG", añade.
Desde Abac Capital, Oriol Pinya, Socio fundador y CEO de la gestora española, prevé un 2023 con una mayor cautela inversora. "Dada la incertidumbre, será un año con menos operaciones y, si cabe, mayor cautela y disciplina inversora, así como cierto diferimiento de las desinversiones. Nuestras participadas deberán trabajar en un entorno complejo para controlar los costes y crecer en ventas y también veremos más compras (add-ons) como fórmula de creación de valor", matiza.
"Somos conscientes de que hay que seguir remando con mirada a largo plazo", apunta Luis Seguí, Socio Fundador y CEO de Miura Partners. "Aprovechemos este momento para realizar nuevas inversiones de manera selectiva, generar valor en nuestro portfolio, avanzando en digitalización y sostenibilidad, así como realizando compras (add-ons) estratégicos para nuestras compañías participadas sin perder de vista las megatendencias", añade.
Para Leopoldo Reaño, Managing Director de DeA Capital, "alinear precios será uno de los grandes desafíos". Los primeros meses del año requerirán dedicar recursos a la gestión de cartera y aprovechar las oportunidades para ganar cuota de mercado. "La flexibilidad financiera y la capacidad de apoyo de los inversores en capital privado serán críticos y habrá que encontrar fórmulas para alinear las expectativas de precio entre compradores y vendedores".
Una opinión compartida por Alberto Bermejo, Socio Director de Magnum Capital. "Tras cierta ralentización en el cierre de operaciones, compradores y vendedores deberían empezar a acercar posturas, previsiblemente en áreas de valoración más ajustadas. Con todo, el sector deberá seguir mostrando su capacidad de adaptación a distintos escenarios. La captación de nuevos fondos será", según Bermejo, "el tema más recurrente".
Para aquellos gestores capaces de "generar genuino valor en las participadas esta fase del ciclo está llena de oportunidades". Así lo cree Javier Loizaga, Chairman de Moira Capital Partners, quien considera que "la industria debe ser capaz de generar un valor genuino y retornos sostenibles. "Será esencial, tanto en las inversiones como en la gestión de cartera, encontrar fuentes creíbles y sostenibles de una rentabilidad superior, lo que obligará a poner el acento en la innovación como fuente de creación de valor y de retornos", concluye.
"Será esencial, tanto en las inversiones como en la gestión de cartera, encontrar fuentes creíbles y sostenibles de rentabilidad superior"
Pese a la incertidumbre, Luis Peñarrocha, Socio de Portobello Capital, considera que en 2023 habrá una mayor visibilidad sobre qué compañías soportan mejor el impacto. "De la fe ciega en el crecimiento se pasará a la militancia en el escepticismo. Como casi siempre ocurre, no es lo uno ni tampoco es lo otro. Las oportunidades seguirán surgiendo y probablemente serán mejores puesto que habrá menor competencia. Sin embargo, también es previsible que en 2023 haya un menor volumen de operaciones".
Con la caída de valoraciones, las desinversiones serán el gran reto en opinión de Maite Ballester, Socia Fundadora de Nexxus Iberia. "Tras este año en el que se superarán los niveles de inversión récord de 2021, todo parece indicar que habrá cierta ralentización en la evolución del número de operaciones. La caída en valoraciones continuará y las desinversiones supondrán un gran reto para el sector durante el 2023. Con todo, España seguirá siendo un mercado interesante para invertir", concluye.
Sony Ganwani, Country Manager de Indo Capital, coincide en que España sigue mostrando dinámicas muy potentes y atractivas. "Los altos precios de la deuda y "los nubarrones obligan a ser creativos estructurando las operaciones para poder obtener los retornos esperados. Los fondos de deuda tendrán ahora su momento de protagonismo gracias a su flexibilidad y a las mayores restricciones de la financiación bancaria", apunta.
Borja Oyarzábal, Socio Fundador de Tresmares Capital, también considera que 2023 será una buena añada para los fondos e inversores en liquidez. "Aunque la confianza está en mínimos, el comportamiento desde la invasión de Ucrania ha sido más fuerte de lo previsto. Por otro lado los múltiplos y valoraciones son más bajas, en línea con la media histórica, lo cual perjudica temporalmente a quienes ya estaban invertidos, pero apunta a una buena añada para los fondos e inversores que cuenten con liquidez".
Por su parte, Enrique Centelles, Socio Director de GED Capital, prevé mejoras significativas en el segundo semestre del ejercicio. Será fundamental tener en cuenta el momentum individual y evaluar cuidadosamente cada oportunidad de inversión antes de tomar decisiones. La posibilidad de auge en los procesos concursales y las diferencias en las expectativas de las valoraciones podrían afectar a las operaciones".
"El 2023 será una buena añada para aquellos fondos e inversores en liquidez"
Por su parte, Gonzalo Rivera, Socio de Alantra Private Equity, prevé que en 2023 se reanude el apetito inversor tras el impacto inicial. "Sigue habiendo compañías en los portfolios que han demostrado su capacidad de proteger sus márgenes y sostener su balance. Es posible que a medida que se elimine el impacto inicial del cambio de escenario se reanude el apetito por invertir en empresas de calidad. Del mismo modo, este escenario ofrecerá buenas oportunidades de inversión en el mid-market".
Ignacio Olascoaga, Socio Fundador de GPF Capital, apunta a otra clave futura del éxito: estructurar bien las operaciones para acotar la incertidumbre. "Confiamos en que será un buen año para la inversión, el middle-market español es muy amplio y seguimos encontrando buenas oportunidades. El principal desafío estará en la estructuración óptima de las operaciones para acotar la incertidumbre esperada y en la captación de financiación para el cierre de las operaciones en un entorno más exigente".
Daniel Herrero, Socio Fundador de Oquendo Capital, lo tiene claro: el sector podrá generar retornos ajustados al mayor riesgo. "Hemos asistido a situaciones difícilmente imaginables, pero estamos convencidos de que el sector ha demostrado su capacidad para generar excepcionales retornos ajustados por riesgo en el pasado, y que los inversores sabrán valorar las capacidades y oportunidad que representa el capital privado en general, y los fondos españoles en particular".
En este sentido, Iván Plaza, Socio de Aurica Capital, apuesta porque las inversiones en minoría y no apalancadas cobrarán fuerza en el escenario actual. "Las dificultades en la captación de nuevos recursos son mayores. El foco en la gestión de portfolios marcará el nuevo año, si bien, en nuestra opinión, estrategias de minorías no apalancadas muestran una mayor resiliencia en contextos como el actual y 2023 puede ser, sin duda, un año de muy buenas oportunidades de inversión en este segmento", concluye.
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