Periodista
Opinión

La semana de la inauguración de la mesa de negociación entre España y Cataluña, de igual a igual, nos ha dejado por la puerta de atrás desagradables sorpresas, no por esperadas menos negativas.

opinión

La seguridad en sí mismos que muestran el nuevo gobierno de coalición progresista y su presidente en estas primeras semanas de gestión es un hecho comprobable en cada comparecencia, en cada declaración, en cada sesión parlamentaria. Una confianza que se apoya en la mayoría suficiente que sostiene al ejecutivo, aunque repara más bien poco en el riesgo de múltiples rupturas que puedan producirse en cualquiera de las direcciones hacia las que apuntan los integrantes de esa mayoría sin precedentes.

opinión

La frase que dejó prendida en el aire el consejero delegado del Mobile World Congress el pasado jueves, al informar de las razones que han provocado la suspensión del evento más importante a nivel mundial sobre telefonía móvil y nuevas tecnologías, no ha pasado inadvertida. “El coronavirus, problemas en los viajes y otras circunstancias”. El análisis de cuales han podido ser esas misteriosas causas puede incluir las cinco siguientes:

opinión

De entre las muchas medallas que el presidente del gobierno y sus ministros se auto imponen cada semana, la más sobresaliente es la que les concede el título de reyes del diálogo, que nunca ha existido en nuestra democracia hasta la llegada del primer ejecutivo de coalición progresista.

Opinión

El jueves no fue un buen día para el gobierno de coalición progresista, que ha cumplido tres semanas de gestión duplicada entre sus dos facciones bien diferenciadas. Se produjo la lamentable rectificación sobre la mesa de gobiernos para resolver el “conflicto político” de Cataluña, y en las carreteras andaluzas continuaban las manifestaciones de los terratenientes de la derecha carca, según la definición que les ha dado a los trabajadores del sector agrícola el líder del sindicato de clase UGT.

Opinión

El presidente encargado de Venezuela está en España este fin de semana, pese al desplante que ha sufrido por parte del Gobierno español. Lo normal es que esta autoridad de la nación caribeña, a la que tantos lazos nos unen, hubiera pasado de largo en su periplo por diversos países europeos, en vista del nulo interés, más incluso, el evidente desprecio al que le está sometiendo el presidente Pedro Sánchez.

Opinión

El gobierno eligió para su última rueda de prensa en viernes ensamblar las dos formas de comunicar que Pedro Sánchez ha elegido en estos casi dos años de presidencia: la de Isabel Celaá y la de la nueva portavoz María Jesús Montero. De la trascendencia impostada de la primera pasaremos a convivir una vez a la semana con la familiaridad teatral de la segunda, pero la sensación general es que las frases y expresiones para la posteridad no van a desaparecer de la sala de prensa del Palacio de la Moncloa en los 1.400 días que, según el presidente, va a durar el gobierno de coalición progresista.

opinión

Rompiendo una tradición más de la política española, ésta en concreto instalada de lleno en el respeto institucional que ahora brilla por su ausencia, los medios de comunicación han ido publicando a lo largo de la semana la composición del gobierno ante de que la conozca el Rey de primera mano, en la comunicación tradicional que antecedía a la difusión general del gabinete.

tribuna

"España no se va a romper". Cuando el candidato a gobernar un país comienza su discurso-programa viéndose en la necesidad de aclarar tan comprometida duda, es que algo ha hecho mal en el proceso que le ha llevado hasta la honrosa tesitura como es someterse a una sesión de investidura. Y ese es el caso de Pedro Sánchez. La duda ha anidado de tal manera en la sociedad española, en los mercados y los bares, en las conversaciones de dominó vespertino y de oficina, que hasta él se ha dado cuenta de que era necesario intentar convencer a todos de que sus cesiones al independentismo catalán y vasco, y al filoindependentismo de la izquierda radical, no van a acabar con este proyecto colectivo de varios siglos de historia, una de las naciones más antiguas de Europa.

Opinión

La recta final de la primera década del siglo nos ha traido el vértigo del bloqueo político y la parálisis de las instituciones españolas. Es el peor momento desde que en 2014 irrumpieron los nuevos actores de la vida pública, cuya nefasta actuación ha derivado en los actuales lodos en los que nos movemos.