En el universo de Kiko Rivera hay un nombre que siempre aparece en la sombra, pero que resulta clave para entender sus últimos años: Francisco Sánchez Simón, más conocido como Fran. Amigo íntimo, representante y hombre de máxima confianza del hijo de Isabel Pantoja, este sevillano, al que en su día llamaban 'El Paguita', se ha convertido en su apoyo más firme, tanto en lo personal como en lo profesional. Fran lo cuida, lo apoya y hasta lo pone en su sitio cuando es necesario, y Kiko, casi siempre, le escucha. También es representante de Irene Rosales.

La noticia de su separación de Irene Rosales ha acaparado decenas de titulares y ha generado cientos de informaciones y especulaciones. Muchos se han preguntado si, después de esto, Kiko Rivera volverá a hablar, posar o sentarse en algún programa de televisión para rajar sobre la que ha sido su mujer durante los últimos once años. El DJ aseguró que no en su primer comunicado en redes: "No voy a sacar partido económico de esta situación ni voy a acudir a televisión para hablar de mi vida privada. Me ha costado mucho llegar a esta paz mental y por eso hoy escribiré estas palabras y después comenzaré a adaptarme a mi nueva vida. Después de 11 años de relación y dos hijos en común, mi mujer y yo hemos decidido separar nuestros caminos…".

Raúl Prieto, el que fuera uno de los directores de Sálvame, ha vuelto a recuperar la ilusión tras su sonada ruptura con el arquitecto Joaquín Torres, un final de relación adelantado por Informalia. No ha sido nada planeado, pero parece que las cosas simplemente suceden. De ahí que esta misma semana hayamos podido ponerle cara a este "amigo especial" gracias a unas imágenes publicadas por la revista Lecturas. En ellas aparece Prieto, en Formentera, acompañado de esta persona especial. Nosotros sabemos quién es: se trata de un médico estético catalán que dirige su propia clínica y cuya presencia en redes sociales y en su página web no pasa desapercibida.

Se acabó el veto a los rostros del antiguo Sálvame, de Ni que fuéramos o de La Familia de la Tele. La audiencia manda y los datos de Telecinco son lo bastante alarmantes como para recurrir a quien haga falta con tal de salir del tercer puesto y luchar por la plata que le ha arrebatado La 1. Mediaset claudica, rectifica, pasa por debajo del futbolín, y recupera otro de los rostros icónicos de su desaparecido magacín vespertino, aquel que, como adelantamos un 5 de mayo de 2023, decidieron extirpar de su programación como quien extirpa un tumor. Era cuestión de imagen o de desgaste o ambas cosas.

No sabemos cuáles son sus méritos, salvo nacer hija de una infanta de España. Y sin embargo la alaban, la aplauden y hacen como que la admiran para que acepte premios, vaya a fiestas y eventos, o pose en los photocall. Es por dinero, claro, para ella y para sus aduladores. Es una impostura. Pero la sonrisa de Victoria Federica de Marichalar y Borbón no siempre es impostada. A poco más de una semana de celebrar su primer cuarto de siglo, y después de romper con otro novio, la joven que ocupa el quinto lugar en la línea de sucesión al trono ríe de verdad, con esa alegría inevitable de los 25 años, cuando la vida se escapa a borbotones en las miradas, en los poros de la piel y en el ansia por hacer cosas.

Durante mucho tiempo, Kiko Rivera e Irene Rosales parecían haber encontrado un equilibrio sólido en su relación. Nueve años de matrimonio, dos hijas en común y la construcción de un proyecto familiar que, dentro del caos vital del hijo de Isabel Pantoja, parecía un oasis de estabilidad y felicidad. Las fotografías recientes de sus vacaciones, en las que aparecían sonrientes junto a los niños, reforzaban esa imagen de matrimonio unido. Sin embargo, tras esa fachada idílica se escondía una realidad muy diferente: ya habían tomado la decisión de separarse. Y eso se acordó meses antes de que se hiciera público este miércoles en la revista Semana.

Han pasado 25 años desde que se conoció uno de los romances más comentados de la historia de la Casa Real: la relación entre el entonces príncipe de Asturias y la modelo noruega Eva Sannum. Un noviazgo, oficializado por la asistencia de Felipe de Borbón con ella a una boda de la realeza, dejó huella en la memoria colectiva de los españoles. La imagen que selló esa historia se produjo el 25 de agosto de 2001, cuando ambos acudieron juntos a la boda del príncipe Haakon de Noruega y Mette-Marit. Las cámaras captaron sin ambigüedad al príncipe y su novia entrando juntos a uno de los eventos más mediáticos de la realeza europea.

Se van perfilando ya los programas que estrenarán la nueva temporada televisiva. No somos nadie, en las sobremesas de TEN, será el primero en llegar a los espectadores, el próximo 1 de septiembre. Ya se conocen algunos nombres que formarán parte del nuevo espacio, producido nuevamente por La Osa, el nuevo nombre de la antigua La Fábrica de la Tele, creadora del histórico Sálvame en Telecinco.

El verano de Sonsoles Ónega: de Sotogrande a su querida Galicia para recargar pilas antes de regresar a las tardes, era el titular en el que desvelábamos el pasado 15 de agosto la ruta de las vacaciones de la presentadora líder de su franja. Una semana después, la escritora ya apura sus días últimos días de descanso. No son solo vacaciones. Para la periodista estos momentos son un ejercicio de desconexión consciente, una manera de recargar cuerpo y mente. Sabe que el plató la espera y la batalla será dura, este año con varios frentes y un nuevo rival: su amigo Joaquín Prat. Pero aún tiene tiempo para mirar el mar, hablar de amor, y disfrutar del silencio junto al hombre que llegó cuando menos lo esperaba.

Belén Esteban afronta a sus 51 años una etapa diferente en su trayectoria televisiva. La ex de Jesulín de Ubrique es aún uno los rostros más reconocibles del universo del cotilleo, especialmente del relativo a la pequeña pantalla. Pero desde hace muchos años la de Paracuellos mantiene su vínculo exclusivo con los dueños de La Osa Producciones, la productora heredera de La Fábrica de la Tele y de Fabricantes Studio. Sin embargo, según ha podido saber Informalia, sus amigos le quieren apretar las tuercas y rebajarle las condiciones de su contrato en el marco de una renegociación que responde al nuevo escenario que atraviesa la productora, propiedad de Óscar Cornejo y Adrián Madrid.