El verano de Sonsoles Ónega: de Sotogrande a su querida Galicia para recargar pilas antes de regresar a las tardes, era el titular en el que desvelábamos el pasado 15 de agosto la ruta de las vacaciones de la presentadora líder de su franja. Una semana después, la escritora ya apura sus días últimos días de descanso. No son solo vacaciones. Para la periodista estos momentos son un ejercicio de desconexión consciente, una manera de recargar cuerpo y mente. Sabe que el plató la espera y la batalla será dura, este año con varios frentes y un nuevo rival: su amigo Joaquín Prat. Pero aún tiene tiempo para mirar el mar, hablar de amor, y disfrutar del silencio junto al hombre que llegó cuando menos lo esperaba.
Con septiembre a la vuelta de la esquina, Sonsoles Ónega aprovecha hasta el último segundo del verano para recargar energías antes de regresar a las tardes televisivas. La presentadora, que en pocos días retomará el mando del magacín diario de Antena 3, ha pasado como desvelamos hace días parte de sus vacaciones en Sotogrande, en la costa de Cádiz, junto a su novio, el financiero Juan Monte Carrasco, una r elación avanzada en primicia hace dos veranos desde Informalia. Días después, los paparazzi, que habían tomado nota, cazaron a Sonsoles y su nuevo amor y las imágenes fueron portada de la revista Diez Minutos. En realidad, la relación había comenzado meses atrás. Sonsoles Ónega soneía enamorada. La presentadora había disfrutado ya de un viaje a Brasil con su chico.

El tercer verano junto a Juan
Ónega y Juan no se esconden, pero tampoco se exhiben. Ambos comparten un estilo de vida discreto, lejos del bullicio de los focos, una actitud que han mantenido desde que sacamos a la luz su relación en 2023. La presentadora rompió su habitual silencio sobre su vida privada y reveló cómo se conocieron: en una cena organizada por la hermana de su amigo y nuevo ival en las tardes: su amiga Alejandra Prat, a la que acudió sin demasiadas ganas, justo al acabar el programa de aquel día. "No me apetecía nada, era jueves, estaba agotada… Pero Alejandra insistió. Me decía: 'Tienes que venir'. Yo sabía que iba a conocerle, pero él no tenía ni idea de quién era yo. Afortunadamente, no ve la tele nunca", relató entonces la escritora.
La historia de Sonsoles y Juan podría parecer improbable, precisamente porque provienen de mundos muy distintos. Ella, rostro habitual de la televisión y premiada novelista; él, un financiero de perfil bajo pero currículum imponente. Juan Monte Carrasco, de 54 años, es director de Finanzas Corporativas de UBS España, uno de los bancos de inversión más prestigiosos del mundo. Su trayectoria, ligada desde hace décadas a la banca de negocios, incluye cargos de alta responsabilidad en Deutsche Bank antes de recalar en UBS en 2010. En 2014, fue ascendido a responsable de banca de inversión para Europa Continental y Oriente Medio.
Pese a su perfil técnico y su trabajo en la sombra, Monte Carrasco ha asesorado a gigantes como Repsol, BBVA, Telefónica o Endesa. También cultiva una faceta menos conocida: es consejero del grupo vinícola La Rioja Alta S.A., una de las bodegas históricas del país. Su conexión con el mundo del vino no es solo profesional, también forma parte de su estilo de vida. Amante de la buena mesa, disfruta de cada carta de restaurante como si fuera una novela. "Es un tío muy disfrutón y se ha encontrado con una tía que no tiene tiempo para disfrutar", bromeaba Sonsoles en aquella primera entrevista en la que habló de su relación. "Me permite tener otra vida", añadía. En las redes sociales de la periodista, esa "otra vida" aparece de forma sutil. A diferencia de otros rostros conocidos, Sonsoles apenas muestra escenas íntimas. Publica libros, paisajes, reflexiones… y, muy de vez en cuando, una imagen velada junto a su pareja. Una de las pocas fue en agosto del año pasado: una foto tomada desde la cocina, donde se les veía separados por una encimera, sin que se apreciaran bien sus rostros. El pie de foto decía: "Hablar de amor y con amor hasta las tantas".
Divorciada desde 2020 de Carlos Pardo Sanz, abogado penalista y padre de sus dos hijos
Con este romance, Sonsoles parece haber encontrado un equilibrio que durante años le fue esquivo. Tras su divorcio en 2020 de Carlos Pardo Sanz, abogado penalista y padre de sus dos hijos, la presentadora reconoció haber vivido una etapa complicada. "Aguantar por aguantar no tiene sentido. Hay que divorciarse más", confesó en una entrevista. Aquel proceso, según explicó, fue liberador. "Decidí divorciarme mientras cortaba un limón". Ahora, con Monte Carrasco, vive una relación serena, sin exigencias, sin planes familiares a largo plazo. "Solamente tienes que no joderla, porque no aspiras a tener hijos y tienes una sensación de finitud", explicó con naturalidad. "Entonces no discutes, ves venir el problema y tratas de disfrutar al máximo".
El pasado 23 de julio, Sonsoles se despedía temporalmente de su audiencia con unas palabras que reflejaban tanto su gratitud como su necesidad de recargar fuerzas: "Ustedes saben que cada día a las cinco suena esto en Antena 3 y lo bailamos incluso. Y va a seguir sonando con Pepa Romero porque servidora se va a coger unas semanas de vacaciones (…) Y ustedes hacen la tele desde sus casas. Eligiéndonos nos hacen muy felices. Nos vemos a la vuelta si Dios quiere, no se olviden de leer un poquito cada día". La presentadora se prepara así para la cuarta temporada de Y ahora Sonsoles, el magacín vespertino que lidera en Antena 3 desde su estreno en octubre de 2022 y que volverá a emitirse en septiembre. Este nuevo curso televisivo contará con un competidor llamado Joaquín Prat, que estrenará un nuevo formato en la misma franja horaria. Mientras tanto, Sonsoles ha dedicado sus vacaciones a disfrutar de sus rincones favoritos. Uno de ellos, las Islas de San Simón y San Antón, en la Ría de Vigo, ha sido protagonista en sus redes sociales. En una de sus publicaciones, acompañó una imagen aérea del lugar con el mensaje: "Y este otro show insuperable", una muestra de la admiración que siente por el paisaje gallego.
No es la primera vez que escoge esta zona para desconectar. El 9 de julio compartía otra reflexión sobre su particular "peregrinación verde y azul": "Descubrir el paisaje de siempre como si fuera la primera vez. (Mirarlo como al novio que te sigue enamorando… así pase el tiempo). Cuarenta y ocho horas de peregrinación verde y azul son como cien días. Silencio a mares. Mares de silencio. Y un libro que lo rellena. Galicia no es un mundo. Hay tantos mundos en Galicia que nunca dejas de soñarla. Ni de saborearla (por tierra y mar)".
Además de sus escapadas a Galicia y Sotogrande, Sonsoles ha mostrado en Instagram breves pinceladas de otros lugares que ha visitado, aunque sin desvelar sus ubicaciones exactas. En algunas publicaciones se la ve disfrutando del mar, en compañía de sus mascotas, o compartiendo momentos de tranquilidad que ella misma resume con la palabra "calma(a)". En otra imagen, junto a un paisaje costero, escribía: "Cien veces INlove", reforzando esa conexión emocional con los lugares que recorre. Su verano no ha sido únicamente de viaje. Este 14 de agosto, ya de vuelta en Madrid, Sonsoles retomó una de sus rutinas más personales: visitar a su peluquero de confianza, Manuel Zamorano. Ambos posaron juntos para una fotografía que ella describió como tomada en un "Madrid agostizo y delicioso", lista para volver a la rutina con su característico corte de pelo en perfecto estado.