política

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez intentará hasta el último momento no emprender el mismo camino al que se vio obligado el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en mayo de 2010, ante una situación fiscal que se complica cada semana que pasa. Los últimos registros de ejecución presupuestaria que revelan un desplome de la recaudación y un aumento sin precedentes del gasto público, unidos a los malos datos de coyuntura macroeconómica, la imposibilidad de que se conceda anticipo alguno del nuevo Fondo de Recuperación y Resiliencia europeo (los 140.000 millones a los que optaría España) y las necesidades financieras que se acumulan a final de año, harán muy difícil que el Gobierno pueda mantener la actual hoja de ruta, teniendo que asumir una moderación en las pretensiones de Pedro Sánchez y en las de su socio de Gobierno.

Madrid es el principal motor económico de España no sólo por su contribución al crecimiento del PIB nacional sino muy especialmente por ser el nudo de empresas, comunicaciones y factores productivos que hacen posible la articulación de la actividad económica en el conjunto del país.

La crisis sanitaria aún no resuelta hasta que surja y generalice una vacuna eficaz que dejó a la mayor parte de los españoles confinados en sus casas durante más de tres meses, ha supuesto la ruptura de dinámicas tan importantes como la educativa. Volver al curso normal en los diferentes grados de enseñanza está siendo una tarea compleja por los rebrotes masivos que se están produciendo a las puertas del comienzo del Curso Académico 2021-2022.

ECONOMÍA

El más que probable alza fiscal para los trabajadores que en este año han pasado por un Erte por el impacto de la pandemia en la economía y el mercado laboral, dado que se verán obligados a hacer la declaración de la Renta al año siguiente por haber tenido dos pagadores con percepciones base superiores a 12.450 euros, también se producirá para miles de nuevos pensionistas que este año se jubilarán y, por tanto, saldrán de la población en edad de trabajar.

unión europea

Estabilidad macroeconómica, reducido peso de la deuda y cuentas exteriores saneadas: son las fortalezas de la Europa frugal o la Europa de los países despectivamente denominados pequeños tras su golpe encima de la mesa en la votación para la Presidencia del Eurogrupo. Pueden presumir de tener una situación saneada, la cual es sin duda fuente de autoridad moral (o más bien financiera) para exigir a los países que mayores desequilibrios arrastran, no de ahora, sino desde hace años, que hagan las reformas y ajustes necesarios para, con una condicionalidad concreta y una supervisión tanto ex ante como ex post, recibir transferencias y préstamos de la UE.

La derrota de la candidatura de la vicepresidenta económica Nadia Calviño a presidir el Eurogrupo es, en sí misma, una noticia negativa no sólo para España sino muy especialmente para aquellos países que forman el núcleo de poder en la Unión Europea: el eje franco-alemán. El resultado de la votación ha ampliado el espectro de influencia de un grupo de países pequeños en tamaño económico y demográfico pero cuyo peso es cada vez mayor destacando en elementos como la estabilidad presupuestaria, capacidad de ahorro sobre PIB, innovación tecnológica, peso de agricultura e industria sobre el conjunto o superávit por cuenta corriente, entre otros indicadores.

opinión

El empeoramiento de estimaciones macroeconómicas de los principales organismos internacionales supone una advertencia seria sobre la evolución de la economía española en los próximos trimestres frente a una cierta complacencia instalada en la política y la comunidad económica subrayando que "lo peor ha pasado". La mayor parte de los análisis y previsiones parten de los hechos más recientes, donde se puede observar una recuperación notable en la mayoría de los indicadores adelantados tras un hundimiento sin precedentes de sus niveles en los meses de marzo y abril. Obviamente su trayectoria ha estado condicionada por las tres decisiones políticas clave de los últimos tres meses: el decreto de confinamiento de la población, el decreto de paralización de las actividades no esenciales y el decreto de desescalada.

El que fue el principal motor de la economía española, ahora es muy probable que no pueda acompañarla. Según las previsiones presentadas esta semana por la Comisión Europea, la demanda exterior se mantendrá muy débil y contribuirá negativamente al crecimiento de la economía española, concretamente un -0,1 puntos para 2020 y no supondrá una fuerza importante para el crecimiento en el rebote que se espera para 2021 (+0,3 puntos), muy lejos de las contribuciones que ha ido haciendo a lo largo de los últimos años.

análisis

La muerte de Julio Anguita supone la desaparición del que quizá sea el último marxista económico en nuestro país con relevancia pública, no solo en las ideas sino también en su proceder durante más de tres décadas de actividad política. Pocas personas como Anguita podían discutir con una metodología definida, unos argumentos claros y un razonamiento teórico llevado hasta sus últimas consecuencias, respaldado en multitud de lecturas que iban desde la tradición marxiana (es decir, desde la filosofía del primer socialismo) hasta el comunismo que rebrota en diferentes países, a pesar de la caída del Muro de Berlín. Así lo demostró durante más de una década en la columna que escribía en este periódico. A pesar de encontrarme en las antípodas de su pensamiento económico, siempre encontré en las líneas que escribía Anguita profundidad en el análisis y el intento de generar una discusión práctica, pero fundamentada en unas bases teóricas, algunas veces sólidas y otras veces más endebles. Cada vez es más difícil encontrar economistas, pensadores, filósofos o simplemente profesionales o académicos con los que poder confrontar argumentos en una atmósfera de cordialidad, sin tener que esperar del adversario ataques 'ad hominem' y donde cada debatiente debe tener valor que, como decía Unamuno en el epílogo a la "Vida y Escritos del Dr. José Rizal", 'tiene más de cerebral que de testicular'.

Subida de impuestos

La llegada al poder de Pedro Sánchez detuvo el proceso de la consolidación fiscal. Entre 2018 y 2019, la tendencia de reducción del déficit presupuestario se quebró, primero frenando la reducción del déficit en 2018 (recién aprobados los Presupuestos del PP) en medio punto porcentual hasta el 2,5% del PIB, y en 2019 disparando el déficit ocho décimas con respecto al objetivo renegociado por el propio Gabinete Sánchez.