Desde que a finales de octubre empezaron a cotizar las noticias sobre la efectividad de las vacunas de Pfizer y Moderna, IAG había conseguido recuperar hasta un 90% al haber permanecido entre las compañías más castigadas por su sensibilidad a las restricciones a la movilidad. Sin embargo, el retroceso de es lunes, que llegó a alcanzar el 26,4% -el mayor desplome en una sesión desde el crash de marzo, aunque a cierre de sesión se atenuó hasta un 9%- representa una caída del 22% desde los máximos que alcanzó el 25 de noviembre en los 1,92 euros por acción.