Redactora de mercados, con el foco puesto en las finanzas personales y en los fondos de inversión.

Los fondos activos, aquellos en los que al menos el 60% de su cartera está descorrelacionada del índice, no suelen dedicar una parte relevante de su cartera a las grandes compañías por definición. Prefieren centrarse en buscar valor en aquellas menos seguidas por los analistas. Pero eso no significa que los gestores no cuenten con este tipo de empresas a la hora de confeccionar sus carteras, sobre todo en un momento en que el Ibex lleva perdido un 30% en el año, lo que ha permitido a los fondos más activos de bolsa española entrar en valores con la cotización muy resentida.

MERCADOS

Pocas veces la importancia de diversificar una cartera se ha visto tan clara como ahora. Un inversor que centre la suya solo en valores españoles, algo típico en el mercado nacional, aun entre los más conservadores, por la cercanía y conocimiento de los mismos, asume pérdidas de más del 30%, que es lo que cede el Ibex 35 este año (aunque los fondos de bolsa española reducen esta cifra hasta el 28%, de media, según datos de Morningstar, aunque dos se dejan más de un 40%). Pierden, en otras palabras, 21 puntos más que aquellos que diversifican sus carteras con empresas de todo el mundo.

Bolsa

En un año convulso de mercado, en el que las bolsas del Viejo Continente acumulan pérdidas desde enero, un inversor gana, contra todo pronóstico, casi un 3% con la renta fija europea gracias a la subida de su precio, que acumula trece años seguidos al alza. El rally de la deuda en los últimos años había congelado sus expectativas de ganar algo de dinero con ella desde hace tiempo. Sin embargo, lo que no podían prever las previsiones de los bancos de inversión en enero era que la llegada de una pandemia mundial presionaría en las políticas monetarias de unos bancos centrales que se han visto obligados, una vez más, a dar oxígeno a una economía en apuros en forma de más estímulos, que anticipan un entorno de tipos bajos más tiempo del previsto.

La rentabilidad del bono español a 10 años se acercó el martes otro poco más al mínimo anual que dibujó en marzo, cuando en pleno derrumbe del mercado, como consecuencia de la primera ola de contagios por Covid-19 en todo el mundo, marcó un suelo en el 0,176%.

Los fieles del value, cuyo máximo profeta es Buffett, pierden fe tras los malos resultados de los últimos años, mientras la última generación en incorporarse al mercado, la de los millennials, se siente más atraída por el trading diario gracias a la llegada de brókeres sin comisiones como Robinhood. Sin embargo, ya hay grandes bancos de inversión que ven razones por las que el value podría renacer.

bolsa

El éxito de los fondos mixtos como producto en los últimos años ha sido innegable. Desde que la banca pusiera en marcha la maquinaria para venderlos como alternativa a los depósitos en 2015, una vez que éstos dejaron de ofrecer rentabilidades atractivas, su patrimonio no ha dejado de crecer. El 30% de todo el ahorro en fondos se encuentra en ellos, lo que equivale a unos 70.000 millones de euros. El gran pero de este tipo de productos, que poco tienen que ver con los plazos fijos porque el capital no está garantizado, es la disparidad de rentabilidades que existe entre ellos. La diferencia de elegir un mixto u otro puede llegar a ser de hasta 10 puntos en los más conservadores.

Uno de los argumentos que usan los defensores de la gestión indexada en contra de la activa es que, a pesar de cobrar comisiones más elevadas, no es capaz de batir a los índices de forma sistemática. Este año, con una crisis de mercado incluida, la de marzo, que ha llevado al Ibex con dividendos a protagonizar su mayor descenso desde la crisis de Lehman Brothers, en 2008, menos de la mitad de los fondos de bolsa española (el 44%) consigue batir a este índice, según datos de Morningstar. Aun así, es la mejor cifra desde 2015.

Tras cerrar julio en negativo, los principales índices del Viejo Continente despiden la primera semana de agosto con subidas. Sin embargo, el aumento de la tensión entre Estados Unidos y China ha restado ímpetu a las mismas y ha impedido a las bolsas superar niveles que las alejen de la amenaza de ver un regreso a niveles de junio.

El indicador que mide el riesgo de un determinado fondo y que cualquier partícipe encuentra en el documento de Datos Fundamentales para el Inversor (DFI), representado por una escala del 1 al 7 (siendo 1 menor rendimiento y riesgo), se construye en base a la volatilidad histórica del producto. La misma que en los últimos meses se ha disparado y causado un terremoto en el mercado a raíz del Covid-19, que ha afectado, también al valor liquidativo de los fondos.

La crisis sanitaria derivada del coronavirus aflora cambios de muy distinta índole. También en la estructura del ahorro financiero de las familias españolas. Por primera vez desde que Inverco publica estos datos, el saldo en fondos y sicavs supera al de la inversión directa en acciones. En los primeros se acumulan alrededor de 305.000 millones de euros a cierre del primer trimestre del año (una cifra que les lleva a representar el 13,3% del ahorro financiero), frente a los 294.000 millones que se concentran en las acciones (12,8%).