Las sombras que se alargan sobre la renta fija no asustan a los inversores, que saben que, detrás, como sustento, están los estímulos de los bancos centrales. A pesar de sus bajas rentabilidades y de que la crisis económica derivada del coronavirus alimenta la expectativa de que los tipos se mantendrán bajos más tiempo del previsto, el 70% del dinero que entró en ETFs europeos en el segundo trimestre fue a parar a los que invierten en este activo, según un informe de Morningstar. En total se trata de 23.300 millones de euros, que llegan después de que en el primer trimestre salieran 6.000 millones.