
El desequilibrio de las finanzas públicas que ha traído el coronavirus ha acentuado el miedo sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones. Ejemplo de ello es que la encuesta del Instituto BBVA de Pensiones muestra como el 35% de los jubilados o pensionistas declararon albergar algún temor a no recibir su pensión durante la crisis del Covid. El descenso del consumo en el confinamiento ha facilitado que los españoles ahorren más ante una situación de deterioro en las perspectivas económicas y laborales (la tasa de ahorro alcanzó su valor más alto de los últimos 16 años en el primer trimestre del año). Sin embargo, planificar la jubilación no ha sido la principal preocupación de los hogares españoles en el primer semestre del año y este colchón no ha servido para arrastrar más aportaciones a los planes de pensiones del sistema individual.
Desde enero, el dinero que ha ido a parar a estos productos ha sido de 86 millones de euros (en esta cifra se incluye los 52 millones que han entrado en junio, según datos de Vdos, que contabiliza hasta el día 27). Con junio son cuatro los meses seguidos en los que los planes han logrado un goteo continuo de aportaciones -incluso en marzo, cuando se produjo el crash del mercado, también consiguieron entradas de 8 millones, a diferencia de las retiradas de más de 5.000 millones que afrontaron los fondos-.
Sin cambio en los hábitos
La lectura positiva es que, con esos 86 millones, es la primera vez que estos productos cierran un primer semestre del año con captaciones netas desde 2007. La estacionalidad en las aportaciones, que suelen acumularse en la recta final del año a pesar del error que ello supone, explica que los primeros semestres sean más flojos que los segundos. Sin embargo, no es tan positivo el hecho de que esas aportaciones apenas representen una décima parte del patrimonio que concentran (más de 73.000 millones). La cifra está lejos, además, de la conseguida en los años de bonanza vividos entre 2003 y 2006, cuando en los primeros seis meses de un año llegaron a atraer 719 millones de euros en 2004.
La época de vacas flacas viene de atrás. Cerraron 2019 con suscripciones netas de 1.167 millones de euros (el doble que en 2018, eso sí), gracias al aluvión de dinero que llegó en diciembre, pero lejos, otra vez, de los importes previos a la gran crisis financiera, ya que en 2006 las aportaciones netas se situaban en niveles cercanos a los 3.800 millones de euros.
Aunque algunos consideran que la crisis del Covid 19 podría servir de revulsivo para que la población española se conciencie más sobre la importancia de planificar y construir su ahorro de cara a la jubilación, sin embargo otros no lo ven tan claro. "Así debería ser", opina Ricardo González, director General de Mutuactivos AV, durante un Observatorio de elEconomista que se publicará este sábado. Tras dos reformas del sistema público de pensiones, "bastante duras", con respecto a cómo va a evolucionar nuestra pensión pública, ahora existe más conocimiento y preocupación, pero falta actuación, opina. "Las captaciones medias anuales en los productos de ahorro finalista, o los en productos ligados directamente a la jubilación, desde que se hizo el cambio fiscal, en 2006, son negativas. Ha crecido solo por rentabilidad. Es un mercado que no ha crecido en los últimos 14 años. ¿Esto va a ser el punto de inflexión que nos va a hacer cambiar el chip? Me encantaría, pero tengo muchas dudas", señala.
La fragilidad de la situación sin precedentes que ha creado la crisis sanitaria no ayuda a que así sea. "El impacto de esta pandemia ha sido muy cercano a nosotros, y probablemente, la dureza y la gravedad de lo social y lo sanitario va más allá de lo puramente económico, son matices bastante relevantes. Pero me sigue sorprendiendo que la sociedad no haya reaccionado o bien a través del ahorro privado o bien a través de una revolución social en el momento en el que se ha intervenido ese modelo casi piramidal de la gestión de las pensiones públicas con respecto a la fórmula de financiación actual de la Seguridad Social", añade González, de Mutuactivos.
Ricardo Seixas, director de renta variable ibérica de Bestinver, también mostró su reticencia a la hora de que la última crisis implique un cambio en los hábitos de los ahorradores españoles durante el marco de la misma jornada: "Culturalmente va a costar mucho que cada uno se convierta en ahorrador para su propia jubilación desde la edad que debería".
El 34% de quienes, no habiendo comenzado a ahorrar para la jubilación, consideran conveniente hacerlo apuntan a la franja de los 35-44 años como idónea para iniciar esos ahorros, según la encuesta del Instituto BBVA de Pensiones.
El saldo de los fondos
Si los planes de pensiones del sistema individual captaron 86 millones en el primer semestre del año, los fondos de inversión han visto retiradas de 1.600 millones de euros en el mismo periodo. Cifra que se ha contenido gracias a que, en junio, entraron 614 millones, según los datos adelantados de Inverco. Se trata del peor primer semestre en captaciones desde la crisis de deuda periférica de 2012. No obstante, en aquel momento salió mucho más dinero que en la actualidad. Entonces, los inversores retiraron más de 4.700 millones en solo seis meses.