
El indicador que mide el riesgo de un determinado fondo y que cualquier partícipe encuentra en el documento de Datos Fundamentales para el Inversor (DFI), representado por una escala del 1 al 7 (siendo 1 menor rendimiento y riesgo), se construye en base a la volatilidad histórica del producto. La misma que en los últimos meses se ha disparado y causado un terremoto en el mercado a raíz del Covid-19, que ha afectado, también al valor liquidativo de los fondos.
Debido a una mayor volatilidad en estos a lo largo de los últimos meses, más de 60 se han visto en la necesidad de comunicar ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que elevan su nivel de riesgo.
En esos hechos relevantes, las gestoras explican que dichos cambios no se deben a una modificación de la política de inversión del fondo, ni a un cambio del criterio de selección de los activos, ni una estrategia de inversión distinta, sino que es fruto exclusivamente de movimientos de la volatilidad del mercado. La mayoría especifica, también, que "de acuerdo con lo indicado en el documento CESR's guidelines on the methodology for calculation of the ongoing charges figure in the Key Investor Information Document, se va a proceder a modificar el respectivo DFI y folleto para recoger el nuevo nivel de riesgo a la mayor brevedad posible".
Las dos mayores gestoras
Esos más de 60 fondos apenas representan un 2% sobre toda la oferta (compuesta por alrededor de 2.700, según datos de Inverco). Sin embargo, entre ellos se encuentran productos de las mayores gestoras en nuestro país. De hecho, la entidad que ha modificado esta escala en un mayor número de fondos coincide con la que más patrimonio gestiona. CaixaBank AM, con 45.700 millones de euros en activos bajo gestión, ha variado el riesgo de 19 de sus fondos al alza (ocho de ellos englobados en la categoría de mixtos, seis en la de renta variable y otros cinco en la de renta fija, según la clasificación de Morningstar). Entre ellos se encuentra el mayor fondo de deuda por activos bajo gestión en nuestro país: CaixaBank Master Renta Fija Privada Euro, que fue registrado en junio del año pasado y atesora más de 3.200 millones de euros. En su caso, ha elevado de 2 a 3 su indicador de rentabilidad riesgo, sobre una escala de 7. La crisis sanitaria del Covid-19 impactó por igual a la bolsa y a la renta fija en el peor momento de la crisis. En marzo, la volatilidad de los perfiles más conservadores, que construyen sus carteras con bonos, se duplicó con creces. Según datos de Morningstar, la desviación típica de los fondos mixtos más defensivos, que permite medir la volatilidad de un fondo, se disparó del 0,27% al 0,72% de febrero a marzo.
Además de CaixaBank AM, otra de las grandes que se ha visto afectada ha sido la del Banco Santander, que pasó a colocarse en segunda posición en el ranking por patrimonio, por delante de la de BBVA, tras la integración de los activos de Allianz Popular. Aunque, en proporción, solo cinco de los fondos de Santander AM han comunicado cambios. Entre ellos el archiconocido vehículo que gestiona Lola Solana, Santander Small Caps España, que ha elevado su perfil de riesgo de 5 a 6 en los últimos días.
En total son diez gestoras
La lista de gestoras que se han visto implicadas asciende hasta diez, con los últimos datos disponibles. Tras CaixaBank AM, Bankia Fondos -la cuarta por activos bajo gestión- la entidad que más hechos relevantes ha emitido en los últimos días en este sentido, con doce fondos implicados. Entre ellos también hay productos de renta variable, como Bankia Small &Mid Caps España (que pasa de 5 a 6) o Bankia Renta Variable Global (5 a 6); pero también de renta fija, como Bankia Bonos Duración Flexible (2 a 3) o Bankia Fondtesoro Largo Plazo (que también sube de 2 a 3).