
En un año convulso de mercado, en el que las bolsas del Viejo Continente acumulan pérdidas desde enero, un inversor gana, contra todo pronóstico, casi un 3% con la renta fija europea gracias a la subida de su precio, que acumula trece años seguidos al alza. El rally de la deuda en los últimos años había congelado sus expectativas de ganar algo de dinero con ella desde hace tiempo. Sin embargo, lo que no podían prever las previsiones de los bancos de inversión en enero era que la llegada de una pandemia mundial presionaría en las políticas monetarias de unos bancos centrales que se han visto obligados, una vez más, a dar oxígeno a una economía en apuros en forma de más estímulos, que anticipan un entorno de tipos bajos más tiempo del previsto.
Ese casi 3% de rentabilidad responde a la subida de precio que acumula en el año el índice de Bloomberg y Barclays que agrupa a la renta fija europea emitida en euros, tanto pública como privada, que es la que puede beneficiarse del programa de compras del Banco Central Europeo (BCE). Su precio se encuentra muy cerca de los máximos del año que alcanzó el pasado 6 de marzo, justo antes de que empezase a cotizar el avance de la pandemia por todo el mundo que lo condenaría solo unos días después, el 18 de marzo, a su nivel más bajo del año. Desde entonces recupera un 5,5%.
El mismo día en que este índice se hundió, el BCE anunció de forma inesperada un nuevo programa de compras de deuda, llamado PEEP, por su siglas en inglés, el programa de compras de emergencia por pandemia, que buscaba frenar la escalada que se produjo en las rentabilidades de los bonos de los países más afectados por la crisis sanitaria. Su valor inicial fue de 750.000 millones de euros, que amplió en junio en 600.000 millones más. Sin embargo, cada vez más casas de análisis esperan que el organismo presidido por Christine Lagarde anuncie un nuevo incremento en la reunión de diciembre.
La pública sigue en pérdidas
Pese a todo, dentro de la renta fija europea, la pública aún no se ha puesto en positivo en 2020 -pierde un 0,46%- a pesar de que sus rentabilidades se han relajado en las últimas semanas. De hecho, la del bono español a 10 años se encuentra en mínimos de marzo y muy cerca de alcanzar su nivel más bajo del año, que se encuentra en el 0,176%. Este miércoles cerró en el 0,22%, aunque durante la sesión acarició el 0,195%. Cabe recordar que en el momento más tenso de la crisis del Covid se tensó hasta el 1,22%.
El bono español fue uno de los más penalizados por los inversores entonces, junto al italiano, que el miércoles, sin embargo, marcó mínimos anuales en la referencia con vencimiento a 10 años (al caer hasta el 0,85%, cuando llegó a escalar hasta el 2,43% en marzo) e históricos en la de 30 años (en el 1,75%) tan solo dos días después de que Giuseppe Conte, el primer ministro italiano, saliese reforzado de las elecciones regionales. El hecho de que sus bonos aún sean unos de los que ofrecen rentabilidades más elevadas dentro de Europa también está propiciando que el dinero fluya hacia ellos: en lo que va de año, su interés se ha relajado más de 55 puntos básicos, solo la de Reino Unido ha bajado más.
"Los bonos italianos se están comportando de nuevo como activos de renta fija tradicionales más que como activos de riesgo", señala Jan von Gerich, estratega jefe del Nordea Bank ABP en declaraciones a Bloomberg. "El fondo de recuperación de la Unión Europea ha eliminado algunos riesgos políticos, y eso sigue ayudando a reducir los diferenciales en medio de un entorno de bajo rendimiento", añade.
Rentabilidades de hasta el 9%
Sin embargo, las ganancias que deja la renta fija europea este año son de las más modestas en comparación con las que obtienen otros tipos de deuda. Con una cartera de bonos globales se consigue, por ejemplo, rentabilidades del 5,85%; mientras que con una de bonos corporativos la cosecha se eleva hasta el 6% (ver gráfico). Si, además, se está dispuesto a asumir riesgo divisa, al otro lado del charco la renta fija americana sigue líder con rendimientos del 7% para una cesta de bonos que incluye tanto deuda privada como pública, o de hasta el 9% si se tiene en cuenta solo la soberana. Hasta en marzo, cuando el dinero se marchaba a espuertas del mercado, esta última actuó como refugio.
Esta deuda también se ha visto respaldada por la Reserva Federal, cuyo presidente, Jerome Powell, reiteró el miércoles su compromiso de usar todas las herramientas disponibles "durante el tiempo que sea necesario, para garantizar que la recuperación sea lo más sólida posible y para limitar el daño duradero a la economía".
Pese a las ganancias generalizadas que se obtienen este año con la renta fija, las carteras más conservadoras no se están viendo del todo beneficiadas. Según datos de Morningstar, los fondos mixtos más conservadores aún sufren pérdidas medias del 2,5% este año, aunque llegó a perder un 7% a mediados de marzo, más incluso que en la crisis de mercado que se produjo en el último trimestre de 2018. La de los moderados, que incluyen una parte de bolsa, superan el 5%.