Los fieles del value, cuyo máximo profeta es Buffett, pierden fe tras los malos resultados de los últimos años, mientras la última generación en incorporarse al mercado, la de los millennials, se siente más atraída por el trading diario gracias a la llegada de brókeres sin comisiones como Robinhood. Sin embargo, ya hay grandes bancos de inversión que ven razones por las que el value podría renacer.
Desde Boston, Dave Portnoy, un bloguero, algo polémico, relacionado con el deporte y elevado a la categoría de celebrity en internet, comparte con sus casi 2 millones de seguidores en Twitter sus operaciones diarias de compra y venta en bolsa. A ellos les trasladó también, a principios de junio, una idea con la que se identifica una parte del mercado: "Seguramente Warren Buffett sea un gran tipo, pero en lo que se refiere a las acciones está venido a menos". Aunque es uno de los grandes inversores de la historia y profeta del estilo de gestión valor, tan demonizado en los últimos años por sus pérdidas, el año pasado, su brazo inversor, Berkshire Hathaway, obtuvo los resultados más flojos de la década. Mientras tanto, la última generación en llegar al mercado, la de los millennials, se siente más atraída por plataformas como la de Robinhood, un bróker online sin comisiones nacido al otro lado del charco del que se ha llegado a decir que sus usuarios más jóvenes fueron los responsables, y no la Reserva Federal o los grandes fondos de inversión, del rally visto en Wall Street poco después del crash de marzo. Sin embargo algunos grandes bancos de inversión, como Bank of America, ya titulan sus informes con la premisa de que "es hora de que el valor brille frente al crecimiento".
El banco americano espera que el último tramo de la recuperación sea impulsado por las acciones de valor. Habla, en concreto, de las europeas, de las que espera un rendimiento superior próximo al 20% frente a las de crecimiento en el cuarto trimestre. Y se basa en que éstas suelen batir a las de crecimiento cuando aumenta el rendimiento del bono americano a 10 años, "como esperamos que suceda, como repuesta a una recuperación de los PMIs mundiales". Su mejora es el principal propulsor macroeconómico de los bonos, explican. Sus previsiones apuntan a que los PMIs de la zona euro y mundiales subirán otros 5 puntos en los próximos meses, para llegar a "niveles inusualmente altos en el cuarto trimestre". Esto, añaden, "implicaría que los rendimientos de los bonos aumentarán en los próximos meses, tal y como lo han hecho en cada recuperación durante las últimas dos décadas".
Más expectativas de inflación
Según las estimaciones de Bloomberg, la rentabilidad exigida a un bono americano pasará del 0,65% actual al 0,76% a finales de año. Se espera que sea ya en 2021 cuando supere la barrera del 1%, para colocarse en el 1,19%, lo que implica pérdidas latentes del 4,5% por la caída de su precio. Desde que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, anunciase un importante cambio en su política monetaria, que implica mayor flexibilidad en la inflación, permitiendo que sobrepase el 2% sin subir los tipos de interés, las expectativas de inflación han aumentado y se sitúan actualmente por encima del 2% y, con ellas, la rentabilidad del bono americano también ha remontado ligeramente. Sin embargo, "también implica que la Fed seguirá activa comprando deuda pública a lo largo de toda la curva, lo que supone una resistencia a subidas de tipos de interés. Pero en un periodo pre-electoral, como el que estamos empezando, es difícil que coja un papel muy protagonista en la economía", señala Josep Bayarri, director de inversión y análisis de Arquia Gestión. En su opinión, "el principal driver de la evolución de los tipos de interés será el descenso del riesgo vinculado a la pandemia, lo que nos deja con un escenario de alza de tipos de interés de interés a largo plazo y estabilidad de tipos a corto, con unos tipos que podrían irse por encima del 1%", añade.
Por lo pronto, la subida de los sectores cíclicos supera la de los defensivos desde marzo. El mercado está comprando que la economía mundial entrará en una fase de crecimiento económico, a la que el consenso de mercado pone fecha. Será en el segundo trimestre de 2021 cuando los grandes países del Viejo Continente registren crecimientos de su PIB interanuales de forma generalizada, según Bloomberg.
Esa rotación hacia valores más cíclicos también ha llevado a Unicorp a plantearse si nos encontramos ante el momento del value. "Estamos en una situación que podría favorecer, al menos a corto plazo, a la evolución de las acciones pertenecientes al estilo value. Con estos valores debemos ser conscientes que la apuesta sería la siguiente: apuesta porque la siguiente fase del ciclo sea expansiva, apuesta a una victoria contra el Covid-19, bien sea la vacuna, o bien sea un control de los efectos, que no genere crisis sanitaria y confinamientos masivos; y apuesta por asumir entrar en la renta variable en acciones que están a muchísima distancia de los máximos del año, frente a otras acciones que están en máximos históricos", reflexionan.
Los bancos, ¿una excepción?
Dentro del índice de valor europeo, sectores como el de la banca, que afronta su particular travesía del desierto por los años de bajos tipos de interés, o el de la energía son los que más peso tienen. Mientras en Bank of America están positivos en ambos, en Citi, donde su postura sobre el value en los últimos doce meses ha sido neutral y ahora ha cambiado a positiva, prefieren evitar el financiero. "Desde mediados de marzo hasta ahora, a medida que los tipos reales han caído y las expectativas de inflación subido, las acciones de valor, excluidas las financieras, han tenido un comportamiento positivo, mientras que las financieras han restado rentabilidad al índice de valor", señalan. Las oportunidades las ven en la energía, el consumo discrecional o el de materiales dentro de Europa. Sin embargo, desde Citi también describen que el riesgo de esta recomendación es que se produzca "una mayor debilidad económica impulsada por segundas olas de infección en el hemisferio norte durante el invierno", ya que "podría detener las expectativas de inflación y hacer descender los breakevens, que desde una perspectiva de estilo favorecerían a todos excepto al value (es decir, favorecerían las tendencias de los últimos 2-3 años)".
A principios de junio Vanguard también actualizó sus previsiones de rentabilidad para las acciones y la renta fija americana. En su opinión, las de estilo valor también darán las mayores alegrías a los inversores en la cpróxima década. Hablaba de rentabilidades anualizadas de entre el 7,6% y el 9,6% frente al 4%-6% que estimaba para las de crecimiento.
No obstante, también hay profesionales que opinan que, por ahora, no es momento de posicionarse en este tipo de compañías. "El principal indicador que tomaríamos en cuenta para valorar tomar posiciones value sería la inflación. Un periodo de inflación elevado acostumbra a coincidir también con leading indicators al alza y tipos de interés al alza, y se correlaciona mejor con los valores value. A pesar de la tolerancia de la Fed respecto a la inflación, ni está ni se la espera. En este entorno, el growth sigue siendo nuestra principal apuesta", señala Bayarri, de Arquia.