Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

Ni un 10%, ni un 6% ni un 3%. Finalmente, la contracción de la economía rusa en 2022 fue 'solo' del 2,1%, destrozando todas las previsiones que lanzaron durante 2022 el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y decenas de casas de análisis occidentales. La clave estuvo en la ágil reacción del Banco de Rusia y, sobre todo, en los fuertes ingresos por venta de petróleo, refinados y gas. Este año, todo hace indicar que las ventas de materias primas podrían complicarse ante el recrudecimiento de las sanciones de Occidente. Sin embargo, el Banco de Rusia vuelve a mostrarse optimista y cree que la economía podría incluso crecer un 1% en 2023, lo que pondría la primera piedra de la recuperación económica.

Cuando se analiza la economía y el bienestar de sus ciudadanos se tiende a mirar al producto interior bruto o PIB. Este indicador contabiliza (en términos monetarios) todos los bienes y servicios que produce una economía en un periodo de tiempo determinado (normalmente un año). Sin embargo, este indicador deja mucho que desear a la hora de analizar el bienestar real de la población. Un indicador mucho más válido, según la agencia de estadística de la Comisión Europea (Eurostat) es el consumo individual efectivo per cápita. Este indicador tocó techo en España en 2007 y, tras varias crisis de por medio, no ha vuelto a acercarse ni de lejos a los niveles de entonces, lo que revela que los españoles no han vuelto a disfrutar de unos estándares de vida similares a los de 2007.

Economía

La travesía de la economía española durante las próximas décadas se antoja compleja. Un país con una demografía desfavorable (que disparará el gasto en pensiones), una deuda pública muy elevada, una economía orientada a las ramas del sector servicios de menor valor añadido y con una situación geográfica que tampoco apoya el crecimiento. Al final, Europa es un continente desarrollado, pero cuyas perspectivas de futuro no son nada halagüeñas y menos desde que comenzó la guerra en Ucrania. Tal es la situación, que algunos de los informes que lanzan vaticinios de largo plazo desplazan a España hacia una zona gris en el ranking global de economías, no solo ya por debajo de economías como México o Filipinas, también por detrás de Nigeria.

El Banco Central Europeo (BCE) tiene aún mucho trabajo por hacer para ganar la batalla a la inflación. Más allá de la subida de 50 puntos básicos de marzo, descontada ya por los mercados, ahora las expectativas van un poco más allá y esperan que las subidas de tipos continúen en los próximos meses, hasta llevar el tipo de interés terminal (el máximo en este ciclo de endurecimiento) hasta el 3,7% (tasa de depósito), lo que igualaría el tipo de interés más alto de toda la historia de la Eurozona, alcanzado en octubre del año 2000, cuando el tipo sobre la tasa de depósito tocó el 3,75%.

La reacción de los salarios a la elevada inflación ha sido uno de los grandes miedos de la banca central durante el último año y medio. Los efectos de segunda ronda tienen la capacidad de prolongar y retroalimentar el propio proceso inflacionario. Aunque este escenario no parece probable en los países avanzados, lo cierto es que los salarios están creciendo a un ritmo muy elevado si se compara con los patrones históricos, no solo en EEUU, también en Europa. Los expertos de JP Morgan creen que los salarios van a crecer al mayor ritmo en 30 años durante el primer trimestre de este 2023, una tendencia que vigilará muy de cerca el Banco Central Europeo, que lleva varios meses poniendo la lupa sobre el comportamiento de las remuneraciones en el mercado laboral.

EEUU es el mayor productor de petróleo del mundo, aunque las reservas de crudo en su territorio no son excesivamente grandes. Pese a que el avance de la tecnología y la subida del precio del crudo ha permitido que EEUU duplique las reservas probadas y recuperables bajo su suelo, la mayor economía del mundo sigue a años luz de países como Venezuela (tiene las mayores reservas de crudo del mundo), Arabia Saudí o Rusia. Aunque las reservas probadas de crudo cambian cada año (dependen de varios factores), parece poco probable que EEUU llegue a acercarse en algún momento a estos países.

Economía

La torre de control de los economistas estadounidenses no da abasto. La economía es un avión que emprendió el vuelo en plena pandemia y que ahora tiene que aterrizar. Cada dato macro que se va conociendo mueve el radar a una de las pistas preparadas. Hasta hace no mucho, se daba por segura una dolorosa recesión por las subidas de tipos aprobadas buscando poner coto a una exacerbada inflación tras el covid. Era la pista del aterrizaje brusco o forzoso. Al constatarse que la inflación comenzaba a perder muy tímidamente fuelle y la economía no sufría (el empleo seguía fuerte y el consumo aguantaba), se encendieron las luces de la pista del aterrizaje suave: precios bajo control y daño mínimo a la economía. La fortaleza de los últimos datos hace que se empiece a hablar directamente del 'no aterrizaje'.

Los futuros de petróleo acumulan dos jornadas consecutivas de descensos que han vuelto a llevar el precio del barril de Brent, referencia en Europa, por debajo de los 85 dólares. El crudo ha retomado las caídas pese al optimismo de la OPEP (vaticina un mercado más tenso y prieto este año) y las sanciones de Occidente sobre Rusia, que llevan ya más de una semana en pleno funcionamiento (en cuanto a los derivados) y más de dos meses en lo que al petróleo crudo se refiere. Los expertos, que hace no mucho vaticinaban un año apocalíptico para el crudo, ahora empiezan a desinflar esta previsión a la vista de los planes de Rusia de seguir produciendo crudo como si nada pasara y ante el incremento de los inventarios, que vuelven a crecer en EEUU.

La inflación se ha mantenido estable en el 6,4% interanual en EEUU (frente al 6,5% anterior), un dato un tanto decepcionante, puesto que los expertos esperaban que la moderación siguiese su curso y el crecimiento de los precios se redujera al 6,2%. Además, la subyacente también ha caído solo una décima hasta el 5,6%. El IPC mensual acelera, por su parte, hasta el 0,5% desde el 0,1% previo. El subyacente se mantiene en el 0,4%.

En marzo de 2022, el crecimiento de los salarios en la economía de EEUU comenzó a moderarse. Aunque la creación de empleo sigue siendo sorprendentemente fuerte y las vacantes se mantienen cerca de máximos históricos, el crecimiento anual de los sueldos ha caído desde casi el 6% hasta el 4,4% en enero de este año. Una tendencia, que salvo en pequeñas pausas de un mes, se ha mantenido, lo que ha permitido a la Reserva Federal levantar el pie del acelerador de las subidas de tipos y casi descartar una espiral precios-salarios (el escenario más temido por la Fed). Sin embargo, en los últimos meses se ha podido ver una nota discordante dentro de los salarios. Hay un sector, cuyo peso en el empleo es notable, donde los salarios llevan tres meses consecutivos al alza, aunque aún no es alarmante, algunos expertos comienzan poner el foco y a analizar el posible impacto de este sector en la economía en su conjunto y en las decisiones de la Fed.