El Banco Central Europeo (BCE) tiene aún mucho trabajo por hacer para ganar la batalla a la inflación. Más allá de la subida de 50 puntos básicos de marzo, descontada ya por los mercados, ahora las expectativas van un poco más allá y esperan que las subidas de tipos continúen en los próximos meses, hasta llevar el tipo de interés terminal (el máximo en este ciclo de endurecimiento) hasta el 3,7% (tasa de depósito), lo que igualaría el tipo de interés más alto de toda la historia de la Eurozona, alcanzado en octubre del año 2000, cuando el tipo sobre la tasa de depósito tocó el 3,75%.
Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ha endurecido el tono contra la inflación. La experta alemana ha destacado la inusitada fortaleza de la inflación subyacente y los salarios en la Eurozona, dos tendencias que no son consistentes con una inflación en el objetivo del 2%. Schnabel ha abierto la puerta a llevar los tipos de interés por encima del 3,5% (tasa de depósito).
Hasta ahora, lo único que había seguro era que el BCE iba a subir el precio del dinero en otros 50 puntos básicos en marzo. Aunque es cierto que los mercados descontaban alguna subida más hasta el verano que pudiera llevar el precio del dinero a la zona del 3,25-3,5%, ahora las expectativas sobre tipos han dado otro salto y se han situado por encima del 3,6% por primera vez (los swaps avanzan hasta cinco subidas de 25 puntos básicos desde hoy). El BCE podría llevar el precio del dinero a los máximos históricos vistos en el año 2000 ante la resistencia de la inflación y la fortaleza del mercado laboral.

Solo con la tasa de depósito alcanzaría su máximo histórico, puesto que el tipo de interés principal de refinanciación (el tipo rector de las subastas semanales a las que acude la banca) se auparía hasta el 4,25% de seguir el ritmo que marca la tasa de depósito (estuvo en el 2000 en el 4,75%). No obstante, los expertos coinciden en señalar que la tasa de depósito es el tipo de interés más importante desde que el exceso de liquidez aparcada en el banco central se convirtió en el componente más determinante de los mercados monetarios. Así lo explicó el Banco de Inglaterra en su afamado paper 'Money creation in the modern economy'.
Mientras que la tasa principal de refinanciación fue el principal tipo rector con el nacimiento del BCE, las políticas extraordinarias (compras de activos masivas, subas de liquidez a largo plazo, tipos negativos...) hicieron que la remuneración de las reservas bancarias (la tasa de depósito) pasase a ser el tipo de referencia de la banca central.
¿Qué esperan los mercados?
¿Por qué los swaps sobre tipos de interés están vaticinando tantas subidas de tipos? Las expectativas sobre el tipo terminal de la tasa de depósito han ido escalando en los últimos días, a medida que los datos de inflación (tanto en EEUU como en Europa) han mostrado más fortaleza de la esperada. No obstante, el último salto para auparse en la zona del 3,7% se ha producido este viernes tras una entrevista de Isabel Schnabel, con Bloomberg que ha replicado la web del BCE por completo.
Los periodistas de la agencia americana han preguntado a la economista alemana si el tipo terminal (el techo del tipo) sobre la tasa de depósito se encuentra en el 3,5%, a lo que Schnabel ha respondido que esa previsión podría ser demasiado optimista, abriendo la puerta que las subidas de tipos lleven el precio del dinero por encima de ese nivel.
Por otro lado, Philip Lane, economista jefe del banco central, advirtió esta semana de que el impacto de la política monetaria sobre la economía tardaba un tiempo en sentirse, de modo que las consecuencias de las subidas de tipos aún no son del todo visibles, pese al fuerte auge del euríbor (por ejemplo) o del encarecimiento del crédito al consumo.
Miedo a los salarios en el BCE
Además, Schnabel ha insistido en que "es demasiado pronto para cantar victoria en la lucha contra la inflación". Los precios siguen multiplicando por cuatro el objetivo del BCE, mientras que el mercado laboral sigue presentando una tasa de paro históricamente baja y los salarios se preparan para subir al mayor ritmo en 30 años (además, la política fiscal de los gobiernos tampoco está ayudando). La inflación general parece estar moderándose, pero todo hace indicar que la subyacente (no pondera alimentos ni energía) se va a mantener indeseablemente alta por más tiempo de lo que se creía.
"Si observamos nuestros indicadores de salarios, vemos que el crecimiento de los salarios se ha recuperado sustancialmente. Se espera que el crecimiento sea de alrededor del 4% al 5% en los próximos años, lo cual es demasiado alto para ser consistente con nuestro objetivo de inflación del 2% incluso cuando se tiene en cuenta el crecimiento de la productividad... Por tanto, la evolución de los salarios va a ser clave para nuestra evaluación de la inflación subyacente y, por tanto, también para la inflación a medio plazo", ha sentenciado la economista alemana.
La alemana ha destacado que "ni siquiera se ha iniciado un amplio proceso de desinflación en la zona del euro. Si miramos la inflación subyacente en particular, vemos que es muy alta y más persistente que la inflación general. La evolución de la inflación subyacente juega un papel importante en nuestro pensamiento", ha señalado Schnabel.
Además, por si había alguna duda, la alemana ha dejado claro que en marzo se subirán los tipos en 50 puntos básicos: "Dado el nivel actual de las tasas de política y el nivel y la persistencia de la inflación subyacente, es necesario un aumento de la tasa de 50 puntos básicos en prácticamente todos los escenarios plausibles para llevar la inflación nuevamente al 2%. No hay inconsistencia entre nuestro principio de dependencia de datos y estas intenciones porque es muy poco probable que los datos entrantes pongan en duda esta intención", ha concluido Schnabel.