La inflación se mantiene en cotas históricamente altas en la zona euro. Este fuerte crecimiento de los precios está ayudando a inflar el PIB nominal de las economías europeas. Cuanto más caras son las peras y las manzanas que se producen, más grande es el PIB en términos nominales (que no reales), lo que está ayudando a reducir el peso de la deuda pública sobre PIB en todos los países del euro: aumenta el denominador (PIB) más que el divisor (deuda pública), generando un espejismo (una suerte de ilusión monetaria) en el ratio de deuda sobre PIB que puede acabar muy mal en los próximos años, según advierte el Banco Central Europeo en un informe publicado esta semana.