Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

La histórica subida de los tipos de interés en Europa está teniendo consecuencias importantes para el precio de los activos. Las acciones y los bonos reaccionaron con drásticas caídas de forma casi instantánea, cotizando las expectativas de unos tipos futuros más altos. Ahora, acciones y bonos parecen 'revivir' ante la pronta llegada del fin de las subidas de tipos. Sin embargo, hay otros activos que tardan más en 'cotizar' estas subidas, como es el caso de la vivienda. Los inmuebles no cotizan expectativas con tanta facilidad como los activos financieros (cuyos precios varían a diario), el precio de la vivienda se reajusta cuando la política monetaria se transmite por completo a los tipos de interés e impacta en la economía real, algo que está sucediendo en estos momentos. La vivienda ya cae en varios países europeos. Aunque el sector ha mostrado cierta coordinación en los últimos años, parece que esta vez las correcciones de precios se van a concentrar en algunos países en concreto.

Excluir del comercio global a un gigante en la producción de materias primas como Rusia no resulta sencillo. Buena prueba de ello es que la sanción más dolorosa para Rusia ha entrado en vigor casi un año después del comienzo de la guerra. La desconexión de la Unión Europea de su principal proveedor de combustibles no se ha hecho realidad hasta este domingo 5 de febrero. Ahora, Moscú intentará colocar sus productos refinados en otros mercados (Asia sobre todo), mientras que Europa buscará sustituir el diésel ruso con refinados producidos en Oriente Medio o EEUU. Aunque el mercado se adaptará, el proceso puede ser turbulento. Además, tanto Europa como Rusia terminarán perdiendo en términos económicos.

Durante años, China ha sido el país que ha copado todos los focos cuando se hablaba de crecimiento económico y futuro. Sin embargo, el 'gigante asiático' se está atascando (tanto en términos económicos como demográficos) antes de llegar a ser un país desarrollado. Ahora, son cada vez más los analistas que ponen el punto de mira en la India. Pese a las múltiples debilidades de este otro 'gigante', su crecimiento económico y demográfico está quedando reflejado en los rankings de PIB globales. Pese a ser un país con una renta per cápita muy baja ha logrado superar a Reino Unido en términos agregados de producción y ahora se prepara para hacer lo mismo con Alemania y Japón.

La inflación general se ha comenzado a moderar con cierta intensidad en todos los países desarrollados. Primero fue EEUU (first in first out), donde el IPC comenzó a perder tracción en la segunda mitad 2022. Más tarde ha llegado el turno para la Eurozona, con una moderación de los precios si cabe más sorprendente, puesto que la previsión para el club del euro era más pesimista: se esperaba el apocalipsis energético en invierno. Esta desinflación ha inundado de optimismo los mercados: el precio de los bonos y las acciones suben con intensidad, lo que está flexibilizando las condiciones financieras sobremanera, todo lo contrario de lo que pretenden los bancos centrales con las subidas de tipos y las reducciones de balance. Aunque parezca contradictorio, este optimismo puede terminar siendo fatal para los mercados e incluso para la propia economía.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha confirmado, tras el comunicado, que habrá una nueva subida de tipos en marzo de 50 puntos básicos, pero ha subrayado que "después de marzo no habremos llegado al pico de los tipos, tenemos aún terreno que recorrer y mucho que evaluar".

El Banco Central Europeo ha subido en 50 puntos básicos los tres tipos de interés clave tal y como estaba previsto. Además, el BCE ha anunciado que en marzo volverá a subir los tipos en 50 puntos básicos más. De este modo, la tasa de depósito (donde la banca aparca su liquidez) queda en el 2,5%, la de refinanciación asciende al 3% y el tipo de la ventanilla de emergencia se aúpa al 3,25%. Estos son los tres tipos rectores y oficiales en a Eurozona que marcarán el camino de los tipos de mercado como son el euríbor o el interés que pagan las letras o los bonos soberanos.

Cuando los bancos centrales se dedican a imprimir dinero en grandes cantidades y los gobiernos incurren en vastos déficits, el resultado queda a la vista: la inflación se descontrola y, por tanto, el precio nominal de los activos, bienes y servicios sube con intensidad. Muchos billetes circulan en la economía persiguiendo a una cantidad limitada de activos, bienes y servicios. Además, la inflación suele erosionar la confianza en el sistema monetario dominante (un sistema dominado por el dólar), lo que a su vez provoca una búsqueda de refugio por parte de los inversores en lo que siempre 'ha funcionado'. El oro puede ser el gran beneficiado de las turbulencias a las que se enfrenta la economía global y a la pérdida de confianza en el dólar.

La inflación de la zona euro ha mantenido su tendencia a la baja. El IPCA (armonizado) se ha situado en el 8,5%, siete décimas por encima de la lectura de diciembre. Los cambios metodológicos (ponderaciones de componentes) implementados por Eurostat y el fin de algunos subsidios en países clave (España o Francia) habían generado cierta incertidumbre sobre esta publicación, que finalmente ha sido mejor de lo esperado. Además, el dato ha contado con un plus de incertidumbre, ante el fallo técnico del instituto de estadística de Alemania, que ha impedido que el país germano publique su propia inflación. Por el momento, España sigue teniendo la inflación más baja de la zona euro con un 5,8%.

Entre el final de la Segunda Guerra Mundial en mayo de 1945 y el ataque de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, Europa ha disfrutado de un período excepcionalmente largo de paz (interrumpida por conflictos 'periféricos' como la Guerra de los Balcanes). La lección parecía aprendida. La unión económica y política fomentaron las relaciones comerciales, dando lugar a una globalización que ha traído la prosperidad económica a un continente históricamente castigado por cruentas guerras. La globalización ha sido la consecuencia de un crecimiento del comercio internacional que ha superado con creces el avance del PIB en las economías avanzadas. Las sinergias y la eficiencia de la globalización (cada región o país se especializaba en los sectores o nichos en los que contaban con ventajas comparativas) han sido clave para incrementar los estándares de vida de los consumidores de los países desarrollados, pero también de otras regiones, como ha sido el caso de Asia. Ahora, este paradigma globalizador parece frenarse en el mejor de los casos.

El Banco Central Europeo anunciará una subida de los tipos de interés este jueves. El alza será de 50 puntos básicos (pb) y dejará la tasa de depósito en el 2,5%, el tipo principal de refinanciación en el 3% y el de la ventanilla de emergencia en el 3,25%, unos niveles que no se veían desde 2008. Pese a que todo está absolutamente decidido para esta reunión, el choque entre 'halcones' (defienden unos tipos más altos) y 'palomas' (defienden una política monetaria más expansiva) se está encarnizando, tal y como se pudo comprobar en las actas de la última reunión, donde un número elevado de miembros (todos los halcones) hubieran preferido una subida de tipos de 75 puntos básicos. Finalmente, el temple de Christine Lagarde, presidenta del BCE, y Philip Lane, economista jefe, se impuso. La subida de tipos fue de 50 puntos básicos a cambio de prometer, al menos, otro alza más en febrero y marzo de la misma cuantía.