
La inflación general se ha comenzado a moderar con cierta intensidad en todos los países desarrollados. Primero fue EEUU (first in first out), donde el IPC comenzó a perder tracción en la segunda mitad 2022. Más tarde ha llegado el turno para la Eurozona, con una moderación de los precios si cabe más sorprendente, puesto que la previsión para el club del euro era más pesimista: se esperaba el apocalipsis energético en invierno. Esta desinflación ha inundado de optimismo los mercados: el precio de los bonos y las acciones suben con intensidad, lo que está flexibilizando las condiciones financieras sobremanera, todo lo contrario de lo que pretenden los bancos centrales con las subidas de tipos y las reducciones de balance. Aunque parezca contradictorio, este optimismo puede terminar siendo fatal para los mercados e incluso para la propia economía.
El Fondo Monetario Internacional ha publicado una nota de seis páginas en la que advierte del excesivo optimismo que reina en los mercados. La inflación general se ha moderado con intensidad por la caída de precio de la energía, pero "la inflación subyacente sigue siendo obstinadamente alta", aseguran Tobias Adrian, Christopher Erceg y Fabio Natalucci, economistas del FMI.
Los mercados parecen haber cantado victoria contra la inflación, descontando un tono menos agresivo de la banca central e incluso las primeras bajadas de tipos. Sin ir más lejos, el Ibex 35 se apunta subidas de más del 13% desde diciembre hasta hoy. Todas las bolsas europeas presentan una tendencia similar, pese a que los bancos centrales siguen subiendo tipos y prometen mantenerse durante un tiempo prolongado en territorio restrictivo, lo que debería ser a primera vista un obstáculo para los activos de riesgo.
Hasta la fecha, los bancos centrales de los países avanzados han endurecido su política monetaria con violencia para contener la inflación. El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, ha pasado de los tipos de interés negativos (-0,5%) a una tasa de depósito del 2,5%, algo que parecía absolutamente inimaginable hace tan solo año y medio. La Eurozona tiene tipos de interés nominales positivos (y subiendo) y, por ahora, nada ha explotado. Sin embargo, la reciente moderación de la inflación ha provocado que los mercados comiencen a especular con una política monetaria menos restrictiva, lo que está creando "un rompecabezas para la banca central", aseguran desde el FMI.
"Tales expectativas han causado una fuerte caída en los tipos de interés globales a largo plazo y han impulsado los mercados financieros, tanto en las economías avanzadas como en los mercados emergentes. Aunque esto puede hacer pensar que la política monetaria ya es restrictiva y está a punto de causar una contracción económica innecesaria, los inversores pueden estar siendo demasiado optimistas sobre el progreso en la desinflación", advierten los economistas del FMI.
Descenso de la inflación general
"Aunque la inflación general ha disminuido, la inflación subyacente solo ha retrocedido levemente en algunos países, además ambas siguen siendo demasiado altas. Por lo tanto, los bancos centrales deben mostrarse decididos en su lucha contra la inflación y asegurarse de que la política se mantenga lo suficientemente restrictiva como para que la inflación vuelva al objetivo de manera duradera", aconsejan los expertos del FMI.
La Reserva Federal de EEUU anunció este miércoles una subida de tipos de 25 puntos básicos, mientras que Jerome Powell, presidente del banco central, anunció que se estaba dando comienzo una etapa de desinflación (moderación de precios), lo que impulsó a Wall Street, que volvió a cerrar con incrementos notables en el precio de las acciones. "Los mercados han reflejado este panorama relativamente benigno: los mercados bursátiles se han recuperado y los diferenciales crediticios se han reducido considerablemente".
Esta tendencia en los mercados no es nueva, los inversores llevan descontando una política monetaria menos restrictiva varios meses. Desde finales del año pasado, los mercados financieros se han recuperado con fuerza al calor de la desinflación: "En EEUU y la zona del euro, las expectativas de inflación basadas en el mercado a un año vista han vuelto a acercarse al objetivo del 2% de los bancos centrales desde el 6% de la primavera pasada. Los indicadores de otras economías avanzadas han experimentado caídas similares. En los mercados emergentes, estas expectativas de inflación basadas también han estado cayendo, aunque a un ritmo más lento", explican desde el FMI.
Los mercados creen que los bancos centrales van a empezar a reducir los tipos con rapidez
"Estas esperanzas de desinflación han ido acompañadas de expectativas crecientes de que los bancos centrales pronto no solo dejarán de endurecer la política, sino que también reducirán los tipos con bastante rapidez. En muchas economías, esto ha llevado a que los rendimientos de la deuda pública a largo plazo haya caído por debajo de los vencimientos a corto plazo. Históricamente, tal inversión de la curva de rendimiento suele preceder a las recesiones. De hecho, las evaluaciones de los analistas apuntan a un riesgo significativo de recesión en muchas economías, pero la expectativa es que las recesiones, en caso de que ocurran, serán leves", comentan estos economistas.
"Esto supone un enigma para los bancos centrales. La relajación de las condiciones financieras durante un ciclo de ajuste monetarios supone un rompecabezas para los responsables políticos. Por un lado, los mercados financieros están indicando que la desinflación puede suceder sin aumentos significativos en el desempleo. Los miembros de los bancos centrales podrían adoptar ese punto de vista y, de hecho, ratificar la relajación de las condiciones financieras". Esta es una opción que podrían estar barajando los miembros de la Fed o del BCE. Sin embargo, hay otra alternativa que puede ser también muy realista y dolorosa para los mercados.
El FMI apuesta por más subidas de tipos y una corrección de los mercados
"Alternativamente, los bancos centrales podrían hacer retroceder el optimismo de los inversores, enfatizando los riesgos de que las presiones inflacionarias puedan ser más persistentes de lo esperado. Este enfoque de gestión de riesgos requeriría tipos de interés restrictivos por más tiempo, hasta que haya evidencia tangible de una disminución sostenida de la inflación. Aunque esta política más dura podría llevar a una reevaluación de los precios de los activos de riesgo en los mercados financieros, que posiblemente provocaría una caída de los precios de las acciones y una ampliación de los diferenciales crediticios, hay tres razones por las que se necesita un enfoque de este tipo para garantizar la estabilidad de precios", aseguran los economistas del FMI.
-La historia muestra que la alta inflación a menudo es persistente, y es posible que aumente aún más, sin medidas de política monetaria enérgicas y decisivas para reducirla.
-Aunque la inflación de bienes se ha reducido, parece poco probable que suceda lo mismo con los servicios sin un enfriamiento significativo del mercado laboral. De manera crucial, los bancos centrales deben evitar malinterpretar las fuertes caídas en los precios de los bienes y la relajación de la política antes de que la inflación de los servicios y los salarios, que se ajustan más lentamente, también se hayan moderado notablemente.
-La experiencia sugiere que los períodos prolongados de rápidos aumentos de precios hacen que las expectativas de inflación sean más susceptibles a desanclarse, puesto que esa mentalidad inflacionaria se arraiga más en el comportamiento de los hogares y las empresas.
Por todo ello, desde el FMI piden a los bancos centrales que no se dejen embaucar por el espejismo de la caída de la inflación y el entusiasmo de los mercados. Esta no es una tarea fácil, puesto que nadie quiere ser el encargado de pulsar el botón que pone fin a la fiesta de los mercados, pero las instituciones monetarias tienen esta misión y deben cumplirla: "Los bancos centrales deben comunicar la necesidad de mantener los tipos de interés más altos durante más tiempo hasta que haya evidencia de que la inflación, incluidos los salarios y los precios de los servicios, ha regresado de manera sostenible a la meta".
El riesgo de una relajación prematura
Desde el FMI admiten que los banqueros centrales se enfrentará a poderosas presiones para flexibilizar la política a medida que aumenta el desempleo y la inflación sigue cayendo. Estos desafíos podrían ser particularmente agudos para las economías emergentes, donde la credibilidad de la banca central es menor y las expectativas de inflación se desanclan con mayor facilidad.
"Sin embargo, una relajación prematura podría generar el riesgo de un fuerte resurgimiento de la inflación una vez que la actividad se recupere, dejando a los países en una situación proclive a sufrir nuevos shocks, que podrían desanclar las expectativas de inflación. Por lo tanto, es fundamental que las autoridades se mantengan resueltas y se concentren en llevar la inflación de regreso a la meta sin demora", sentencia la nota del FMI.