La inflación despertó con violencia en 2021. Los precios comenzaron a dispararse a mediados de ese año para mantener una tendencia alcista que se prolongó mucho más de lo que habían vaticinado los bancos centrales y otras instituciones financieras. ¿Cuál fue el error de medición? Estos expertos y economistas pusieron el foco en la subida de precio de la energía (un componente muy volátil) sin prestar atención a los cambios de precios en el transporte, cuyo impacto en la inflación es notable y algo más duradero. Al menos lo suficiente como para hacer un fenómeno temporal algo más duradero y desbaratar las previsiones de instituciones como el Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional.