Los consumidores siempre podrán buscar el mejor precio. La competencia será intensa y hasta la empresa más pequeña podrá competir en igualdad de condiciones con los mayores gigantes empresariales. Y los productos de mayor valor podrían obtenerse en cualquier parte del mundo. Durante la mayor parte de las dos últimas décadas hemos asumido que Internet hace bajar los precios, y hasta cierto punto lo hizo. Pero, agárrense. Ahora parece que los está haciendo subir, y que la inflación electrónica será mucho más difícil de controlar para los bancos centrales que la inflación.