La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha anticipado nuevas subidas por parte de la institución más allá de la segura de julio. La banquera ha explicado, en un post, que "es probable que estemos en condiciones de salir de las tasas de interés negativas para fines del tercer trimestre". Actualmente, los tipos se encuentran en el -0,5%. Esta postura implicaría asumir más de 50 puntos básicos entre las próximas reuniones de julio (21 de julio) y septiembre (8 de septiembre), dejando prácticamente al margen una sobrerreacción para el mes julio.
Según se acercan las fechas claves para el BCE, sus miembros hacen cada vez apariciones más prolíficas con el objetivo de allanar el camino para las próximos movimientos. En las últimas semanas, se está produciendo un giro hacia un perfil más duro del BCE ante la amenaza de inflación.
Hasta ahora varios banqueros, incluida Lagarde, habían deslizado que el programa de compra de deuda de emergencia ante la pandemia, el conocido como PEPP por sus siglas en inglés, iba a finalizar en la reunión del 9 junio, para abordar la primera subida de tipos de interés desde 2011, en la próxima reunión del 21 de julio.
Actualmente, los tipos oficiales del BCE se encuentran situados al 0%, pero a efectos prácticos están al -0,5%, asumiendo la tasa de depósitos que está establecida desde septiembre de 2019.
Hoy, Lagarde ha sido más explícita que nunca en un post en el blog de política monetaria del BCE y ha ido más allá explicando los siguientes movimientos. "Es probable que estemos en condiciones de salir de las tasas de interés negativas para fines del tercer trimestre", ha subrayado.
"Será apropiada una mayor normalización progresiva de los tipos hacia la tasa neutral, pero el ritmo y del ajuste no pueden determinarse ex ante"
El pronunciamiento de Lagarde es importante porque algún miembro duro del BCE se había desmarcado con la petición de una subida de 50 puntos básicos de una tacada, en la reunión de julio. La banquera ha defendido que "los inversores han ido actualizando progresivamente sus expectativas sobre las intenciones de política del BCE, y esto se ha reflejado en una revisión de las expectativas de tasas de interés y un cambio al alza en las tasas reales en el extremo más largo de la curva de rendimiento". Y ha añadido que "ya se ha estado produciendo un ajuste de política en la economía de la zona del euro durante los últimos seis meses".
Los movimientos anticipados por Lagarde son los que descuentan el mercado. Una primera subida para julio y otro que ponga fin a los tipos negativos en septiembre. Los inversores no se quedan ahí. A través de los swaps que sirven de cobertura ante la subida o bajada en los tipos, prevén un nuevo incremento de 25 puntos básicos en octubre y otro para cerrar el año en diciembre.
Este fin de semana, ya había comentado que "tenemos que pisar el acelerador con seguridad para reducir la inflación, pero no podemos romper las marchas del crecimiento", explicó en una entrevista en la televisión holandesa, precisamente donde se celebrará la próxima reunión, en la que se tiene que poner fin al PEPP. "Necesitamos asegurarnos de que la subida sea gradual".
Lagarde ha resaltado que "a medida que se acerca la fecha esperada del despegue de las tasas de interés, se vuelve más importante aclarar el camino de la normalización de la política que tenemos por delante, especialmente dado el complejo entorno al que se enfrenta la política monetaria en la zona del euro". La presidenta ha confirmado que las compras netas de deuda "terminen muy temprano en el tercer trimestre".
En el pronunciamiento de Lagarde también ha descartado que la inflación sea un reflejo de una economía sobrecalentada, "como resultado de un shock de demanda positivo". Por ello el BCE deberá estar guiado "por la evolución de las perspectivas de inflación a medio plazo". Lagarde ha descartado una posición del BCE por encima del tipo neutral, el punto de equilibrio de una economía para funcionar con pleno empleo y con estabilidad en los precios. "Si vemos que la inflación se estabiliza en un 2% a medio plazo, será apropiada una mayor normalización progresiva de las tasas de interés hacia la tasa neutral, pero el ritmo y la escala general del ajuste no pueden determinarse ex ante", ha aclarado.
"Esto significa que es sensato avanzar paso a paso, observando los efectos sobre la economía y las perspectivas de inflación a medida que aumentan las tasas", ha añadido.