Quizá toda boda con exceso de boato encierra un germen de tragedia. En el panteón de los reyes, entre frías losas de mármol, se celebró hace 23 años un acontecimiento que es historia de España y caricatura del poder. Los invitados, al salir, creyeron que descendían una escalinata de triunfo. En realidad, sin saberlo, bajaban hacia la crónica negra de la historia reciente.