Quedan aún siete meses para que Pablo Isla asuma la presidencia de Nestlé, la mayor empresa de alimentación de Europa y propietaria de marcas tan reconocidas como Nescafé, Kit Kat o Nesquik. Sin embargo, ha sido el ex presidente de Inditex quien ha liderado la investigación sobre el CEO saliente y su relación secreta con una subordinada directa. También ha sido el español quien se ha ocupado de la selección del nuevo consejero delegado, Philippe Navratil.
La noticia de esta relación que ha acabado con la expulsión del ejecutivo ha trascendido con mucho el ámbito empresarial o económico y este martes, 24 horas después de que la recogiéramos en Informalia, asomaba en los informáticos de medio planeta, incluido el Telediario de Pepa Bueno en TVE, y hasta salpicaba a programas de entretenimiento.
La cuestión es que Nestlé atraviesa una de las mayores crisis de su historia reciente. La compañía suiza confirmó este lunes el despido fulminante de Laurent Freixe, su máximo directivo, tras demostrarse que mantenía una relación sentimental con una subordinada directa a la que, presuntamente, otorgó privilegios dentro de la estructura corporativa. La decisión llega en un momento delicado para el grupo, golpeado por una sucesión de noticias negativas y una pérdida de valor bursátil que ha puesto en alerta a sus inversores.
El caso estalló a finales de la pasada primavera, cuando varios empleados utilizaron el canal interno de denuncias de la compañía —conocido como Speak Up— para alertar de un posible conflicto de intereses. Según informó el Financial Times, las quejas apuntaban directamente a la relación secreta que Freixe mantenía con una empleada bajo su mando, así como a un presunto trato de favor hacia ella.
En un primer momento, la multinacional reaccionó con rapidez y abrió una investigación interna capitaneada por Pablo Isla. Aquella revisión inicial, sin embargo, concluyó que las acusaciones eran "infundadas" y el asunto parecía cerrado. No obstante, el goteo constante de denuncias mantuvo viva la sospecha y obligó a la dirección a reabrir el caso, esta vez con la participación de un abogado externo para garantizar la independencia de las pesquisas.

La nueva investigación fue más exhaustiva y contó con la participación directa de varios miembros del consejo de administración, entre ellos el abogado del Estado y expresidente de Inditex, que desde 2018 forma parte del consejo de Nestlé y que en 2025 asumirá la presidencia no ejecutiva de la empresa en sustitución de Paul Bulcke. Ambos, Isla y Bulcke, siguieron de cerca la recopilación de pruebas que finalmente confirmaron la existencia de la relación sentimental y el trato preferente denunciado por los empleados.
Con las conclusiones sobre la mesa, el consejo actuó de forma contundente. El despido de Laurent Freixe se hizo oficial este lunes, sin derecho a indemnización, una decisión que Nestlé justifica como necesaria para preservar sus principios de integridad y buen gobierno corporativo.
"El respeto a nuestros valores es innegociable. Nestlé se sostiene sobre cimientos sólidos que no admiten excepciones, ni siquiera en los niveles más altos de la compañía", afirma en un comunicado Paul Bulcke, que no obstante agradeció los años de servicio de Freixe.
El impacto de la noticia fue inmediato. La confirmación del cese coincidió con el cierre de las Bolsas europeas, pero al reabrirse el mercado al día siguiente, las acciones de Nestlé cayeron un 3,2% en la apertura. La presión se fue moderando durante la jornada y el retroceso se estabilizó en torno al 1%, un dato que refleja tanto la inquietud inicial como la confianza relativa en la rapidez de la respuesta corporativa.
El escándalo llega en un momento especialmente sensible para el gigante suizo. Apenas dos meses antes, la policía francesa había registrado sus oficinas en el marco de una investigación por el presunto uso de métodos de filtración no autorizados en el agua mineral que comercializa. A ello se sumó la retirada de varios productos congelados en Estados Unidos por una posible contaminación, otro golpe a su reputación internacional.
El balance financiero tampoco acompaña. Desde que Freixe asumió la dirección en agosto de 2024, en sustitución de Mark Schneider —despedido por bajo rendimiento tras ocho años en el cargo—, las acciones de Nestlé han perdido un 15,7% de su valor. Esa tendencia a la baja ha generado preocupación en los mercados y ha puesto en cuestión la solidez de una compañía históricamente percibida como un refugio estable para los inversores.
"Este episodio no ayuda. Nestlé ya estaba bajo la lupa y lo último que necesitaba era un escándalo interno de este calibre", señaló el analista Jean-Philippe Bertschy, de la firma Vontobel, en declaraciones recogidas por Bloomberg. En paralelo al anuncio del despido, la multinacional designó como nuevo consejero delegado a Philipp Navratil, hasta ahora responsable de Nespresso. Con 24 años de trayectoria dentro del grupo, Navratil conoce en profundidad la estructura y los desafíos de Nestlé, lo que explica la apuesta del consejo por un perfil de continuidad.
De menos de 50 años, el nuevo directivo afronta el reto de estabilizar la gestión, recuperar la confianza de los mercados y trazar una estrategia de crecimiento más clara. Según los analistas, podría encabezar un mandato prolongado de una década, siempre y cuando logre sortear las turbulencias actuales.
Entre sus principales desafíos inmediatos figura la revisión del portafolio de negocios. Los expertos apuntan a una posible desinversión en áreas con menor potencial, como los cereales y el agua embotellada, para centrar los esfuerzos en segmentos con mayor margen de crecimiento. Al mismo tiempo, la compañía debe afrontar los efectos de los nuevos aranceles impuestos por la administración estadounidense de Donald Trump, que encarecen productos clave como las cápsulas de Nespresso, fabricadas exclusivamente en Suiza y ahora sujetas a un gravamen del 39%.