Redactora de mercados, con el foco puesto en las finanzas personales y en los fondos de inversión.

Es habitual escuchar que en España se ahorra poco y mal. Mientras en países como Alemania, Francia, o Bélgica cuentan con tasas de ahorro superiores al 12%, en otros europeos como Italia, España o Portugal no superan el 6%. Pero además, España es el segundo país de Europa con más dinero ahorrado sin remunerar, solo por detrás de Alemania, según un estudio elaborado por XTB, que se titula "El futuro del ahorro en España". Pese a esto, según este análisis, España se encuentra en un momento crucial en términos de evolución del ahorro, debido a la llegada de nuevas alternativas a los productos tradicionales como pueden ser los fondos de inversión cotizados, y las carteras personalizadas de ETFs. Según los datos de una encuesta de YouGov, encargada por BlackRock, se espera aproximadamente que 1,1 millones de nuevos inversores comiencen a invertir en estos productos en el conjunto de la península ibérica en el próximo año.

Un primer semestre sorprendente, en primer lugar por la resiliencia de la economía norteamericana, que reduce las expectativas de bajadas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de las seis que se esperaban en enero a las tres o dos que se pronostican ahora. Y en segundo lugar porque lo que parecía que iba a ser el año de la renta fija ha acabado siendo un ejercicio en el que algunos índices bursátiles registran ganancias de doble dígito, como es el caso del Ftse MIB, el Ibex o el EuroStoxx, y con la bolsa norteamericana acercándose a este rendimiento.

A finales del año pasado, el mercado metió en precio hasta seis y siete bajadas en los tipos de interés frente a las dos o tres que descuenta ahora, cinco meses después. Este reajuste de las expectativas es lo que ha presionado al alza las rentabilidades de los bonos y lo que explica que la renta fija, que estaba pensada para sumar, no lo haya hecho. La deuda pública es la que se ha llevado el peor golpe, pero los responsables de asignación de activos de las principales gestoras en nuestro país están convencidos de que el inversor podrá borrar las pérdidas acumuladas desde enero a final de año. Y también han empezado a alargar duraciones, en la mayoría de los casos.

La clasificación que reúne a los fondos de bolsa española activos ha sufrido cambios en sus primeros puestos durante la última semana. Este tipo de fondos se caracteriza porque al menos un 60% de sus carteras se encuentran descorrelacionadas del índice de referencia. Aunque el fondo que gestiona José Ramón Iturriaga para Abante se mantiene como el más rentable de este año otra semana más, y es uno de los cuatro que bate al Ibex 35 con dividendos este año, el fondo de small caps capitaneado por Lola Solana se ha hecho con un hueco entre los diez que mejor van.

La rentabilidad de las Letras ha empezado a bajar. En la última subasta, celebrada esta semana, el Tesoro Público ha pagado un tipo de interés medio del 3,405%, inferior al 3,42% que ofreció en abril, pero que aún supera la rentabilidad de todos los depósitos a un año que se pueden contratar directamente en una entidad en España. Sin embargo, todavía quedan depósitos comercializados por bancos europeos que se pueden contratar en nuestro país en los que la rentabilidad supera ese 3,405% que ofrecen las Letras.

Los inversores que invierten prácticamente todo su ahorro en bolsa han conseguido en apenas cuatro meses buena parte de la rentabilidad que se esperaba para la renta variable en todo este ejercicio. La mejora del contexto económico se ha reflejado en los resultados empresariales, que una vez más han dado sostén a las bolsas. En el caso de la europea y la americana las ganancias superan ya el 7% en lo que va de año, descontando incluso el impacto que ha tenido el primer susto de mercado que se ha producido en abril. La rapidez con la que han avanzado las bolsas hasta ahora ha permitido que las carteras más agresivas acumulen ya rentabilidades del 4,7% este ejercicio (es el rendimiento medio que consiguen los fondos mixtos de esta categoría según Morningstar, hasta el 29 de abril). Ese 4,7% supone el 75% de la rentabilidad esperada para todo 2024.

Se habla mucho de la oportunidad histórica que hay en renta fija, en la antesala a que empiecen a bajar los tipos de interés. "Si tu historia es desde el año 2009, pues sí, esto es una oportunidad histórica. Si miras un poco más atrás estamos en niveles normales, lo que pasa es que llevamos 10 años absolutamente dantescos", resume Javier López-Bernardo, PhD, CFA y portfolio manager BrightGate Capital. Los gestores de crédito aseguran que no abundan las gangas.

Los españoles guardan cerca de un billón de euros en depósitos a plazo fijo que ofrecen una rentabilidad media del 2,4% y representan el 40% de la riqueza financiera de las familias. Pero ese interés que dan ahora los plazos fijos tenderá a bajar cuando el Banco Central Europeo (BCE) empiece a recortar el precio oficial del dinero, y se espera que lo haga en junio. También lo hará el de las Letras, tan demandadas en estos últimos meses. Poco a poco, la oferta de productos más conservadores perderá cierto atractivo porque incluso será difícil batir a la inflación con ellos, y esto beneficiará indirectamente a otros vehículos de ahorro, como son los fondos de inversión tanto de gestión activa como indexada, que son complementarios en toda cartera de inversión. Esta es una de las ideas que defendieron representantes de gestoras muy relevantes en nuestro país, como son JPMorgan AM, DWS o BlackRock, durante una jornada celebrada por elEconomista.es en colaboración con MyInvestor, bajo el título de Gestión activa e indexada en un entorno de bajada de tipos.

Los movimientos en los tipos de interés por parte de los bancos centrales tienen efectos sobre el bolsillo de los ahorradores. Cuando el precio oficial del dinero baja, como se espera que ocurra el próximo 6 de junio en Europa, una de las consecuencias negativas es que la remuneración de uno de los productos de ahorro favorito de los españoles tenderá a la baja. Hablamos de los depósitos. Actualmente, los bancos reservan sus mejores ofertas para los plazos más cortos. De manera que aún se puede conseguir algo más de un 4% a seis meses. En cambio, a un año la oferta más alta se queda en el 3,25%. Aunque el primero parezca más atractivo, el segundo puede tener más sentido en el contexto actual.

La renta fija ha acelerado su caída en abril. Solo en este mes, el precio de la renta fija mundial se ha desplomado un 2,5%, es el descenso más elevado desde septiembre. Hasta aquel mes la deuda acumulaba fuertes pérdidas, pero a partir de entonces se produjo un punto de inflexión porque el mercado empezó a descontar que los bancos centrales empezarían a recortar los tipos en el primer trimestre de este año. Ese giro de guion permitió que la renta fija salvara el año, y aportó claridad a la hoja de ruta del inversor: si esto sucedía era el momento de tener bonos en cartera e incluso de alargar la duración. Pero las expectativas no se han cumplido y quien comprase deuda en enero asumiría importantes pérdidas en caso de vender hoy porque el precio de la mayoría de los bonos se ha hundido con especial virulencia en abril.