Redactora de mercados, con el foco puesto en las finanzas personales y en los fondos de inversión.

En España hay cerca de un billón de euros parado. Parado quiere decir que está en cuentas corrientes o efectivo, sin apenas remuneración y que incluso, en algunos casos, conlleva gastos de mantenimiento. Hablamos de más 900.000 millones de euros, en los que se concentra gran parte de la riqueza financiera de los españoles. El propio Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), señalaba esta semana que la forma en la que invertimos nuestro ahorro financiero en España y en Europa es manifiestamente mejorable. "La proporción de depósitos es inusitadamente alta (cerca del 35-40% en la UE), y la inversión en renta variable sorprendentemente baja", describía, "y con esa combinación, el apoyo y la capacidad de financiación que reciben las empresas españolas y europeas no será suficiente". Existen muchas alternativas para poner ese billón de euros a trabajar, en función del perfil de riesgo del inversor, y cualquiera de ellas es más eficiente que tener el dinero parado.