Hace algo más de un año, el Banco Central Europeo (BCE) volvió a sacar su caja de herramientas para bajar la inflación y ralentizar la economía. Con sus decisiones de tipos, reunión a reunión, el organismo ha ido frenando progresivamente el motor económico. Pero esta política monetaria, que ha ido desplegándose de forma pública y a la vista de todos, ha tenido otra parte silenciosa. De forma indirecta, también ha logrado pinchar la burbuja de la vivienda que se coció durante la pandemia en países como Alemania o Luxemburgo.