MATERIAS PRIMAS

El año 2020 ha sido histórico para el petróleo, con algunas referencias del West Texas llegando a situarse en terreno negativo, una situación que ha cambiado velozmente en las últimas semanas. Los recortes de la OPEP y la recuperación de la demanda han impulsado el precio del barril de Brent a la zona de los 44 dólares, lo que supone un rebote del 175% desde los mínimos intradía marcados hace unas semanas por debajo de los 16 dólares. El Brent cerró el martes en 42,63 dólares por barril, y el Texas lo hizo en los 40,37 dólares.

RENTA FIJA

La crisis del coronavirus ha provocado que los grandes bancos centrales mundiales estén expandiendo su balance a un ritmo nunca visto, con una lluvia de compra de deuda tanto pública como privada. Con este apoyo, el interés de los bonos soberanos de los países desarrollados ha caído en picado y, según datos de Deutsche Bank, el 90% de la deuda de los mismos ofrece una rentabilidad inferior al 1%, el nivel más alto de la historia.

ESPECIAL BANCA 2020

El gran objetivo aspiracional de la banca durante todos estos años de tipos de interés en mínimos históricos ha sido alcanzar una rentabilidad sobre el capital (ROE) del 10%, una meta que en España solo alcanzaba Bankinter -entre otras cosas por su negocio asegurador- y que ahora vuelve a parecer una quimera con la crisis del coronavirus. Con una perspectiva de tipos bajos cada vez por más tiempo, el golpe al negocio de las entidades cada vez es más fuerte.

SECTOR BANCARIO

Durante los últimos años los bancos españoles han afrontado una transformación que ha permitido que en esta crisis sean parte de la solución y no del problema. Sin embargo, esa mejora no los ha convertido automáticamente en una buena idea de inversión ni ha eliminado los problemas de la industria. Pero, ¿cuáles son las grandes preocupaciones de la banca y de los inversores?

Sector financiero

Si hay un sector que ha llegado mejor preparado a esta crisis que a la anterior ha sido el bancario. Con un nivel de capital mucho más elevado, la industria está en posición de aguantar mucho mejor el envite. Tras los varapalos bursátiles recibidos en los últimos años, la gran preocupación de los inversores estriba en si volverán las ampliaciones de capital que se vivieron en los años de crisis.

Banca

Durante los últimos años invertir en acciones bancarias europeas ha sido un mal negocio. Las dificultades que atraviesa el sector han provocado que los títulos de las entidades de la región hayan tenido un mal comportamiento, generando fuertes pérdidas incluso teniendo en cuenta el pago de dividendos. Sin embargo, invertir en deuda bancaria ha generado importantes plusvalías, pero ¿cuáles han sido los motivos para esta diferenciación?

ESPECIAL BANCA 2020

Durante los últimos años la cartera de crédito de los bancos españoles ha dado un cambio radical, con una fuerte caída en el peso del sector inmobiliario y la construcción. Estas dos patas suponían prácticamente el 25% del libro de préstamos del sector en 2009, frente al poco más del 9% que representaba a cierre de 2019, según los datos del Banco de España (BdE). Toda la banca ha llevado a cabo un proceso de desapalancamiento, pero la gran diferencia en sus libros se ha producido por el estallido de la burbuja inmobiliaria y por la transferencia de las exposiciones problemáticas a la Sareb.

renta variable

Durante los últimos años invertir en banca europea ha sido una mala idea y una de las entidades más castigadas ha sido Deutsche Bank. El gigante alemán ha sido fuertemente golpeado, pero este año por fin ha logrado cambiar su tendencia en bolsa -aunque desde un nivel muy bajo- y firma subidas del 17% en lo que va de año, frente al 35% que retrocede la industria en el Viejo Continente. De hecho, es la única entidad del sectorial que sube en lo que va de año junto al italiano FinecoBank.

RENTA VARIABLE

En el fuerte arreón alcista que se ha vivido en las bolsas durante el último mes -aunque esta semana el movimiento se ha frenado en seco- las subidas se han apoyado sobre todo en las compañías más cíclicas. Unas perspectivas más optimistas sobre la recuperación de la economía unidas a un dólar débil han favorecido a los sectores más apalancados al ciclo económico.