
El objetivo aspiracional que la gran banca de la eurozona se había fijado durante los últimos años era lograr una rentabilidad sobre el capital (ROE) de doble dígito, una meta que cada vez parece más lejana. Las expectativas de rentabilidad de la industria no han dejado de caer en picado en los últimos meses y el sector cotiza a unos múltiplos históricamente bajos. El consenso espera que esta ratio se sitúe por debajo del 7% tanto en 2019 como en 2020 y que en 2021 apenas supere levemente este nivel. Y hay quien advierte de que hay margen para mayores rebajas, sobre todo de cara a 2020 y 2021.
"Esperamos que las revisiones de beneficios continúen siendo negativas en el corto plazo y que las dinámicas de la cifra de negocio sean complicadas. Probablemente veamos actualizaciones de los planes estratégicos. Aclararán cuáles son los vientos en contra que afronta el sector y se anunciará que se usará más capital en esfuerzos de reestructuración", indican en UBS. En 2019 las expectativas de ganancias para el sector entre 2019 y 2021 han retrocedido más del 17%.

"Dos tercios del negocio de la banca procede de los ingresos netos de intereses, que esperamos que se mantengan bajo presión con unos tipos más bajos más tiempos. Aunque el tiering puede ser una ayuda para los bancos, no creemos que sea suficiente para compensar los vientos en contra. Esto ilustra nuestra preocupación sobre la rentabilidad y la capacidad para generar capital. Creemos que hay riesgo de que se rebajen más las estimaciones de beneficio del consenso y que se tengan que recortar los payout [porcentaje del beneficio destinado a retribuir]", alertan en JP Morgan.
Tipos bajos para siempre
En el escenario de estrés calculado por el banco americano para 2021, que asume un euribor 25 puntos básicos por debajo de lo esperado y una rentabilidad de la deuda a 5 años 50 puntos básicos más baja, las estimaciones de beneficio del sector caerían en torno al 6% con respecto a las actuales del banco y el 10% frente al consenso. "Nuestras previsiones sobre los ingresos netos de intereses muestran un declive durante los próximos 2 años, pero pensamos que el consenso no ha puesto en precio esta perspectiva todavía, por lo que hay riesgo a la baja", indican.
Así, las perspectivas cada vez pintan peor y en los anteriores recortes de tipo sya se ha visto como los recortes de los analistas han ido por detrás del castigo que ha infligido el mercado. "Basado en nuestro modelo, estimamos que el recorte de tipos de 10 puntos básicos rebajará el coste de los pasivos de los bancos entre 3 y 4 puntos básicos, mientras que la rentabilidad de sus activos retrocederá entre 4 y 6 puntos básicos. Por lo tanto, el margen que obtienen gracias a su balance se contrae en torno a 2 puntos básicos por cada recorte de tipos", apuntan desde Barclays.
Si hace no tanto el mercado hacía cuentas sobre cuándo llegaría la primera subida de tipos en la eurozona y sobre cómo afectaría a los bancos, ahora los cálculos giran en torno al impacto de las nuevas medidas del BCE y a cuándo se producirá la siguiente rebaja en el precio del dinero. De momento, el mercado pone en precio que la tasa de depósito baje en 10 puntos básicos adicionales entre las reuniones de marzo y abril.
"En un entorno de tipos negativos el sistema siempre iba a sufrir. Y cuanto más negativos y por más tiempo, peor aún. Mirando en profundidad los efectos del tiering lo consideramos una cuestión secundaria. Además, con el mercado de bonos abierto y con rentabilidades bajas la capacidad de la banca para aumentar el precio de sus préstamos es limitada. Así, la rentabilidad antes de las provisiones está cayendo y los tipos negativos para siempre hacen el sistema más débil mientras el tiempo avanza", advierten en Bank of America Merrill Lynch.
Según los cálculos de JP Morgan, el coste del capital (COE) que el mercado exige a los bancos teniendo en cuenta los beneficios estimados dentro de 2 años es del 12%. Mientras, solo 2 entidades obtendrán en el periodo 2019-2021 una rentabilidad sobre el capital por encima de ese nivel: KBC Group y FinecoBank. Los grandes bancos españoles -BBVA y Santander- lograrán rentabilidades cercanas al 8%, por encima del sector pero muy lejos del coste de capital.
La clave, en los depósitos
La gran pregunta para los inversores es si el sector será capaz de cobrar a los particulares por los depósitos, un paso indispensable si se quiere lograr frenar la sangría de rentabilidad. "Es evidente que estos ya generaban pérdidas en los últimos años pero se preveía que las cosas fuesen a mejorar en términos de tipos de interés a 1 o 2 años", reflexionan en BofA.
Los ingresos netos de intereses por depósitos y préstamos están cayendo a un ritmo del 2% anualizado al haberse producido una caída de 60 puntos básicos en el margen en 5 años, que se ha visto solo parcialmente compensada por un crecimiento del 3% de los préstamos. "Los tipos negativos son un viento en contra porque reduce la rentabilidad de los activos que tienen en balance mientras que no se produce una caída en los costes que tienen los depósitos de las familias al no cobrar por los mismos", argumentan en Barclays.
Al hablar de los problemas de rentabilidad de la banca, una de las soluciones más comentadas son las posibles fusiones, pero las operaciones corporativas siguen estancadas y los analistas no prevén que se reanimen. "No vemos posibilidades materiales emergiendo en la industria, por lo que la consolidación -que podría haber reducido la competencia, eliminado cierta presión en los márgenes y generado ciertos ahorros de costes- está básicamente ausente", señalan en JP Morgan.
Una de las grandes peticiones del BCE al sector ha sido emprender fusiones transfronterizas, pero lo cierto es que los expertos advierten de las dificultades que entrañarían mientras no se produzca la unión bancaria.