Empresas y finanzas

¿Acabarán los bancos cobrando a todos los depositantes por sus ahorros?

  • Si el BCE profundiza en la bajada de tipos los bancos mirarán al depositante
  • Gharbi: "En varios países los bancos ya están trasladando los tipos negativos"
  • Carbó: "Lo que sí es un problema es que los tipos permanezcan bajos mucho tiempo"
Varios bancos en una calle. Foto de archivo

El Banco Central Europeo (BCE) está llevando la política monetaria muy cerca de sus límites y a pesar de todo la inflación sigue deprimida y la economía cerca del estancamiento. Tras un programa de compra de activos sin precedentes y llevar los tipos a territorio negativo, el BCE ha ido más allá tras rebajar el tipo sobre la facilidad de depósito hasta el -0,5% y reanudar las compras netas de bonos. La liquidez seguirá aumentando y la penalización sobre el nivel que exceda la exención impuesta por el nuevo sistema de tramos será mayor. Siendo o no la intención del BCE, algunos bancos de la zona euro han comenzado a cobrar a sus clientes más opulentos para amortiguar los costes de esa liquidez e intentar frenar la caída de su rentabilidad, una práctica que podría extenderse y llegar a España si las medidas expansivas profundizan y se prolongan en el tiempo.

Maudos: "Si el BCE penalizara aún más a los bancos con el tipo negativo de la facilidad marginal de depósitos, los bancos cobrarían también a los particulares pero para grandes saldos"

No cabe duda de que la intención primera del BCE con la bajada de tipos y las inyecciones de liquidez es fomentar el crédito, el consumo y la inversión para que la inflación se acerque al 2%. Sin embargo, una vez que los tipos están cerca o por debajo de cero, las reservas bancarias abundan y el objetivo no se ha logrado, poco más se puede hacer. No obstante, si el BCE sigue profundizando en los tipos negativos (según las expectativas del mercado lo hará), la presión podría forzar a la banca a cobrar por sus depósitos, algo nefasto para los ahorradores, pero que sería un 'empujón' más para que empresas y familias pongan a circular el dinero (consumiendo o invirtiendo) para evitar esa erosión de su ahorro. O quizá la reacción sea la opuesta y los agentes decidan ahorrar todavía más, lo que tendría repercusiones negativas para el crecimiento y la inflación. La política monetaria ha entrado en territorio desconocido y el efecto sobre el sector financiero una incógnita.

Joaquín Maudos, Director adjunto del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia, explica que "hace ya tiempo que en algunos países de la Eurozona el tipo de interés es negativo para los depósitos de las empresas, pero hasta ahora ningún país aplica tipos negativos a las familias".

Aunque la decisión podría mejorar los resultados de una banca muy castigada tras años de tipos bajos (que han hundido el margen de intermediación del sector), el coste reputacional sería elevado a la par que los clientes podrían llevar su dinero a otros bancos que no implementasen esa política. "Es una barrera peligrosa de traspasar que no entenderían las familias. Pero si el BCE penalizara aún más a los bancos subiendo el tipo negativo de la facilidad marginal de depósitos, los bancos cobrarían también a los particulares pero para grandes saldos".

El BCE ha anunciado la puesta en marcha de un sistema de tramos que despenaliza una parte del exceso de reservas -el dinero que los bancos 'guardan en la institución-, lo que da algo de margen al sector. Este sistema comenzará a funcionar el 30 de octubre y permite que una cantidad igual a las reservas mínimas multiplicado por seis no tenga que pagar ese -0,5% que abonan los bancos al BCE por tener aparcado su exceso de reservas, unos 1,2 billones de euros más 550.000 millones en la facilidad de depósito, donde los bancos aparcan a un día otra parte de su liquidez.

Aunque el sistema de tramos supone un alivio, a medida que las compras de activos (QE II) avancen, la liquidez crecerá y los bancos tendrán que tomar medidas para amortiguar esos costes. Tener una cantidad importante de depósitos en balance será caro y la práctica de cobrar por estos ahorros (a través de comisiones o trasladando los tipos negativos) podría ser una opción que gane fuerza.

Nadia Gharbi, economista de Pictet WM, cree que "después de tantos años con tipos de interés en mínimos, no se puede descartar que los bancos terminaran trasladando los tipos negativos a sus depositantes. En algunos países, como Alemania, Suiza o Dinamarca, los bancos ya trasladan parte de los tipos negativos a sus depositantes minoristas".

Santiago Carbó: "Se ha roto es el consenso sobre qué senda seguir, incluso en el seno del propio BCE. La acumulación de ahorro es un síntoma del aumento de la previsión de hogares y empresas ante la incertidumbre económica"

En Alemania, donde la banca sufre sobremanera la tasa de depósito del BCE (el modelo de banca en ese país es muy intensivo en liquidez), hay varios bancos que han comenzado a cobrar a sus clientes por los depósitos, aunque siempre con una serie de condicionantes que solo afectan a los ahorradores con grandes saldos. En España, la banca ha negado de forma tajante que se vayan a aplicar tipos negativos a los minoristas, pero también es cierto que el entorno es cambiante y pocos esperarían que la tasa sobre la facilidad de depósito llegaría al -0,5% o que los tipos iban a estar bajos por tanto tiempo.

Santiago Carbó, Catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor University, recalca esto último como uno de los principales obstáculos para los resultados de la banca, aunque descarta que los ahorradores tengan que pagar de forma generalizada. "Lo que sí es un problema es que los tipos de interés permanezcan bajos mucho tiempo o que se reduzcan aún más los de las operaciones principales de financiación que sirven de referencia (ahora mismo en el 0%). No creo que los bancos tengan mucho margen para trasladar tipos negativos a sus operaciones. En las de depósito, sería muy raro, especialmente en cuentas de particulares. En las de crédito, la nueva ley hipotecaria prohíbe expresamente hipotecas con tipos negativos".

Si los bancos no trasladan esos tipos negativos, la transmisión de la política monetaria podría haber tocado su límite inferior, lo que dejaría al banco central en una situación muy compleja e inexplorada. El profesor Maudos opina que "ya hemos llegado a una situación extrema que no debemos traspasar con un tipo negativo del -0,5%. La política monetaria es muy poco eficaz con tipos ya tan negativos. Es más, ir más allá puede deprimir la demanda en lugar de aumentarla por dos motivos: porque penaliza la rentabilidad de los bancos y eso es malo para la estabilidad financiera, porque permite que sobrevivan artificialmente empresas zombies endeudadas que no son rentables ni productivas pero aguantan gracias a costes financieros artificialmente reducidos".

Santiago Carbó coincide y aporta que "la efectividad de la política monetaria con tipos reducidos prolongados es objeto de intenso debate. Los análisis académicos sugieren que pierde efectividad cuando los tipos son cercanos a cero. Incluso, que puede llegar a tener efectos contrarios a los que se supone que deben tener (menos crédito y peores expectativas)".

Pero, ¿cuál es la alternativa? Los más heterodoxos defienden la puesta en marcha del helicóptero del dinero (dar dinero a familias o gobiernos de forma permanente), pero el consenso de los expertos cree que esto puede ser más peligroso que beneficioso. "Lo que ocurre es que, de momento, no hay alternativas claras y la inflación no ha vuelto. Esa es la gran incógnita. Lo que se ha roto es el consenso sobre qué senda seguir, incluso en el seno del propio BCE".

La política monetaria en la zona euro está muy cerca de su límite y podría estar perdiendo efectividad. Esto ocurre en plena desaceleración de la economía, un proceso de desinflación y de pérdida de confianza de los agentes. Todo esto está provocando que a pesar de las medidas ultra-expansivas en materia monetaria, el ahorro aumente y el consumo se desacelere: "La acumulación de ahorro es un síntoma del aumento de la previsión de hogares y empresas ante la incertidumbre económica", sentencia Carbó.

Gharbi, de Pictet no se muestra muy optimista respecto al futuro y vaticina que "en este contexto de incertidumbre y desaceleración económica será difícil revertir el reciente auge del ahorro de los hogares". El miedo puede con todo.

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